Construida a mediados del siglo IX, la Alcazaba de Almería es la construcción árabe más extensa de España. «Alcazaba tenía Almería cuando Granada era sólo alquería», dice el dicho local para poner en valor su fortaleza frente a la granadina Alhambra. Declarada Monumento histórico y artístico en 1931 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985, el conjunto monumental se ha visto envuelto en los últimos tiempos por la controversia sobre el impacto visual que la recuperación de las Cuevas del Mesón Gitano, al pie del lienzo de su muralla, tiene en el recinto.

Además de la rehabilitación y acondicionamiento de las cuevas, con bares, cafeterías o comercios de artesanía, se planteó un edificio polivalente con servicios administrativos, centros de formación, artesanía y talleres de trabajo. El proyecto, impulsado por el exalcalde del PP, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, fue financiado con fondos del Plan Urban y el Plan Feder de la Unión Europea. Sin embargo, la obra ha sido criticada por algunas formaciones políticas, la Asociación de Amigos de La Alcazaba, que la calificó como «fracaso colectivo» para la ciudad o la Real Academia de Bellas Artes de Granada. «La actuación edificatoria no tiene cabida desde el punto de vista patrimonial ni es conforme a la legislación autonómica y nacional. El desproporcionado volumen del nuevo edificio distorsiona gravemente la imagen lejana de la Alcazaba», expone el Centro Unesco de Andalucía en un informe, alertando de la contaminación visual del nuevo edificio, que ya ha sido bautizado como «monstruo de hormigón o El Algarrobico del patrimonio».

El asunto llegó al Parlamento el pasado mes de junio a partir de una pregunta de la diputada de Podemos Lucía Ayala a la consejera de Cultura, Rosa Aguilar: «Le puede no gustar la edificación, a lo mejor podemos coincidir en eso, pero no lo voy a decir. No se trata de gustos, sino de legalidad y la Junta ha cumplido con la ley». Desde la Junta se mantiene que gracias a más de 30 visitas de inspección se han emitido cuatro informes y ocho resoluciones que «corrigen» el proyecto. «La Junta permite que se construya, ignorando las advertencias, y cuando el daño ya está hecho se pone la máscara de salvadora e intenta vender alguna acción cosmética», responde la diputada almeriense. Las conclusiones del Centro Unesco no dejan dudas sobre el impacto del edificio del Mesón Gitano: «La presencia del nuevo edificio dentro del ámbito de protección de la Alcazaba, produce una grave alteración que afecta los valores propios del bien y a su contemplación, apreciación y estudio; tanto desde numerosos puntos de vista inmediatos, como alejados situados al sur y oeste del monumento».

Hace una semana, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Almería decidieron unir fuerzas para «solucionar los problemas de impacto visual» sobre la Alcazaba. Durante esta segunda quincena de agosto, técnicos de ambas administraciones trabajan para intentar dar una solución «viable y legal» al entorno. Dentro de las alternativas que se barajan no está la de demoler el edificio, resaltan desde la propia Consejería de Cultura. «Es verdad que existen algunos elementos que tienen que ver con el impacto visual que causa la obra actualmente y que en medida de lo posible intentaremos reparar», ha llegado a reconocer el alcalde Ramón Fernández-Pacheco (PP).

Además de esta polémica, la Asociación de Amigos de la Alcazaba lleva tiempo denunciando el estado ruinoso en el que se encuentran algunas partes del monumento. Para ello se basaron en un informe de la Comisión Técnica del edificio, fechado en 2014, en el que se constataba la «dramática» situación del BIC y el deterioro de las murallas y algunos espacios imprescindibles para la seguridad de visitantes y del personal de la fortaleza. Hace algo más de un año, la Alcazaba tuvo que suspender durante seis días las visitas debido a la caída de bloques desde el lienzo sur de la muralla, justo el que da al edificio del Mesón Gitano. Junta y Ayuntamiento también han acordado realizar trabajos de urgencia en el conjunto monumental.

El apunte

Taladradas paredes del siglo XV

El pasado junio, las murallas del Patio de Armas de la Alcazaba almeriense fueron objeto de lo que la asociación Amigos de la Alcazaba considera un delito contra el patrimonio y que motivo una inspección y expediente por parte de la Delegación de Cultura. Con motivo de la celebración de las Jornadas de teatro del Siglo de Oro, los operarios de la empresa encargada del montaje del escenario taladraron unas paredes del siglo XV para fijar el andamiaje. Tras la denuncia, técnicos de Cultura acudieron a inspeccionar y obligaron a la empresa a repararla.