El portazo a la negociación que dio ayer Ciudadanos (C’s) y la reticencia de Podemos a facilitar la investidura de Susana Díaz obligaron ayer al PSOE a buscar cobijo en el PP, principal partido de la oposición, y el único con el que la socialista se juró que no pactaría. Desde las elecciones autonómicas del 22 de marzo, Díaz ha negociado preferentemente con las dos fuerzas que se estrenaban en el Parlamento, las únicas que habían puesto condiciones concretas para apoyar su nombramiento como presidenta. Pero la sesión de investidura del martes supuso un giro inesperado de los acontecimientos: Ciudadanos, por mediación expresa de su líder nacional, Albert Rivera, enfrió el apoyo de su partido a la investidura y endureció las condiciones, corrigiendo a su portavoz en Andalucía, Juan Marín, que ya había anunciado que, tras llegar a un acuerdo anticorrupción con el PSOE, se abstendría en segunda vuelta. Y Podemos se reafirmó en el no, remarcando la “desconfianza” que le genera Susana Díaz, y su negativa a aceptar las dos condiciones impuestas: que la Junta rompa con los bancos que permiten desahucios y el cese de todos los altos cargos de la administración contratados a dedo.
Los socialistas han aparcado esa estrategia y han recurrido al PP, con el que esta mañana se han reunido en el Parlamento. El portavoz popular, Carlos Rojas, ha entregado a su homólogo en el PSOE, Mario Jiménez, un documento con las 146 propuestas que el líder del PP-A, Juan Manuel Moreno, mencionó el martes durante su réplica al discurso de investidura de Susana Díaz. Hasta ese momento, los populares no habían planteado condiciones ni medidas concretas para desbloquear la formación del gobierno, algo que la socialista le reprochó a Moreno durante el debate. Jiménez ha explicado que su partido “estudiará lo antes posible” las propuestas del PP que incluyen, dice, “elementos esenciales” que tienen que ver con la recuperación económica, los servicios públicos o la transparencia. “Creemos que puede haber elementos en que podemos coincidir con el PP”, ha subrayado el socialista, tras aplaudir que los populares “hayan recapacitado” sobre su actitud, porque “no tenía sentido que el principal partido de la oposición, con 33 escaños, siguiera absolutamente excluido de este debate y en una posición irrelevante”.
En su discurso de investidura, Díaz también lanzó algunos guiños al PP, incorporando algunas de sus propuestas fiscales y económicas, como la rebaja de dos puntos del IRPF para beneficiar a las clases medias y bajas, y la reducción del impuesto de sociedades. Moreno acusa a Díaz de “prepotencia” y le exige que se ponga al frente personalmente de las negociaciones.