La fiebre del gas vuelve a la costa de Tarifa

Una empresa que se autodenomina española aunque es de capital británico y australiano, se hace con los derechos de sondeo para buscar gas en la costa de Tarifa y Barbate. Ecologistas en Acción ya se opuso en 2010 a este mismo proyecto

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
04 ago 2018 / 22:01 h - Actualizado: 04 ago 2018 / 22:04 h.
"Medio ambiente","Ecoperiodismo"
  • Una instalación de extracción de gas. Una empresa española, aunque de capital británico y australiano, se hace con los derechos de sondeo para buscar gas en la costa de Tarifa y Barbate. / El Correo
    Una instalación de extracción de gas. Una empresa española, aunque de capital británico y australiano, se hace con los derechos de sondeo para buscar gas en la costa de Tarifa y Barbate. / El Correo

El gas que podría almacenar una zona de gran valor natural en Tarifa ha traído ávidos del hidrocarburo a grandes inversores del sector. El nuevo proyecto de extracción de gas de El Tesorillo en la provincia de Cádiz, entre las Sierras del Retín y de la Plata (Tarifa), es la repetición calcada de un antiguo proyecto al que ya se opuso hace casi una década –en 2010– la organización Ecologistas en Acción, logrando entonces que los inversores abandonasen su intención de taladrar el subsuelo buscando gas.

Este nuevo proyecto se llama El Tesorillo y supone la reunificación de dos antiguos muy próximos que se llamaron El Tesorillo y Ruedalabola. Se sitúa entre Zahara de los Atunes y la N-340, en una casi depresión que hay entre la Sierra del Retín y la Sierra de La Plata y muy cerca de dos pedanías: Almarchal y Zarzuela. La primera empresa que pretendió explotar estos yacimientos de El Tesorillo y Ruedalabola fue la empresa unipersonal australiana Schuepbach. La entidad consiguió permiso de investigación en 2010 «pero no hizo nada y abandonó el proyecto después de un recurso de casación que interpuso Verdemar-Ecologistas en Acción», explica la organización ecologista. Ahora una nueva empresa extranjera con representantes españoles domiciliados en Salamanca, ha comprado los derechos a Schuepbach, aseguran los ecologistas. La nueva empresa se llama TARBA (Tarifa y Barbate).

TARBA ya se ha reunido, según han confirmado a Ecoperiodismo fuentes de la empresa, con los ayuntamientos afectados y con Ecologistas en Acción, «que han comprendido muy bien el proyecto», aseguraban. Pero comprenderlo no es aceptarlo. Ni mucho menos. Al menos en el caso de Ecologistas en Acción que ya han anunciado que de nuevo, igual que en 2010, se opondrá a cualquier proyecto extractivo de combustibles. «No podemos apoyar un proyecto que insiste en la senda equivocada, la de seguir explotando los combustibles fósiles, cuando lo que queremos es que permanezcan en el subsuelo», aclara desde Ecologistas en Acción, al tiempo que añaden que «el gas es un combustible fósil y como tal debe abandonarse para poder cumplir con los objetivos de París: es parte del problema y no de la solución; aunque se empeñan en presentárnoslo como el combustible fósil ‘bueno’, la combustión de hidrocarburos es la principal causa del cambio climático global, por lo que es preciso que estos recursos contaminantes permanezcan bajo tierra».

Las bondades del gas como combustible que desmienten desde Ecologistas en Acción hacen referencia a la presentación de TARBA sobre su proyecto en la que insiste que, aún siendo un hidrocarburo, es el combustible «de la transición energética». Fuentes de TARBA consultadas por Ecoperiodismo, inciden en que «además va a ser –por desgracia– una transición lenta».

En efecto deben pensar que será muy lenta porque las previsiones económicas que hacen a sus inversores es que podrían estar ante el mayor yacimiento de gas que han tenido nunca entre manos. Hablan de más de 23 billones de metros cúbicos de gas, lo que supone mucho más de las explotaciones que tienen ahora en Italia y Rumanía.

Otra de las presuntas bondades que vende la empresa, es que en el caso de que saquen gas no lo harán mediante la controvertida técnica del fracking. Obvian decirle a los alcaldes y responsables ciudadanos con los que se reúnen que aunque quisieran no podrían usar esa técnica de extracción de hidrocarburos porque desde el 3 de octubre de 2013 una Proposición no de Ley (PNL) declaró a Andalucía como territorio libre de prospecciones y explotaciones de hidrocarburos no convencionales mediante fractura hidráulica (fracking), «por los daños irreparables que causa al medio ambiente y, consecuentemente a las personas».

El Gobierno andaluz se posicionó entonces rechazando el uso de esta técnica en nuestra comunidad. Ya existen países como Francia que han aprobado una moratoria sobre el fracking, y Comunidades Autónomas como Asturias, que igualmente se han declarado libres de esta técnica extractiva.

Respecto a los alcaldes, parece que presentar este proyecto a menos de un año de la cita electoral ha jugado a su favor. El de Tarifa, dicen desde fuentes cercanas a la empresa, que ya ha dado su visto bueno, por lo que a la empresa sólo le restan salvar los escollos del Ministerio Ministerio para la Transición Ecológica que deberá dar una declaración de impacto ambiental y los informes previos de las autoridades medioambientales de la Junta de Andalucía.

Mientras la empresa ya ha iniciado las primeras investigaciones para conocer el potencial gasístico del futuro yacimiento de gas mediante una técnica llamada magnetotelúrica. Esta permite detectar las acumulaciones de gas en el subsuelo hasta dos mil metros de profundidad; para ello les basta con enterrar a unos 15 centímetros de la superficie unos sensores.

Los resultados que obtengan les permitirá comprobar si existe en estos yacimientos gas suficiente como para que merezca la pena su explotación. Si como parece esos datos señalan la cantidad de gas que esperan, la construcción de los pozos podría iniciarse el próximo verano. Siempre y cuando el Gobierno central y el andaluz le den vía libre a esta explotación de gas en un espacio natural.