Llegar a la playa más popular para los sevillanos, la onubense Matalascañas, en el término de Almonte, puede implicar estos días y durante todo el verano un estresante atasco de hasta dos horas y media. La razón, el cuello de botella de la A-483, la carretera que conecta la autopista Sevilla-Portugal (A-49) con el núcleo veraniego levantado a los pies del Parque Nacional de Doñana.
Esta carretera solo está desdoblada de forma parcial (desde la autopista a Almonte). El último tramo, de poco más de 30 kilómetros, sigue siendo una carretera convencional. Las demandas de desdoble acumulan décadas.
¿Por qué no se termina? Sobre todo en verano, Matalascañas acumula entre veraneantes y visitantes ocasionales entre 100.000 y 200.000 personas. El santuario del Rocío, al pie de la misma carretera, recibe todos los fines de semana del año centenares de visitantes, por no irnos al tópico millón de visitantes durante los días de la romería más multitudinaria de España.
De hecho, los datos oficiales de tráfico –en poder de la dirección general de Infraestructuras de la Junta: la carretera tiene titularidad autonómica– indican que esta vía tiene una ocupación media anual de entre 7.137 coches al día (tramo El Rocío Matalascañas) y 11.433 (tramo Almonte-El Rocío). En verano se duplica. Y durante la romería se dispara, explica el director general de Infraestructuras Jesús Huertas. La seguridad vial también está comprometida: a partir de septiembre habrá una actuación entre los kilómetros 27 al 40 (tramo El Rocío-Matalascañas) porque, aunque Huertas no ofrece cifras precisas, la siniestralidad está por encima de la media.
Gracias a esa dramática circunstancia (el último accidente grave al cierre de estas líneas costó la vida a dos menores de Bollullos Par del Condado –Huelva– en el kilómetro 25 el día 23 de junio), la Consejería de Fomento podrá invertir prácticamente un millón de euros en el arreglo del tramo, en el que no hay zonas de concentración de accidentes (puntos negros). Los arreglos consistirán, explica el director de Infraestructuras, en el reasfaltado, el ensanchamiento de las intersecciones, el repintado y la reposición de señales. Pero... ¿y el desdoble?
«Lo descarta el Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (Potad, sic) debido a las cautelas ambientales con Doñana. Se puede revisar, pero la zona es de alto valor ecológico y se entablaría un debate público. El desdoble mejoraría las comunicaciones y eso traerá tensiones en el territorio, al incrementarse las expectativas urbanísticas», indica Huertas. «Ni siquiera está previsto en el plan Pista (la planificación de la Consejería de Fomento) hasta el año 2020», señala este alto cargo de la Junta de Andalucía.
El desdoble es sin embargo una reivindicación permanente en el extenso término de Almonte, una localidad cuya opinión pública ha evolucionado (como el resto del país) desde una visión netamente desarrollista a otra más sostenible. «Pero todas las decisiones se han tomado fuera, sin tener en cuenta a la gente de aquí», se lamenta el exalcalde socialista Francisco Bella (en el cargo entre 1991 y 2011). Bella propuso un transporte sostenible y colectivo –un tranvía entre Almonte y su núcleo costero– en 2004 que fue enterrado casi en el momento de nacer.
Hoy, explican desde el Ayuntamiento, tiene mucha aceptación el autobús que conecta ambos núcleos, en especial en horario nocturno, cuando mezclar ocio, juventud y tráfico quizá no sea la mejor de las ideas.
El actual concejal de Urbanismo, Antonio Joaquín Díaz, explica que el Ayuntamiento no ha renunciado nunca la reivindicación del desdoble y que el consenso es «casi unánime» en Almonte pese a las «dificultades históricas» que lo postergan: la compatibilidad con Doñana y lo caro que resulta compatibilizar una autovía con atravesar una de las reservas naturales más ricas y biodiversas de toda Europa. «Presionamos para que no se olvide el tema», expone, pero reconoce que de momento lo posible son mejoras en la carretera como este próximo reasfaltado o la posibilidad de habilitar un tercer carril, al que dio el visto bueno el anterior director general de Tráfico, Gregorio Serrano.
