IU Andalucía quiere que Garzón sea candidato por Madrid

Maíllo dice que el candidato representa un proyecto federal y descarta que sea cabeza electoral por Málaga o Sevilla. La confluencia con Podemos podría situarle como número tres en la lista encabezada por Iglesias.

26 abr 2016 / 14:30 h - Actualizado: 26 abr 2016 / 17:03 h.
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  • Alberto Garzón, portavoz de IU en el Congreso.
    Alberto Garzón, portavoz de IU en el Congreso.

La federación andaluza de Izquierda Unida, liderada por Antonio Maíllo, defiende que Alberto Garzón concurra a las próximas elecciones generales por Madrid, “dado que representa un proyecto federal y es el candidato de IU a la presidencia del Gobierno”. Así ha respondido Maíllo al ser preguntado por la posibilidad de éxito de la confluencia Podemos-IU, que obligaría a las dos formaciones a elegir las siglas con las que concurren juntos a los comicios y pactar listas conjuntas de cara al próximo 26 de junio.

Garzón fue número uno de IU por Madrid en las pasadas elecciones generales, igual que Pablo Iglesias lo fue por Podemos. La confluencia de ambas fuerzas augura que Iglesias mantenga el cartel electoral en la capital de España –dado que su fuerza obtuvo cinco millones de votos frente al millón de IU- desplazando a Garzón al tercer puesto de la lista (el segundo lo ocuparía una mujer, Carolina Bescansa, para cumplir con las listas cremallera). La federación andaluza de izquierdas no ve con malos ojos esta opción, en tanto “el líder de un partido federal debe representar un proyecto federal desde Madrid”. Se cierra así la posibilidad de que Garzón concurra como cabeza de lista por una circunscripción andaluza, Málaga (su ciudad de origen) o Sevilla, una propuesta ya planteada por Podemos durante la primera negociación para sellar una confluencia, antes de las elecciones del 20 de diciembre.

Ahora el escenario ha cambiado: es Podemos el que ha recurrido a IU demandando un segundo intento de unir sus fuerzas para superar el listón de la Ley Electoral. El partido de Iglesias, peor situado en las encuestas, busca confluir con IU para sumar el voto rural, sobre todo en zonas como Andalucía, donde la coalición de izquierdas duplica sus apoyos en los municipios respecto a las generales. En las municipales de 2015, IU obtuvo 423.172 votos frente a los 256.080 que logró en las generales. La coalición de izquierdas representa el 18 por ciento del sufragio andaluz, un aval con el que quieren negociar la confluencia con Podemos desde una posición de “igual a igual”. IU sumó casi un millón de votos en las pasadas generales, del que un 28 por ciento provenía de Andalucía. Aun así, no obtuvo ningún escaño por ninguna circunscripción andaluza, mientras que Podemos logró diez diputados.

Una vez que el Rey culmine esta tarde la ronda de consultas con los últimos dirigentes políticos y constate la necesidad de nuevas elecciones, la presidencia de IU se reunirá mañana miércoles en Madrid para designar a las personas que formarán parte de la comisión negociadora que se reunirá con Podemos para intentar pactar la confluencia. Tienen de plazo 16 días, hasta el 12 de mayo, para llegar a un acuerdo y registrarse como coalición para las elecciones del 26 de junio. Otra fecha señalada será el 7 de mayo, cuando se celebrará el Consejo Político federal de IU, máximo órgano entre congresos, que planteará los términos en los que se negocia la confluencia con la formación morado. Antes del 12 de mayo, la dirección de IU debe convocar una consulta a la militancia para recabar su apoyo a concurrir a las urnas junto a Podemos. El resultado que salga de esa consulta será un aval o un abierto rechazo a la estrategia política que Garzón ha ligado a su candidatura en la asamblea general de IU, el 4 y 5 de junio, que elegirá al futuro líder de la coalición de izquierdas. Todas los aspirantes defienden con más o menos matices la confluencia con Podemos, aunque Garzón ha sido desde el principio el que ha esgrimido un discurso más firme en este sentido.

En este momento, ambas formaciones parecen estar de acuerdo en la defensa programática e ideológica de unos mismos objetivos políticos para confluir en una misma candidatura. La mayor dificultad, sin embargo, estriba en dar con la fórmula que contenga ese equilibrio de fuerzas, ese “reconocimiento mutuo” del arraigo y la historia de dos formaciones políticas autónomas. IU defenderá, a priori, que sus siglas sean visibles en la papeleta, y que la confección de las listas electorales por territorios se haga sumando candidatos de una y otra fuerza. La campaña electoral se hará en paralelo, cada partido por un lado, aunque se reservarían momentos para grandes mítines conjuntos entre líderes de Podemos y de IU.