El virus repunta entre hombres que ya no se protegen

Los datos andaluces. El perfil del nuevo paciente es un varón joven que ha relativizado la enfermedad que se tomaron tan en serio los gais de la generación anterior

30 nov 2016 / 15:36 h - Actualizado: 01 dic 2016 / 07:00 h.
"Sida","¿Qué es del Sida?"
  • Acción por el uso del preservativo en las relaciones entre hombres. / Efe
    Acción por el uso del preservativo en las relaciones entre hombres. / Efe
  • Promoción del preservativo para prevenir el sida. / Efe
    Promoción del preservativo para prevenir el sida. / Efe
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  • Varios empleados del Gobierno tailandés mientras preparan la primera generación de drogas antirretrovirales genéricas contra el sida. / Efe
    Varios empleados del Gobierno tailandés mientras preparan la primera generación de drogas antirretrovirales genéricas contra el sida. / Efe
  • Prostitución: una práctica de riesgo. / Efe
    Prostitución: una práctica de riesgo. / Efe
  • Mural contra el sida en Alcalá de Guadaíra, pintado en 1999. / Iria Comesaña
    Mural contra el sida en Alcalá de Guadaíra, pintado en 1999. / Iria Comesaña

Nos hemos confiado. Tanta campaña mediática de prevención, tanta lucha por no excluir de la sociedad a las personas con VIH y tanta investigación sobre el virus ahora más conocido por la ciencia han podido ayudar a que los hábitos de prevención se relajen, la gravedad del sida se relativice y la enfermedad repunte en Andalucía: casi un 8% en los últimos 10 años, más o menos como en el resto de España.

La encuesta de GeSida, realizada por 24 centros hospitalarios de Andalucía y auspiciada por la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas, indica que el número de nuevos casos de VIH en hombres ha crecido exactamente el 7,8% desde 2006.

El contagio por vía sexual entre estos individuos también creció en términos similares (7,9%), mientras baja levemente (de 40 a 36 años) la edad media a la que fue diagnosticada la infección.

Las cifras, expone el portavoz de GeSida y médico del Hospital de la Costa del Sol de Marbella (Málaga) Javier de la Torre, dibujan una evolución de «estabilidad en la epidemia», con una ligera pendiente al alza que no alarma, pero tampoco tranquiliza: «¡es que no baja tampoco!», exclama el doctor.

Los datos se extraen de la encuesta de prevalencia de pacientes infectados por VIH que se realiza cada dos años en centros de toda la comunidad autónoma andaluza, y que permitió recoger información de 3.926 pacientes entre 2006 y 2016. Es una encuesta: eso quiere decir que hay más personas con anticuerpos del VIH, el virus que provoca el sida.

Sin embargo, los casos en los que el VIH se transforma en la enfermedad del sida sí han descendido. El último año, el 5,43%, como desveló esta semana el consejero de Salud, Aquilino Alonso, en los actos del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que la Junta celebra en Córdoba.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) registró el año pasado 87 nuevos casos de sida (1,04 por 100.000 habitantes). El peor año fue el ya lejano 1994, cuando los casos registrados fueron 1.195 nada menos. Según los datos oficiales del SAS las nuevas infecciones de VIH en todo 2015 fueron 650 (7,74 por cada 100.000 habitantes).

Reconoce que la tasa es «ligeramente superior a la de España» (7,39 casos por 100.000 habitantes), pero no aporta más datos sobre la evolución de la infección por el VIH ni cuestiona la validez de la encuesta de GeSida sobre portadores del virus.

Sí que coinciden ambas fuentes en la tendencia a la masculinización de la enfermedad. El SAS calcula que el 87,08% de las nuevas infecciones ocurrió entre hombres –y literalmente: el 52% de estos últimos contagios se produjo al mantener relaciones sexuales entre varones–.

No hubo ninguno de transmisión madre-hijo, por contraste con una de las casuística que más alarmaban en los años 90.

Y es que el perfil del paciente ha cambiado. Si en los años 80 y 90 el sida tenía dos caras (la relacionada con el consumo de drogas y la del sexo de riesgo), hoy, también en los datos de De la Torre, la inmensa mayoría de los nuevos contactos tienen como retrato robot el de un hombre que ha mantenido sexo con otro hombre.

«Estamos ante otra generación. Si al principio el colectivo homosexual, con iconos afectados como Rock Hudson y Freddy Mercury, se concienció y participó en las campañas de prevención, los varones que tienen sexo con otros varones 20 años después parece que le han perdido el respeto a la enfermedad. Para un 15% de los jóvenes, en encuestas de salud que maneja GeSida, el sida ha dejado de ser un problema». Y hay mucha desinformación: para otro 25% es una enfermedad mortal.

La despreocupación y la ignorancia no son nunca estrategias de éxito. Los datos de la Consejería de Salud señalan que el 28,15% (más que una de cada cuatro) nuevas infecciones se diagnosticaron en menores de 30 años, por lo que insiste en sus políticas de divulgación (1,40 millones de euros invertidos en los últimos seis años, siete millones de preservativos distribuidos y 220.425 kits para hombres homosexuales, entre otros materiales de prevención, 21.500 llamadas al teléfono gratuito de información sexual autonómico –900 850 100– entre enero y noviembre de este año...).

