Estas son las ‘banderas negras’ de la costa andaluza

Ecologistas en Acción ha presentado esta semana en Santander su informe ‘Banderas Negras 2019’, que otorga dos banderas por cada provincia litoral.

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
14 jun 2019 / 16:11 h - Actualizado: 14 jun 2019 / 12:22 h.
"Medio ambiente"
  • Playa del Algarrobico (Carboneras, Almería), con el hotel ilegal que nunca acaba de demolerse. / El Correo
    Playa del Algarrobico (Carboneras, Almería), con el hotel ilegal que nunca acaba de demolerse. / El Correo

Ecologistas en Acción ha presentado esta semana en Santander su informe 'Banderas Negras 2019', que otorga dos banderas por cada provincia litoral, más Ceuta y Melilla. Las dos banderas se corresponden a casos de contaminación y de mala gestión ambiental. En Andalucía las banderas negras por contaminación son las playas de Costacabana (Almería), El Carmen (Barbate, Cádiz), Las Azucenas (Motril, Granada) Nerja (Málaga) y la Ría de Huelva.

La organización Ecologistas en Acción ha realizado un análisis de los casi 8.000 kilómetros de las costas del litoral español. En esta edición, el informe 'Banderas Negras 2019', ha considerado aquellos casos más característicos de afecciones por contaminación y mala gestión ambiental.

En el informe se han asignado dos banderas negras a cada provincia litoral, más Ceuta y Melilla, por lo que se suman un total de 48 casos. Este año se han vuelto a asignar algunas banderas recurrentes que ya obtuvieron el galardón en el año 2018, como por ejemplo el hotel ilegal del Algarrobico (Almería), el proyecto del puerto de San Vicente de la Barquera (Cantabria) o la playa de Els Peixets (Valencia).

En el análisis del litoral andaluz, Ecologistas en Acción ha destacado como casos graves de contaminación las playas de de Costacabana (Almería), El Carmen (Barbate, Cádiz), Las Azucenas (Motril, Granada) Nerja (Málaga) y la Ría de Huelva.

En el caso de la playa almeriense de Costabacaba, la organización explica que esa es “uno de los mayores quebraderos de cabeza para la Administración Central y para los usuarios de ese espacio costero”. Desde 2005, según el Ministerio, gasta varios millones de euros en restauraciones de esta playa que no han servido para nada. Sólo durante el año 2015 se gastaron 2,4 millones de euros para aportar a la playa 150.000 metros cúbicos de arena y construir 5 espigones. Los temporales posteriores se han llevado esa arena y en 2018 hubo que reinvertir de nuevo en meter más arena. Para rematar, en los últimos años, los vecinos están comprobando que el emisario de pluviales evacua con frecuencia aguas con residuos sólidos que no son depurados ni tratados, infringiendo la ley. “Es necesaria una mayor implicación del Ayuntamiento en su conservación y también mayor concienciación de los usuarios, lo que ayudaría a mejorar la situación de esta playa”, concluyen desde Ecologistas en Acción.

En Cádiz la bandera negra por contaminación se la lleva la playa de El Carmen, en Barbate, donde la depuradora continúa funcionando en condiciones lamentables, sin que la nueva depuradora, a cargo del Estado, inicie las obras. En verano tienen que desviar el punto de vertido, alejándolo de la desembocadura del río Barbate y de la cercana playa urbana de El Carmen. Ya en 2011, la Junta de Andalucía prohibió el baño en la playa de El Carmen “por la alta presencia de bacterias coliformes fecales”. Barbate fue uno de los municipios multados por la UE (12 millones de euros de euros a cargo del Estado) en julio del año 2018, por mala depuración de sus aguas residuales que acerraeaban riesgo para la salud y el medio ambiente.

“En Granada todo sigue casi igual”, explica el informe de banderas negras 2019. Sólo

hay tres depuradoras en la costa que, según datos de la junta de Andalucía, depuran correctamente; el resto de las poblaciones vierten directamente al mar. Se siguen recibiendo vertidos de aguas residuales por la Rambla de los Álamos, que es usado por los responsables de la depuradora como aliviadero cuando les conviene. Además, los temporales van descubriendo las toneladas de escombros y basuras que estaban

camufladas bajo la arena.

La Playa de Poniente (Motril) se inunda cada vez que hay temporales o lluvias, y sigue recibiendo directamente las aguas residuales de los polígonos industriales cercanos. Todas las urbanizaciones entre Almuñécar y Salobreña vierten directamente sus aguas

residuales a los barrancos y de ahí al mar. Además, desde Motril hasta Almería, los invernaderos siguen asfixiando las playas y llenando de plásticos y residuos toda la zona, llegando a culminar en las playas de la Rábita, famosas en el mundo entero por sus residuos.

