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El speed y las sustancias alegales se imponen en el mercado de la droga

El sultato de anfetamina se convierte en la alternativa barata a la cocaína y psicotrópicos aún sin fiscalizar suplantan a los tradicionales para burlar la ley

08 nov 2015 / 20:45 h - Actualizado: 08 nov 2015 / 20:46 h.
"Salud pública"
  • El programa Energy Control ofrece analizar las sustancias consumidas en zonas de ocio mediante laboratorios instaladas en carpas. / El Correo
    El programa Energy Control ofrece analizar las sustancias consumidas en zonas de ocio mediante laboratorios instaladas en carpas. / El Correo

Aunque el cannabis y la cocaína siguen siendo las drogas ilegales más consumidas en las zonas de ocio nocturno, el programa Energy Control que desde 2009 desarrolla en Andalucía la ONG Bienestar y Desarrollo, con el que la comunidad participa en el sistema de alerta temprana europeo para la detección de nuevas sustancias, ha detectado este año hasta 14 nuevos psicotrópicos sin fiscalizar y que se mueven, por tanto en la alegalidad. En algunos casos se venden como si fueran cocaína, éxtasis u otras drogas tradicionales y en otros en «envases atractivos, normalmente como polvos para esnifar o hierbas secas para fumar», explica el coordinador del programa, Claudio Vidal. Son las llamadas legal high. Al no estar prohibidas específicamente, su venta no es ilegal y los distribuidores se descargan además de toda responsabilidad incluyendo una etiqueta: «No apto para consumo humano».

El sistema de alerta temprana fue implantado por la UE para detectar cuanto antes esas nuevas sustancias de las que se vale el mercado de la droga para burlar la ley, ya que al no estar prohibidas usan los canales de transporte de mercancías normales y se venden impunemente por internet e incluso en tiendas físicas. El objetivo es fiscalizarlas para su prohibición pero también conocer sus efectos y la atención sanitaria a prestar si llega el caso, ya que cuando aparecen en el mercado se conoce poco de ellas. España participa en este sistema y en Andalucía es la ONG Bienestar y Desarrollo la que, mediante análisis in situ en zonas de ocio, detecta nuevas sustancias que se consumen en éstas. Es el usuario el que voluntariamente puede acudir a los laboratorios móviles del programa para saber qué está consumiendo realmente y, aunque pueda resultar extraño, Vidal señala que «el consumo de drogas no implica que no haya una preocupación por la salud» y querer conocer qué sustancia está tomando y sus efectos. Este año se han analizado unas 700 muestras.

Entre las 14 nuevas sustancias localizadas (catinonas, cannabinoides, benzodiacepinas y amninoindanos), la mayoría imitadoras del efecto estimulante de la cocaína o el éxtasis, preocupa especialmente la reaparición de la conocida como PMMA, que sí fue ilegalizada en 2002. Ha aparecido en unas pastillas rosas conocidas como Supermán por llevar el emblema del héroe y son especialmente tóxicas con riesgo de muerte.

Pero los análisis también permiten detectar la adulteración de las drogas clásicas. Vidal explica que el principal adulterante en todas ellas es la cafeína pero también aparecen las legal high en dosis vendidas como otra cosa.

Junto a la ampliación de la variedad de psicotrópicos en el mercado, en los últimos años se ha detectado que el speed (sultato de anfetamina), hasta 2009 casi desconocido en la noche andaluza, se ha convertido en la alternativa barata a la cocaína, relegando a ésta. Un gramo cuesta 20 euros frente a los 60 de la cocaína. Eso, y un desabastecimiento puntual que en esos años se produjo de éxtasis, llevó a la difusión del speed que ya se ha consolidado.

En lo que va de año, 10.851 andaluces han entrado en la red de centros de la Junta para el tratamiento de adicción a las drogas, de los que casi la mitad (4.752) ya han intentado antes desengancharse. El cannabis y la cocaína son las principales sustancias a la que estas personas son adictas, seguida de la heroína (pura o el llamado rebujao).