El Guadiamar, un laboratorio para recuperar suelos

Una tercera parte del suelo del planeta está en estado de degradación, según la FAO. Esto afecta a la seguridad alimentaria y el cambio climático. En Andalucía, el banco de pruebas para revertir esta situación está en la vega del Guadiamar, donde el proyecto Recare mantiene uno de los 17 casos de estudio en Europa

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
14 may 2016 / 18:59 h - Actualizado: 14 may 2016 / 21:07 h.
"Medio ambiente"
  • En la reforestación de los suelos del corredor del Guadiamar se invirtieron millones y años. / Paco Cazalla
    En la reforestación de los suelos del corredor del Guadiamar se invirtieron millones y años. / Paco Cazalla

En el planeta, cada minuto se pierden dos hectáreas de suelo por el crecimiento urbano, la deforestación, las malas prácticas agrícolas, la contaminación o el sobrepastoreo amenazan estos ecosistemas. Revertir el proceso y devolverle calidad a los suelos degradados es uno de los grandes retos ambientales a nivel global que desde Europa se lleva a cabo a través del proyecto Recare para Prevención y Remediación de la Degradación de los Suelos en Europa a través del Cuidado del Territorio. Coordinado por la Universidad de Wageningen (Países Bajos) y con la participación de 27 entidades de 18 países, Recare busca las mejores soluciones contra las principales amenazas para el mantenimiento de las funciones y servicios ambientales que proporcionan los suelos: erosión, contaminación, inundaciones, deslizamientos de tierra, desertificación o pérdida de biodiversidad, entre otras.

Para llevar a cabo este proyecto multinacional de protección de los suelos, se realizan análisis de 17 casos de estudio repartidos por la geografía europea para poder identificar las mejores medidas para aplicar en cada caso, así como la extrapolación de resultados hasta el nivel de Europa y el análisis y mejora de las políticas y estrategias nacionales y europeas existentes.

Uno de estos 17 casos de estudio es el Guadiamar. En la vega de este río del Aljarafe sevillano se produjo en 1998 el mayor desastre ecológico que ha vivido Andalucía, tras la rotura de la balsa de residuos tóxicos de la mina de Boliden Apirsa en Aznalcóllar. Toneladas de lodo tóxico sepultaron la que hasta entonces era una vega dedicada al cultivo de frutales fundamentalmente. La retirada del lodo tóxico, que se demoró muchos meses, dejó presente una contaminación por metales pesados del suelo que afectaban a la flora y a la fauna del ecosistema.

La empresa andaluza Evernote-Tech, una spin off del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), forma parte del consorcio de empresas tecnológicas que desarrolla el proyecto Recare. En su caso, es una de las que ha estudiado los suelos del Guadiamar desde el vertido tóxico y las técnicas llevadas a cabo para recuperarlos. La aplicación práctica de estos resultados va a ser un programa informático llamado Tecnosoil 1.1 mediante el cual se podrán incluir datos de un suelo contaminado para obtener como resultado las técnicas que hay que aplicar, durante cuánto tiempo y el coste del proceso de recuperación.

Complementando a Recare, y teniendo en cuenta un futuro que se predice más cálido y seco en Andalucía, se desarrolla ya RestEco, un nuevo proyecto financiado por el Programa Estatal de I+D+i Retos de la Sociedad, que analizará la capacidad de la vegetación leñosa autóctona para estabilizar los suelos contaminados y secuestrar carbono atmosférico, con el objetivo de proponer nuevos modelos de restauración y recuperación de suelos degradados en ambiente mediterráneo, bajo diferentes escenarios de cambio climático.

La empresa española de base tecnológica Evenor-Tech cuenta con una larga experiencia en el desarrollo de proyectos para la recuperación y preservación de los suelos. La fórmula empresarial para que la ciencia se convierta en una actividad rentable es lograr componer un equipo multidisciplinar. Así, esta spin off cuenta con un equipo directivo compuesto por las científicas María Anaya-Romero (directora) y Sara Muñoz (responsable de I+D+i), José Miguel Pérez (responsable de informática y asesor de negocios), y Francisco José Blanco, (responsable de servicios técnicos y consultoría).

A la capacidad de aplicar resultados de la investigación a campos productivos se suma también otro ingrediente: la amplia experiencia en los sectores académico y privado en campos como la agronomía, biología y ecología, geografía, matemáticas, desarrollo de software y sistemas de información geográfica. Sobre la excelente calidad científica de sus servicios y tecnología basta referirse a los trabajos publicados sobre sus resultados en las más prestigiosas revistas científicas internacionales, así como en libros científico-técnicos de difusión internacional.