Casi nadie se libra en España de respirar aire contaminado. Lo asegura el informe anual de calidad del aire que elabora Ecologistas en Acción, que concluye que cerca de 44 millones de personas respiraron aire contaminado durante 2016 en el Estado español. El 94 por ciento de la población y el 90 por ciento del territorio estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cambio climático, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta gubernamental por las energías sucias en detrimento de las renovables, son algunas de las causas de un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos, bosques y espacios naturales.
En el caso de Andalucía, según el informe basado en los datos recopilados de las 89 estaciones de control de la contaminación pertenecientes a las redes de la Junta de Andalucía, los contaminantes que más incidencia tienen son el ozono troposférico, las partículas PM10 y PM2,5 y los dióxidos de nitrógeno y azufre.
«Toda la población andaluza respira un aire perjudicial para su salud, según las recomendaciones de la OMS», concluye el informe de Ecologistas en Acción. Los datos del estudio apuntan que 850.000 andaluces, un 10 por ciento de la población, viven en zonas que superan los límites legales de contaminación del aire. En Andalucía hay según estos datos siete focos principales de contaminación del aire: las zonas industriales de Huelva, la Bahía de Algeciras (Cádiz), Carboneras (Almería), y las áreas metropolitanas de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla. Si en los tres primeros casos es la actividad industrial la gran causante de la contaminación del aire, en las demás es el tráfico rodado la causa principal de la pésima calidad del aire.
A finales del año 2013 la Junta de Andalucía aprobó 13 planes de mejora de la calidad del aire (Decreto 231/2013 de 3 de diciembre), que pretendían luchar contra la contaminación atmosférica en partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. Sin embargo, esos planes dejaron fuera el combate contra el ozono. La consecuencia es que en la actualidad, como revela el análisis del informe, el ozono troposférico afecta a todo el territorio andaluz, «con casi todas las estaciones de medición registrando superaciones muy elevadas», apunta el estudio de Ecologistas en Acción, que incide en que la mitad de las estaciones que miden este contaminante en Andalucía han registrado niveles superiores a los permitidos en más de 75 días.
A la cabeza de este listado de contaminación por ozono se encuentran las estaciones de Asomadilla (Córdoba capital), Ronda del Valle (Jaén capital), Villaharta (Córdoba) y Campillos (Málaga); mientras que las estaciones de Mazagón y Moguer (Huelva) registraron la peor contaminación por ozono troposférico en el mes de septiembre, siendo admás la de Mazagón la estación donde se ha registrado mala calidad de aire en uno de cada dos días.
Sin embargo, aunque los datos pueden parecer muy malos, la evolución de la contaminación no lo es tanto, según se desprende del informe, porque la situación anterior era aún peor: «Se ha mejorado la situación respecto al trienio anterior, igualando la de 2012-2014», apunta el estudio.
Niveles de ozono
Así, más de la mitad de las estaciones en Andalucía han superado el objetivo legal para la protección de la vegetación establecido para el periodo 2012-2016, lo que significa que todos los cultivos, montes y espacios naturales de Andalucía están expuestos a niveles de ozono que dañan la vegetación. Los niveles más elevados en este sentido se registran en 36 estaciones concentradas en las áreas periurbanas de Almería, Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, y de las zonas industriales de Bailén, Carboneras, Huelva y Puente Nuevo, destacando por su mala calidad del aire para la vegetación las de Campillos (Málaga), Bédar (Almería) y Villaharta (Córdoba).
En lo que se refiere al nivel de partículas PM10 y PM2,5 «prácticamente todas las estaciones de las redes de medición sobrepasaron los niveles recomendados por la OMS para ambos contaminantes», afirma el estudio. Las estaciones de Ciudad deportiva y Palacio de Congresos (Granada) y Villanueva del Arzobispo (Jaén) superaron además el valor máximo diario de estos contaminantes. Sin embargo, los territorios donde la contaminación causada por partículas es mayor son las áreas metropolitanas de Córdoba, Granada y Sevilla y las áreas industriales de Algeciras, Bailén y Huelva.
En lo que se refiere al dióxido de nitrógeno, los peores registros tuvieron lugar en el área metroplitana de Granada, como consecuencia del intenso tráfico rodado que soporta. Las estaciones Avenida Juan XXIII en Málaga, la Avenida Torneo en Sevilla y la Avenida Al-Nasir en Córdoba, son las vías rodadas que más contaminación por NO2 soportan.
Dióxido de azufre
El dióxido de azufre, el otro gran contaminante del aire en Andalucía, afectó principalmente a los territorios que soportan una intensa actividad de tipo industrial. Así, las áreas que superaron el valor máximo diario que la OMS recomienda no alcanzar nunca fueron la Bahía de Algeciras (Cádiz), que llegó a tener hasta 107 días al año con mala calidad del aire; Huelva y Puente Nuevo (Córdoba), si bien en este último caso los niveles han mejorado respecto al año anterior debido a que se ha reducido la actividad de la central térmica de carbón ubicada en este municipio.
El informe señala también que en 2016 no se ha registrado ningún episodio de contaminación por metales pesados, algo que es especialmente significativo ya que el año anterior se rebasó el nivel de cadmio –que es cancerígeno– en la estación de Parque Joyero de Córdoba y de benceno –también cancerígeno– en Bailén, Granada Norte y en la estación de Los Príncipes de Sevilla.
No obstante, Ecologistas en Acción recalca que los datos de las estaciones son insuficientes para poder llegar a esa conclusión de manera definitiva. Además, indica el informe, «la página web de calidad del aire autonómica no ofrece datos en tiempo real ni permite la descarga de datos horarios históricos para seguir la evolución de la contaminación».
10 claves a tener en cuenta sobre la contaminación del aire en España
1. En 2016 se ha producido una reducción general de los niveles de contaminación atmosférica por partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2), recuperando aparentemente la tendencia decreciente iniciada en 2008 con la crisis económica, lo que explica la mejoría de la situación y la menor población y territorio afectados.
2. El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2016 a 43,7 millones de personas en el Estado español, el 94 por ciento de su población, así como a 455.000 kilómetros cuadrados, el 90 por ciento del territorio.
3. Si se toman los estándares de la normativa española, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales fue de 16,9 millones de personas, un 36 por ciento del total. Es decir, uno de cada tres españoles respiró aire que infringe los límites que marca la ley.
4. La principal fuente de contaminación en áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico rodado. En determinadas áreas y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón y otros combustibles fósiles son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire.
5. El ozono troposférico es el contaminante que presentó una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático.
6. Las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire afectan a tres cuartas partes de la población del Estado. Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, a pasar de que el año pasado se recuperó la tendencia a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008, con la crisis económica.
7. El descenso de la contaminación del aire es consecuencia en primera instancia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una menor estabilidad atmosférica, y en menor medida de la reducción de la producción eléctrica en centrales térmicas de carbón, petróleo y gas.
8. La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, tal y como se deriva del informe elaborado por Ecologistas en Acción. Cada año se registran más de 24.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
9. Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 por ciento del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
10. La información que se proporciona a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema.