La reforma constitucional centra las rémoras del 4D para el PP andaluz

Sáenz de Santamaría y Moreno Bonilla se revisten de andalucismo para abogar por un «amplio consenso» que solvente los problemas territoriales

Manuel Pérez manpercor2 /
20 nov 2017 / 16:59 h - Actualizado: 20 nov 2017 / 23:10 h.
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  • Moreno Bonilla interviene bajo la atenta mirada de Sáenz de Santamaría y el director de la Cadena SER, Antonio Hernández Rodicio. / Efe
    Moreno Bonilla interviene bajo la atenta mirada de Sáenz de Santamaría y el director de la Cadena SER, Antonio Hernández Rodicio. / Efe

La Andalucía de hoy no es la que vivieron nuestros padres y abuelos hace 40 años. Sin duda alguna, los avances experimentados en estos años se deben, en gran medida, a la aprobación de un Estatuto de Autonomía que fue refrendado por el pueblo andaluz un 28 de febrero de 1980. Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible si no hubiera habido un 4 de diciembre de 1977, día en el que cerca de dos millones de andaluces se echaron a la calle reclamando al Gobierno central la autonomía de Andalucía.

Con motivo de este cuatrigésimo aniversario, la Cadena SER ha organizado un ciclo de ponencias con los partidos políticos andaluces y ayer fue el turno del Partido Popular. Resulta paradójico, pues el PP de Fraga –por aquel entonces Alianza Popular (AP)– apostó por la abstención en el 28F y no participó de las manifestaciones del 4D.

Pero los tiempos cambian y la necesidad hizo que el PP se adaptara a la realidad autonómica. Hasta tal punto que el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, calificó al 4D de «explosión popular» con la que se inició una «andadura compleja» en el autogobierno andaluz. El propio Moreno Bonilla reconoció que este autogobierno, en líneas generales, «ha sido positivo para Andalucía», pero indicó «que hay muchas sombras» y se refirió expresamente «a los últimos 20 años». Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, destacó que Andalucía «es uno de los mejores ejemplos» de cómo mantener un respeto a la diversidad con «lealtad al proyecto común que es España». Para la número dos del Gobierno, la lealtad constitucional es «un pegamento» para las diferentes sensibilidades autonómicas.

Sea como fuere, el Estado de las autonomías está dando visos de caducidad y merece someterse a una reforma profunda. En esta línea se expresó Sáenz de Santamaría, que apostó por una reforma constitucional que abogue por fijar el modelo territorial y mejorar la financiación autonómica. «Si solventamos ese problema, habremos abordado un tema muy importante de nuestra estructura del Estado», afirmó la número dos del Gobierno, que reconoció que Andalucía está mal financiada e hizo un especial hincapié al llamar a la oposición a un «consenso constitucional muy amplio».

En este sentido, Sáenz de Santamaría advirtió al PSOE de que «solo acertaremos si pensamos en los 47 millones de españoles y no en una o dos comunidades», en clara referencia al conflicto catalán. De esta manera, la reforma constitucional «no se abre para contentar a los nacionalistas», apostilló la vicepresidenta. «Ganaremos más si trabajamos en la línea de Juncker y no de Junqueras», bromeó. Por su parte, Moreno Bonilla arremetió contra el PSOE porque «el modelo actual de financiación fue aprobado por Zapatero con el apoyo de ERC y ahora se rasgan las vestiduras».

ELECCIONES EN CATALUÑA

Los intervinientes de la mesa redonda también tuvieron tiempo para analizar la actualidad electoral catalana. En este sentido, el líder del PP andaluz afirmó que espera que Cataluña «vuelva a la normalidad institucional y que la Generalitat vuelva a la senda constitucional» porque «los catalanes están cansados de aguantar toneladas de mentiras». Sáenz de Santamaría abogó por un «incremento de la participación» y tildó de anticatalanes a los partidos independentistas por ser «quienes más daño le han hecho al autogobierno catalán».

UN 4D SIN GARCÍA CAPARRÓS

La paradoja del PP hablando sobre el 4D andaluz cristalizó en que ni Sáenz de Santamaría ni Moreno Bonilla dedicaron una sola palabra al mártir del autonomismo andaluz, Manuel José García Caparrós. Este joven trabajador fue asesinado en la manifestación del 4 de diciembre en Málaga por un disparo al aire de la Policía. Las causas aún están por esclarecer, ya que la comisión parlamentaria que investigó el caso enterró el informe y nada más se supo de aquello. La figura de García Caparrós se ha convertido, tristemente, en arma política entre los partidos de izquierda que pugnan por la hegemonía ideológica del 4D.