El reciclaje de medicamentos llegó a Andalucía en 2002, prácticamente en la misma fecha que se comenzaron a implantar los puntos Sigre –recipientes instalados en las farmacias para depositar los restos de medicinas– en el conjunto del país. Sin embargo, los andaluces utilizan estos contenedores menos que el resto de españoles. Según los datos facilitados por Sigre Medicamento y Medio Ambiente, una entidad sin ánimo de lucro creada para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico, en 2015 los andaluces reciclaron una media de 77,64 gramos al año de envases vacíos o con restos de medicamentos, frente a los 88,56 gramos de media por español.

No obstante, y a pesar de que la región va algo a la zaga en el reciclado de medicinas, en los últimos años los andaluces se están poniendo al día. El depósito de restos de medicamentos está creciendo por encima de la media nacional. El año pasado se incrementó el reciclaje un 9,11 por ciento con respecto a 2014, mientras que en el resto de España este crecimiento se quedó en el 6,96 por ciento en el mismo periodo de tiempo.

El vicepresidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof), Ernesto Cervilla, manifiesta que el uso de estos contenedores está muy extendido y admite que los andaluces han cambiado sus hábitos. Antes, según indica, había muchas personas que acumulaban medicamentos que ya no necesitaban en sus casas, pero ahora, «gracias a la labor de concienciación de todos» estas prácticas han cambiado. Estima que por el uso que se hace de los puntos Sigre, los andaluces cuando hacen limpieza del botiquín dejan en estos contenedores las medicinas que ya no les hacen falta.

Las personas mayores, por ser las que están más medicadas, señala Cervilla, son las que más usan este servicio. «Cuando los médicos les cambian de tratamiento, los medicamentos que ya no usan los traen a la farmacia», asegura. Respecto a los jóvenes, comenta que es lógico que hagan menos uso de estos puntos porque toman menos medicinas y porque los tratamientos que se suele prescribir a la población de menor edad tienen un principio y un fin. Actualmente, recalca, cuando se receta un antibiótico se ordena el tratamiento justo que hay que tomar.

En base a estos datos de reciclaje, desde Sigre, que ahora acaba de cumplir 15 años, se hace una valoración muy positiva. La entidad afirma con rotundidad que el reciclado de envases y de restos de medicamentos es un hábito plenamente implantado en los hogares del territorio español y que, además, el 95 por ciento de los ciudadanos considera que tirar los envases y residuos de medicamentos a la basura o por el desagüe puede perjudicar el medio ambiente.

De hecho, el 89 por ciento de los hogares conoce la existencia de los puntos Sigre y los utiliza una media de tres veces al año.

Para facilitar el uso de estos depósitos, en Andalucía hay instalados 3.846 puntos Sigre en las farmacias, –330 en Almería, 471 en Cádiz, 425 en Córdoba, 514 en Granada, 251 en Huelva, 307 en Jaén, 660 en Málaga y 888 en Sevilla–, unas cifras que en proporción son muy parejas a las del resto de España.

Para esta entidad, en estos 15 años la concienciación ciudadana para reciclar medicinas ha experimentado un gran crecimiento. En opinión del director general de Sigre, Juan Carlos Mampaso, se puede afirmar que existe una verdadera cultura medioambiental alrededor del medicamento, «gracias a las campañas de concienciación impulsadas por la industria farmacéutica, las farmacias y las empresas de distribución, que han contado con el apoyo de las autoridades medioambientales y sanitarias».

Aunque los datos sobre el reciclaje son muy positivos, se insiste en que para mejorar la eficacia del sistema es importante que, además de depositar en el punto Sigre los restos de medicamentos ya caducados o que no sirvan, se dejen en estos contenedores los envases de medicinas aunque estén vacíos.

Gracias a este sistema, que es un referente a nivel internacional, se han reducido los perjuicios medioambientales que los envases vacíos o con restos de medicamentos pueden ocasionar a nuestro entorno. A ello se une que estos depósitos permiten a las familias no acumular medicamentos en sus casas y que gracias a su promoción se haya sensibilizado a los ciudadanos sobre los riesgos sanitarios que conlleva el uso inadecuado de una medicina.