No obstante, recuerda que este desdoble «sí se incluyó en el plan Pista de 2006, por que si fue posible en el pasado podrá volver a serlo». De momento, la carretera solo se desdobla mediante un tercer carril de conos durante la romería del Rocío. «Y el debate no está entre economía y ecología. Sabemos lo que es el desarrollo sostenible y los límites ambientales de la legislación coordinada desde el nivel europeo al local y que es bueno que la UE esté siempre vigilante». Como el exalcalde, deja traslucir al expresarse cierta prevención ante quienes desde las grandes capitales prefieren imaginar a los almonteños como cejijuntos incapaces de comprender el tesoro ecológico donde viven.
Ya sin tener que medir las palabras, Bella afea las «decisiones tomadas entre Madrid y Sevilla que nos han metido debajo una bomba de gas», en referencia al polémico proyecto para almacenar combustible fósil bajo el parque nacional.
«Pero no tiene mucho sentido que el trayecto entre Sevilla y Matalascañas en verano signifique 40 minutos hasta Almonte y desde ahí una hora y media». Lo normal es que entre la cabecera del municipio y su población atlántica solo se empleen 20 minutos.
El concejal quiere añadir una última cuestión. Una carretera fluida no solo es importante para aliviar los atascos de veraneantes y devotos. También la temporada agrícola de la fresa mantiene una gran actividad en los cientos de fincas colindantes entre octubre y mayo.
¿Piensan lo mismo los vecinos que los políticos? Pedro Roldán, representante de la patronal de la pequeña y mediana empresa Cepyme en Almonte, apuesta también por el desdoble con medidas de ambientales «o el soterramiento». «Es posible hacerlas», explica, pero la Administración, «sin decir que no la va a desdoblar, siempre pone problemas, cuando técnicamente este no es un terreno montañoso». Roldán considera vital esta infraestructura para la fresa y para el turismo. «Y en verano calculo la hora para ir de Almonte a El Rocío o Matalascañas para no tardar una hora». Eso sí, introduce una nueva variable en la economía local: el turismo de naturaleza. Un sector «con gran potencial» porque el turista ecológico «no está sujeto a la estacionalidad, no satura, respeta y además gasta más: lo estamos mimando». A estos turistas les da igual el desdoble. Hasta puede que prefieran que nunca llegue.
«Comenzó un articulista con el pitorreo, de que ahora vendrían las hermandades al Rocío en tren, y se acabó el proyecto». Así recuerda el exalcalde de Almonte Francisco Bella el carpetazo fulminante que se dio en 2004 a su proyecto de complementar la carretera con un tranvía –eso sí, de 40 kilómetros– que circularía a 70 kilómetros por hora con paradas en Almonte, El Rocío y Matalascañas. «Nadie lo entendía, pero fue el fruto de una mesa de la sostenibilidad que trabajó desde el año 2000 y en la que participaron 75 asociaciones», lamenta 14 años después de aquel fracaso, que incluía locomotoras impulsadas por energía solar y sin catenarias.
«Decía la Junta que era mucha inversión, pero no veía el ahorro en respirar CO2, que respiramos a punta pala en verano. En realidad, lo que pasa es que pese a lo que recomendaban los expertos, que era que la gente de Almonte tomara decisiones sobre su entorno, esta participación y la autoestima de la gente del pueblo siempre se obvia. Pues ante el bloqueo del desdoble y sabiendo las necesidades de aumentar la capacidad de la A-483, diseñaron una alternativa sostenible, sin contaminar y que no afectaba al cambio climático».
En su lugar, lamenta, y tras desechar «mil y una propuestas» made in Almonte, como bolsas de aparcamiento y carriles bus, el resultado «es una carretera con problemas de diseño, porque en el lugar donde se mataron estos dos chavales hay conductores que se lían con los carriles. Pero para quienes toman decisiones por nosotros es más fácil mantener el tópico de que no apostamos por el desarrollo sostenible. El resultado: en 25 años estamos igual. La gestión de Doñana es un cacao en el que un montón de administraciones opinan, los juzgados agobian a regantes por problemas que la Administración no ha resuelto y la movilidad es un ingrediente más de ese cacao, cuando podríamos habernos cualificado como comarca sostenible y como modelo de transporte».