La Nao Santa María vuelve al mar

04 jun 2017 / 13:43 h - Actualizado: 05 jun 2017 / 16:32 h.
"Historia"
  • Vista desde el interior del casco de la nave durante las primeras fases de construcción, antes de ser recubierta con fibra de vidrio. / El Correo
    Vista desde el interior del casco de la nave durante las primeras fases de construcción, antes de ser recubierta con fibra de vidrio. / El Correo
  • Tronco del que se extraerá la madera de iroko para el revestimiento. / El Correo
    Tronco del que se extraerá la madera de iroko para el revestimiento. / El Correo

Los andaluces nunca han olvidado su historia porque han sabido conservar su legado y si no, lo han reinventado. Este año, con motivo del 525 aniversario del Descubrimiento de América, la Fundación Nao Victoria está construyendo una réplica a escala real de la Nao Santa María, una de las tres embarcaciones comandadas por Cristóbal Colón que puso rumbo a la India topándose con el Nuevo Mundo, erigiendo a Andalucía como el lugar donde se originó el principio de uno de los hitos históricos más importantes de la historia de la humanidad.

La Pinta y la Niña –las dos embarcaciones que realmente sí eran carabelas– pusieron rumbo hacía la India el 3 de Agosto de 1492 desde Palos de la Frontera (Huelva), capitaneadas por la Nao Santa María, la mayor de las naves y con formas más llenas, aunque de menor andar que las otras dos y a la que popularmente también se la ha denominado como carabela. No sería hasta dos meses después, el 12 de octubre, cuando Colón y sus tripulantes protagonizaron el primer encuentro entre los dos mundos. Sin embargo, en la Navidad de ese mismo año, la Nao Santa María naufragó por descuido de un grumete en la costa de la isla La Española, utilizándose posteriormente sus restos para construir en ese mismo lugar –en la Bahía del Caracol (Haití)– el primer asentamiento español en América.

El propósito actual

El proyecto se «materializó en noviembre del año pasado», apunta Alfonso Pérez, el jefe de obra a cargo de la construcción. En ese momento comenzaron a estudiar con la mayor precisión posible todas las especificaciones técnicas e históricas necesarias «para reproducir con total exactitud la forma del barco, los interiores y todos los espacios», afirma Pérez.

Sin embargo, a pesar de que la embarcación va a conservar su diseño original, sí que se van a utilizar «técnicas del siglo XXI como son la resina de poliéster y la fibra de vidrio, aunque forrado todo en madera de iroko –de procedencia tropical y muy resistente a la intemperie–, para que el visitante pueda retroceder en el tiempo hasta situarse en la nao desde la que zarpó Colón», pero con la diferencia de que los métodos utilizados para su construcción han sido sustancialmente diferentes, tal como lo exigen los diferentes organismos internacionales que regulan la navegación. Además, el jefe de obra asegura que «si Colón hubiese tenido fibra de vidrio en aquel momento lo hubiese hecho con este material». Es un barco que navegará perfectamente durante toda su vida «porque tiene sus motores, sus velas, su GPS, su radar, las camas para la tripulación... En definitiva, como cualquier barco que se construya actualmente».

El equipo de profesionales, entre los que se encuentran ingenieros, carpinteros o artesanos, están «terminando el forro de fibra de vidrio, lo que es el casco del barco, la forma principal», aseguran desde la fundación.

Después de finalizar esta fase comenzarán a construir las cuadernas, los refuerzos y las cubiertas, a la misma vez que se empezará a realizar trabajos de carpintería «para ir preparando las piezas de madera que vamos a colocar para la forja del barco», comenta Pérez, ilusionado con los avances de la obra.

Es un tipo de barco construido como «museo, pensado para instalar exposiciones a bordo» que versarán sobre la salida de Colón desde Huelva o de las tres carabelas, para que el legado universal que nos dejaron navegue por los diferentes puertos de España, Europa y América, «que la gente lo visite y conozca nuestra historia», señala.