Los médicos especializados están reunidos en San Sebastián en el congreso nacional GeSida hasta mañana y les preocupa que sólo una cuarta parte de los nuevos diagnósticos se haya realizado en atención primaria (el médico de cabecera), una cifra que no ha variado en 10 años «y cuya mejora constituye un objetivo fundamental para la detección precoz de la infección», explican desde GeSida.

Y es que uno de los problemas para la lucha contra el sida, con 150.000 personas con VIH en España, es la bolsa de entre 30.000 y 50.000 personas infectadas y que no saben que portan el virus, insiste De la Torre, que apuesta por campañas de detección precoz. La Junta de Andalucía ha realizado en este sentido más de 25.000 pruebas desde 2008. Solo el 2%578 resultaron positivas.

Y es que el portador del virus es capaz de transmitirlo sin saberlo. El quebradero de cabeza es que pueden pasar hasta siete años –en los que el sistema inmunitario del paciente lucha en solitario contra el VIH– hasta que comienzan los primeros síntomas de enfermedad y aparece el sida...

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) intenta que en 2020 el 90% de personas infectadas sepan que tienen VIH, el 90% de personas infectadas estén bajo tratamiento antirretroviral y el 90% de personas infectadas hayan bajado su carga viral hasta los llamados niveles indetectables, en los que el virus sobrevive escondido).

Es lo que se llama estrategia 90-90-90.

En Andalucía en esta década se ha pasado del 76,8% al 95% de pacientes recibiendo tratamientos antirretrovirales, según GeSida. Este tratamiento antrirretroviral que mantiene a raya la enfermedad y les permite una vida normal durante décadas, mientras que el porcentaje de pacientes con carga indetectable del virus –tras ese tratamiento, que no cura, pero sí impide que los virus residuales minen el cuerpo del paciente– se sitúa en el 91,7% (frente al 72,7% anterior), con lo que se cumplen en Andalucía parte de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud de cara al ya inminente 2020.

El estudio se presenta de manera más pormenorizada en el VIII Congreso Nacional de GeSida, la principal reunión científica sobre VIH de España, al que acuden especialistas de ámbito nacional e internacional.

Otros de los datos relevantes de este estudio señala que sólo una cuarta parte de los nuevos diagnósticos se realizó en atención primaria. Mejorar esta cifra ayudaría a la detección precoz de la infección, esencial para prevenir nuevos contagios y que las personas infectadas comiencen cuanto antes su tratamiento. Un 20% de los nuevos diagnósticos, incluso, se realizaron de forma demasiado tardía.

Si explicamos el sida en palabras simples lo podemos explicar como una superbajada de defensas. Por ello muchos pacientes soportan no solo los estragos del VIH, sino los de otros microorganismos. La enfermedad asociada más frecuente es la combinación del virus del sida con el de la de la hepatitis C, si bien este tándem descendió de forma leve en los últimos años (del 45 al 40,6%). Sin embargo, la combinación con otras enfermedades de transmisión sexual se disparó de manera destacada entre hombres que mantuvieron relaciones sexuales con otros hombres, que pasaron del 3,4% en 2006 al 20% en este año.

La prevalencia de pacientes diabéticos y con eventos cardiovasculares además de VIH aumentó también, pero de forma progresiva (del 6,5 al 12%, y del 1,9 al 3,1%, respectivamente).

Más allá de los nuevos contagios, la mayoría de personas con VIH –transmitido en cualquier momento del pasado– en Andalucía son en la actualidad hombres (79,6%) con una edad media de 48 años (frente a los 42,2 de 2006: aunque el contagio se detecte antes, viven ahora más) y que se infectaron por vía sexual (54,7%).

GeSida es el Grupo de Estudios del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). A él pertenecen la práctica totalidad de los expertos en VIH de España (cerca de 500). Junto al Plan Nacional del Sida, los expertos de GeSida elaboran anualmente las Guías del Tratamiento Antirretroviral y otros documentos y consensos que marcan la estrategia de referencia no sólo en España, sino también en gran parte de Latinoamérica, frente al VIH.

En esta ocasión, destaca la participación en GeSida de ponentes de prestigio internacional como Daniel Kuritzkes, de la Universidad de Harvard (EEUU) y pionero en el estudio de técnicas para la erradicación del VIH; o de Sharon Hillier, de la Universidad de Pittsburg (EEUU) y especializada en el análisis de métodos de prevención para su implantación en países como Estados Unidos, la India o del continente africano.

Sus intervenciones se enmarcan en un encuentro en el que participan más de medio millar de expertos de todo el país y en el que se abordarán –a través de sesiones plenarias, mesas redondas, de debate y talleres– contenidos de máxima actualidad en relación con la investigación sobre el VIH.

Así, se están tratando cuestiones como la prevención médica de la infección (la profilaxis preexposición), las posibles vías de cura funcional en proceso de estudio, los nuevos tratamientos para las principales comorbilidades –las enfermedades que se asocian, como los casos del a hepatitis C o la diabetes– del virus o las necesidades sociosanitarias de los pacientes de edad más avanzada, ahora que la enfermedad es crónica y no la condena a una muerte rápida de los años 80 y 90.

A todo ello hay que sumar las más de 200 comunicaciones y pósteres basados en investigaciones promovidas por los expertos de GeSIDA, que analizan estos días en el congreso nacional de San Sebastián prácticamente toda las problemáticas que confluyen en la realidad médica y social del VIH.

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