El asesino de Laura Luelmo renuncia a salir al patio para no ver a otros presos

El asesino confeso de la joven zamorana Laura Luelmo, Bernardo Montoya, ha renunciado a su derecho a salir al patio de la prisión Sevilla II, en Morón de la Frontera, donde se encuentra internado desde el pasado viernes, por lo que pasa desde hoy las 24 horas del día recluido en su celda.

Fuentes penitenciarias han confirmado que Montoya ha comunicado oficialmente a los funcionarios que le custodian que no saldría al patio de forma indefinida, una postura que mantendrá hasta cuando él mismo quiera cambiarla, y que además en el caso de los internos en aislamiento como él se trata de un derecho, mientras que para el resto de los presos es una obligación.

El asesino confeso de Laura Luelmo se encuentra en un módulo de aislamiento en las mismas condiciones que los presos etarras y yihadistas, donde viven en total 52 internos.

Es una parte de la cárcel en la que sólo tiene contacto con los funcionarios que le vigilan y con algunos presos. Sólo en la zona del patio de la cárcel se intensifica el contacto con otros internos, y eso es precisamente lo que Montoya quiere evitar.

Las fuentes han indicado que el preso simplemente ha comunicado que no saldrá al patio de forma indefinida, sin especificar las razones. De hecho, es un derecho que le asiste en función del tratamiento que tiene en la cárcel, donde mantiene “una actitud normal, sin crear problemas y siendo un preso más”.

Existe la posibilidad de que haya pedido no verse en el patio con ningún otro peso por su propia seguridad, pero no hay nada confirmado al respecto.

A Bernardo Montoya se le aplica el artículo 91 del Reglamento Penitenciario, que cita que “a estos departamentos serán destinadas las personas presas que hayan sido protagonistas o inductores de alteraciones regimentales muy graves, que hayan puesto en peligro la vida o integridad de los funcionarios, autoridades, otros internos o personas ajenas a la cárcel, tanto dentro como fuera de la misma, así como los que evidencien una peligrosidad extrema”.

Entre los derechos con los que cuenta en la cárcel, puede salir tres horas diarias al patio, aunque con la premisa de que nunca pueden salir más de dos internos en aislamiento juntos.

Otra de las medidas que se aplican en torno a él para su vigilancia es que diariamente se practican registros de su celda sin previo aviso, y se le realizan cacheos completamente desnudo, igualmente sin aviso previo.

En esas condiciones se mantendrá un tiempo indefinido, con la posibilidad de que sea trasladado a otra prisión si se considera necesario, además de que se le ha retirado el protocolo de seguridad propia que le mantenía acompañado de otro preso las 24 horas del día en la prisión de Huelva.