Huelva, capital internacional del cambio climático

El Congreso SOCC, que se celebrará del 10 al 12 de mayo, abordará el cambio climático desde innovadores puntos de vista como la ética, las religiones, la educación o el género

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
06 may 2017 / 22:37 h - Actualizado: 06 may 2017 / 22:47 h.
"Ecoperiodismo"
  • Tierra completamente desértica en Isla Mínima (Isla Mayor), en una foto tomada en marzo del pasado año. / Txetxu Rubio
    Tierra completamente desértica en Isla Mínima (Isla Mayor), en una foto tomada en marzo del pasado año. / Txetxu Rubio

Es el gran reto ambiental del siglo XXI y del que depende prácticamente nuestra supervivencia como especie. «No existe una amenaza más grande para nuestro planeta que el cambio climático», ha dicho abiertamente el que fuera presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien incidió durante su mandato en que es un fenómeno que «no se puede negar o ignorar debido al riesgo que supone para la seguridad, economía y la salud pública». Pero no ha sido la única voz de trascendencia mundial que ha dado la voz de alarma. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon también recalcaba que «el cambio climático se está acelerando y las actividades del ser humano son el principal motivo. Los efectos son costosos, extensos y relevantes para la agricultura, los recursos de agua, la salud humana y los ecosistemas terrestre y oceánico. El cambio climático plantea riesgos de gran alcance para la estabilidad económica y la seguridad de las naciones». El propio Papa Francisco ha dedicado severas palabras a un fenómeno que tiene en el ser humano a su gran hacedor: «Hemos crecido pensando que éramos propietarios y dominadores de la Tierra, autorizados a expoliarla».

Voces autorizadas y de relevancia mundial que apuntan al mayor problema ambiental al que se ha enfrentado el ser humano desde sus orígenes y que, precisamente por ello, debe tener una consideración global. Por ello, el Congreso de Cambio Climático SOCC de Huelva quiere afrontar desde una perspectiva hasta ahora nueva: hablando más allá de las cifras y los datos climáticos para buscar soluciones desde los diferentes ámbitos y disciplinas humanas, como la ética, la educación, el género, la psicología, la gobernanza, las religiones, los refugiados climáticos, el crecimiento económico, la empresa, la transición energética, la comunicación, la ciudad, la agricultura, el turismo, el agua o el consumo, entre otras materias.

Para hablar de todas estas cuestiones, el SOCC ha logrado sumar a personalidades y expertos de toda índole. Ponentes de la talla de Federico Mayor Zaragoza, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero o el colombiano Ernesto Samper; la campeona del clima, Leyla Acaroglu, o el profesor austríaco e ideólogo de la Economía del Bien Común y la Banca Democrática, Christian Felber.

El momento de este congreso no es casual. La reciente Cumbre del Clima celebrada en París adoptó el primer acuerdo universal sobre cambio climático. «Es importante ahora no perder este impulso», explican los organizadores del SOCC, para lo cual los gobiernos deben avanzar en sus compromisos, al tiempo que los mercados maduran hacia la canalización de la inversión en economía limpia, sostenible y competitiva.

Que este congreso internacional de cambio climático se lleve a cabo en Andalucía no es causal. La nuestra es una de las regiones del planeta más vulnerables al cambio climático. Y se puede decir que tiene un dilatado historial a la hora de combatir este fenómeno, porque ya en el año 2002 el Gobierno andaluz aprobó la Estrategia de Cambio Climático, a partir de una concepción de este fenómeno como materia transversal. Son numerosas las iniciativas desarrolladas desde entonces, en materia de energía, agricultura, movilidad y transporte, aguas, ordenación del territorio y residuos.

En estos momentos, la Junta de Andalucía trabaja para hacer realidad la Ley Andaluza de Cambio Climático, texto que aspira a que esta comunidad autónoma mantenga la posición de referencia que ocupa en esta materia. Según se refleja en ese anteproyecto de la que será una ley andaluza pionera en el territorio nacional (ya que ninguna otra comunidad ni el propio Estado cuentan con un marco normativo de este rango), la visión de transversalidad en la lucha contra el cambio climático y el diseño de la estructura jurídica y administrativa prevista para su integración en la acción y la planificación sectorial a nivel de administración autonómica y local, son clave para que le Ley sea realmente efectiva.

Desde la Junta de Andalucía, que se ha volcado en la organización de este Congreso, se apuntan como principales cuestiones que el incremento de temperatura global por encima de los dos grados producirá consecuencias muy graves para el planeta y para Andalucía. Para impedir que se cumpla esa nefasta previsión climática, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio va a aplicar –mediante ley– instrumentos de mitigación y adaptación pioneros. Aunque el Gobierno andaluz sostiene que la responsabilidad en esta materia es común, pero diferenciada; considera crucial actuar de forma inmediata y coordinada entre Administraciones y la sociedad civil.

Según la organización del SOCC, el congreso va a servir para poner de relieve que el cambio climático tiene consecuencias económicas y sociales, además de las ambientales; va a mostrar el estado de desarrollo del conocimiento sobre este fenómeno; permitirá crear un espacio de debate de la implementación práctica de las políticas en la materia, analizando las herramientas normativas y tecnológicas disponibles y creará un clima de encuentro en el ámbito mediterráneo y latinoamericano.

Pero más allá de todo esto, entre sus objetivos está mostrar que es necesaria una actuación multinivel de la administración y el sector privado y en este contexto, destacar el papel de las Administraciones subnacionales. También quiere mostrar a la ciudadanía que la responsabilidad sobre el cambio climático es de todos, y que es esencial actuar ya para avanzar hacia la sostenibilidad, pensando globalmente y actuando localmente. Para ello, entre otras cosas, ha lanzado una serie audiovisual en la que muestra de manera práctica en vídeos de un minuto las cosas que puede hacer cualquier persona para luchar en su vida cotidiana contra el cambio climático sin por ello perder en calidad de vida, haciendo propio el lema del congreso de Sé parte de la solución.

Si además de todo ello, el Congreso de los Diputados logra adoptar una posición de consenso sobre los temas estratégicos una vez superado el punto de inflexión que supuso el acuerdo universal de París, se habrá avanzado mucho para la preparación de la COP22, porque como ponen de manifiesto los expertos, la cuenta atrás hace tiempo que ha comenzado.