En Huelva, la combinación de industria química extremadamente contaminante (refinería, planta de amoniaco, fábrica de cloro, fertilizantes, pigmentos para pinturas...) con el trasiego portuario y grandes almacenamientos de materias peligrosas (metano, gasoil y gasolina ...) convierten a la Ría de Huelva en un espacio de alto riesgo en el que son constantes las emisiones atmosféricas y demasiado frecuentes los vertidos a los espacios

marinos. El Puerto de Huelva sigue ocupando y rellenando espacios marinos con los sedimentos contaminados procedentes de sus dragados y una amplia zona de las marismas de la ría sigue ocupada por unos 120 millones de toneladas de residuos peligrosos y radiactivos conocidos como fosfoyesos, procedentes de los años de producción de ácido fosfórico por parte de Fertiberia, Foret y otras empresas.

En la provincia de Málaga la bandera negra por contaminación se la lleva, un año más, el litoral de Nerja, el municipio turístico más importante de la Costa del Sol oriental, por no tener solucionado aún la depuración de aguas residuales. Actualmente este ayuntamiento está arrojando continuamente aguas residuales no depuradas a través de dos emisarios submarinos, a tan sólo 1,5 km de las playas y de las calas del paraje natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo. Se trata de una Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) que en 1995 fue incluida entre las “agraciadas” por el Estado por su Interés Nacional, pero entre retrasos del Ministerio, dificultades económicas de la empresa concesionaria, y las prohibiciones temporales de obras por el ayuntamiento de Nerja para no molestar a los turistas, esta depuradora lleva un retraso de más de diez años, respecto a las restantes de la Costa del Sol Oriental. Por otra parte, los dos emisarios submarinos con que cuenta el municipio de Nerja, que desembocan a 1,5 km de la costa, sufren roturas por los temporales y tardan en arreglarse.

El infome de banderas negras por contaminación se complemeta con las banderas negras por mala gestión ambiental, que en Andalucía corresponden a la playa del Algarrobico (Carboneras, Almería), con el hotel ilegal que nunca acaba de demolerse; la amenaza urbanística de Guadalquitón en San Roque (Cádiz); el alto impacto urbanístico en las playas del Peñón y la Guardería, en Salobreña (Granada); y la mala gestión ambiental de la playa de La Antilla, en Lepe (Huelva), donde la ocupación indebida e ilegal, en algunos casos, de la playa impide los flujos de arena y la formación natural de frentes dunares, dejándola sin protección ante temporales. En la Antilla los enormes chiringuitos y edificaciones invaden el espacio de la playa y la presión continua de actuaciones para protegerlos origina un constante despilfarro de dinero público en realimentaciones de arena.

En terminos generales, para Clara Megías, coordinadora del informe, “este estudio tiene como objetivo realizar un diagnóstico de la salud de nuestras costas, en el cual alertamos cada año del deterioro que sufren, debido en gran parte, aunque no en exclusiva, a las actuaciones de la industria turístico-inmobiliaria, que tiene en ellas uno de sus principales atractivos para el turismo de masas".

El término turistificación se emplea para referirse a los impactos que provoca el aumento desmesurado de turistas en un lugar determinado (un barrio, una ciudad, etc.). La turistificación en una playa tiene consecuencias directas sobre la costa y su entorno. A lo largo del informe se exponen algunas de las consecuencias derivadas de este sector en los frágiles entornos litorales.

"La simbiosis entre el Estado y la industria turístico-inmobiliaria ha generado un cambio sociológico desde la implantación del monocultivo turístico en nuestros entornos litorales", ha declarado Megías. Sin embargo, lejos de la extendida noción de que la sociedad española vive del turismo, Ecologistas en Acción detalla en su estudio cómo el aumento del turismo no conlleva un aumento de la riqueza.

Asimismo, el informe señala que el modelo actual de turismo conlleva la explotación de unos recursos que se encuentran amenazados y sobrepasa la capacidad de muchas localidades para enfrentar a la gran cantidad de turistas que visitan las playas.

'Banderas Negras 2019' da cuenta de problemáticas sin resolver, algunas recurrentes en el tiempo y otras no.

Su clasificación en función de las causas de origen es la siguiente:

– 15 banderas negras por vertidos de aguas sin depurar.

– Nueve banderas negras por especulación urbanística.

– Nueve banderas negras por afecciones industriales.

– Seis banderas negras por puertos y cruceros.

– Seis banderas negras por regresión costera.

– Dos banderas negras por acumulación de basuras.

– Dos banderas negras por otras actividades como los fondeos.

Al igual que en 2018, el mayor problema del litoral español se centra en los vertidos de aguas y su mala depuración.

Puedes ver el informe completo aquí: https://www.ecologistasenaccion.org/122337/informe-banderas-negras-2019/