El programa de detección precoz de la retinopatía diabética ha sido reconocido como buena práctica por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un grupo de profesionales de la sanidad pública de Andalucía presentaron la experiencia autonómica, seleccionada como una de las 16 iniciativas europeas para abordar las enfermedades no transmisibles dentro de los sistemas sanitarios, como son la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.

En este encuentro (High-level regional meeting: Health Systems Respond to NCDs, o Reunión Regional de Alto Nivel de Respuesta de los Sistemas de Salud a las Enfermedades no Transmisibles ), que se celebró en Sitges (Tarragona) y en el que participaron representantes de 53 estados, se expusieron las líneas principales del programa de detección precoz de la retinopatía diabética en Andalucía, «implantado en todas las áreas de atención primaria y en 11 unidades de endocrinología de los hospitales públicos», explicaron desde la Consejería de Salud.

Esta iniciativa se puso en marcha en 2006 dentro del plan integral de diabetes y busca la detección temprana de este problema para disminuir el número de cegueras ocasionadas por esta patología. Se trata del único programa de detección precoz que se realiza en un entorno telemático en el Sistema Nacional de Salud.

Desde entonces 424.648 personas con diabetes se han sometido a una retinografía digital con el fin de detectar de forma precoz la afectación del ojo y evitar así la ceguera. La cobertura del programa ha ido creciendo progresivamente hasta alcanzar en la actualidad al 95 por ciento de la población diana (pacientes con diabetes a los que no se les ha diagnosticado este problema en la visión), lo que ha permitido detectar lesiones de retinopatía diabética en 46.957 casos. Desde el inicio del programa, se han realizado 753.523 retinografías, explican desde la consejería.

La retinopatía diabética se caracteriza por diferentes lesiones que afectan a la retina (hemorragias, exudados de albúmina, edema y otras alteraciones vasculares) y es una de las principales complicaciones de la diabetes, que puede llegar a provocar ceguera. El riesgo de pérdida de visión en personas con diabetes mellitus es 25 veces superior al de la población general.

Los primeros síntomas, cuando aparecen, suele ser en fases avanzadas, cuando ya es demasiado tarde para su curación, y de ahí la importancia de detectarla de forma precoz. Se estima que entre un 15 y un 30 por ciento de las personas con diabetes padecen retinopatía (entre 67.000 y 135.000 personas en Andalucía) y que se puede llegar a reducir en más del 60 por ciento el riesgo de ceguera si se diagnostica a tiempo.

Actualmente hay 156 retinógrafos en las instalaciones de atención primaria, a los que se sumarán durante este año 48 más, para los que se destinan 1,10 millones de euros dentro de la estrategia de renovación de la atención primaria de la Junta.

El desarrollo de este programa ha sido posible gracias a la colaboración entre profesionales, señala Salud.

De esta forma, el personal de enfermería de los centros de salud y de las unidades de Endocrinología realizan las retinografías (tres fotografías de cada fondo de ojo) y el médico de cribado (médico de familia o endocrinólogo) interpreta los resultados. Las imágenes consideradas patológicas o dudosas se transfieren al oftalmólogo.

Este oftalmólogo emite un diagnóstico y el paciente se remite al especialista para un estudio más completo para recibir el tratamiento.