El 72% del territorio se clasificará como árido en 2050

El cambio climático provocará que los incendios sean más intensos y frecuentes en Andalucía

03 jul 2017 / 11:28 h - Actualizado: 03 jul 2017 / 11:31 h.
"Medio ambiente","Incendios","Cambio climático","Incendio en Doñana"
  • El fuego calcina una zona de pinar en el término municipal de Mazagón. / Efe
    El fuego calcina una zona de pinar en el término municipal de Mazagón. / Efe

Aunque nueve de cada diez incendios son iniciados por acción humana, tanto por negligencia como por causas intencionadas, existe una íntima relación entre el clima y los incendios forestales que además discurre en doble dirección: el clima puede potenciar el cambio climático, además de ser una de sus posibles consecuencias según apuntan los científicos. En esta coyuntura hay que insertar el incendio que hace una semana afectó a más de seis mil hectáreas del Parque Natural de Doñana y amenazó con entre el Parque Nacional, la zona más protegida y de mayor valor medioambiental.

Desde hace años, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía estudia los efectos que el cambio climático tiene sobre los incendios en el territorio. En 2012, cuando el ahora consejero, José Fiscal, era Director General de Cambio Climático y Medio Ambiente Urbano, presentó el Estudio Básico de Adaptación al Cambio Climático sobre Incendios Forestales. Andalucía está situada en un área biogeográfica de transición y es más vulnerable que otras regiones al cambio climático

La situación climática previsible adversa vendrá caracterizada por un aumento de las temperaturas y la escasez de agua, lo que tendrá como consecuencia inmediata que el combustible vegetal se reseque más y durante más tiempo, por lo que el riesgo de ignición llegará a ser muy alto y durante una mayor temporada del año. Los incendios aumentarán en virulencia, frecuencia e intensidad, debiéndose reajustar a la nueva situación climática no sólo las políticas de lucha contra incendios, sino también las de ordenación del territorio y la forestal, así como los planes de conservación de la biodiversidad y de lucha contra la desertificación.

Las previsiones para el año 2050 encienden la alarma sobre la aridificación que sufrirá Andalucía. En el escenario más crítico que plantea la Consejería de Medio Ambiente, el 71,5 por ciento del territorio autonómico se clasificarán en zonas áridas. Sólo las Sierras de Aracena en Huelva, Segura en Jaén y la zona litoral de Cádiz y Málaga presentarán un clima semiárido. En una segunda proyección, el clima subhúmedo sigue presente, aunque sólo en el 5 por ciento de Andalucía, apenas la mitad de la extensión de la existente en 1981-1990. Esta tendencia supondrá que en algunas de las zonas de referencia que se tomaron para el estudio en Huelva, Málaga, Granada, Almería y Sevilla presentarían carácter desértico.

El cambio climático deparará modificaciones sustanciales del régimen de incendios en Andalucía, motivadas principalmente por el incremento de las condiciones de aridez de los ecosistemas y del estrés hídrico de la vegetación. Todo ello podría alargar la temporada de incendios a prácticamente todo el año.

Ante este panorama se considera básico tener en cuenta las consecuencias del cambio climático como variables a la hora de establecer las directrices de la gestión forestal, la restauración, la reforestación y las estrategias de prevención de incendios. Entre las propuestas se considera vital la existencia de masas forestales estables, estructuradas, menos vulnerables a los incendios destructivos y más resilientes. Este diseño selvícola se debe basar en conseguir una mayor diversidad de las poblaciones, desde la irregularización de las masas con sus distintas clases de edad, hasta la mezcla de especies. También se deberán introducir las quemas controladas o prescritas y la gestión de incendios de baja intensidad como herramienta de gestión a la hora de reducir la carga de biomasa forestal.