Ecoperiodismo

Entornos laborales preparados para el cambio climático

España es ya el segundo país del mundo donde se registra mayor cantidad de olas de calor y de mayor duración

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
21 jul 2019 / 07:30 h - Actualizado: 21 jul 2019 / 07:30 h.
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CCOO destaca las buenas prácticas llevadas a cabo por administraciones públicas y empresas en la adaptación y la protección de la salud ante el cambio climático. El sindicato, que lleva más de una década trabajando en paliar los efectos en la salud del cambio climático, acaba de publicar un catalogo de experiencias de éxito llevadas a cabo para que los efectos del cambio global no acarreen enfermedades o muertes en los entornos laborales.

La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ya ha superado las 415 partes por millón en mayo de 2019. Un dramático récord de la concentración diaria de CO2 que nos aleja cada vez más del umbral de seguridad que nos recomienda la comunidad científica para evitar un cambio climático abrupto, peligroso e irreversible. La situación está fuera de control, las emisiones mundiales de carbono crecen al ritmo más rápido desde 2010 y España es el país que más las aumenta dentro de la Unión Europea.

Compromiso insuficiente

Los compromisos de todos los países del mundo aún no son suficientes para alcanzar el objetivo del Acuerdo de Protección del Clima de París, que consiste en limitar el calentamiento global a un mínimo de entre 1,5 y 2 grados centígrados. Es más, la Organización Meteorológica Mundial espera un aumento de la temperatura promedio mundial de 3-5 °C para final de siglo si no se refuerza la acción climática. Los impactos actuales del cambio climático y los escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero previstos han desencadenado protestas ciudadanas para empujar a las instituciones públicas a declarar la “emergencia climática”.

Desde un punto de vista de la salud humana, el cambio climático es ya una realidad incontestable que influye negativamente en los factores esenciales para garantizar un buen estado de salud, como el agua, la alimentación, la pobreza, el territorio, entre otros. De hecho, la crisis climática representa una amenaza para las mejoras logradas en salud pública en el último medio siglo.

España, vulnerable

El territorio español y sus habitantes son uno de los espacios y poblaciones europeas más vulnerables a sus efectos. En nuestro país los principales impactos que pueden tener una repercusión más acusada en la salud de las personas son las altas temperaturas; los eventos meteorológicos extremos; la contaminación atmosférica y de aeroalérgenos, y las enfermedades transmitidas por vectores infecciosos, por alimentos y por el agua. El calentamiento global está aumentando la frecuencia, intensidad y duración de los periodos de temperaturas extremas.

España es ya el segundo país del mundo donde se registra mayor cantidad de olas de calor y de mayor duración. Actualmente se producen 1.400 muertes anuales atribuibles al exceso de calor y estas cifras podrían ascender hasta las 13.000 para mediados-finales de siglo si no se toman las medidas necesarias.

En el ámbito de la salud pública, la adaptación es un proceso que ya está en marcha. Los procesos de aclimatación, culturales y socioeconómicos, además de las políticas públicas adoptadas, como los planes de prevención ante calor extremo, arrojan resultados positivos, como la reducción en la morbimortalidad ante las altas temperaturas, es decir en el impacto en muertes y en el agravamiento de enfermedades.

Un número creciente de comunidades autónomas está evaluando su vulnerabilidad al cambio climático, adoptando planes de adaptación y preparación para emergencias, además de proporcionar información climática a los servicios sanitarios. No obstante, la implementación de medidas de adaptación ante el cambio climático se encuentra aún en una fase temprana; los nuevos gobiernos autonómicos y municipales tendrán que avanzar en esta agenda prestando especial atención a los aspectos de la salud humana. Por ello es imprescindible contar con una foto de partida de la situación actual en el ámbito autonómico para poder evaluar el progreso realizado dentro de cuatro años. Y eso es lo que ha hecho CCOO con la publicación de un catálogo de experiencias en administraciones públicas y empresas, para avanzar en la adaptación y la protección de la salud ante el cambio climático. “La relación cambio climático y salud humana es una línea de trabajo que comenzamos hace más de diez años”, explica Mariano Sanz Lubeiro, secretario confederal de Medio Ambiente y Movilidad de Comisiones Obreras. Las primeras publicaciones de CCOO se enfocaron sobre los impactos del cambio climático en el empleo y la salud y se trataban los beneficios de la mitigación y reducción de emisiones y la transición energética en la salud humana. “En 2016 desarrollamos el proyecto La adaptación al cambio climático desde la perspectiva de la salud pública y laboral para empujar la agenda a nivel estatal; y planteamos el primer foro de salud laboral y cambio climático”. Con el nuevo proyecto SALUDAPT pretenden ahora hacer un diagnóstico de la situación actual de las políticas de adaptación y protección de la salud humana en las comunidades autónomas españolas, identificar las mejores prácticas en las administraciones públicas y empresas y trasferir el conocimiento mediante actividades de formación y sensibilización.

“Somos conscientes que muchas de las experiencias y medidas recogidas serán más útiles para profesionales y responsables de la toma de decisiones en el ámbito de la salud y el cambio climático en administraciones públicas o en empresas”, explica el responsable nacional de Medio Ambiente de CCOO. “Para nosotros es muy importante en todo caso llegar a los y las trabajadores y sus representantes en los centros de trabajo, especialmente aquellos más expuestos a las temperaturas extremas en actividades en el exterior como la construcción, la agricultura, servicios de limpieza y jardinería, agentes turísticos o de movilidad, encargados de equipajes...”, detalla Mariano Sanz Lubeiro.

El documento recoge propuestas de actuaciones dirigidos a las autoridades ambientales, sanitarias y laborales, así como a las empresas, ya que, seguún CCOO, “cada uno de estos actores tiene una responsabilidad en virtud de sus competencias para proteger a la población trabajadora como un colectivo en riesgo ante el cambio climático”.