Los ganaderos de Almonte suspenden la Saca de las Yeguas

La Asociación de Criadores de Ganado Marismeño pide a Doñana una finca alternativa a la Marisma Gallega de Hinojos para sus equinos

03 jun 2016 / 13:28 h - Actualizado: 03 jun 2016 / 20:13 h.
"Ganadería","Tradiciones"
  • Las yeguas de Doñana pasan ante el santuario de la Virgen del Rocío. / Efe
    Las yeguas de Doñana pasan ante el santuario de la Virgen del Rocío. / Efe

La tradicional Saca de las Yeguas, que celebra Almonte el 26 de junio desde 1504, corre peligro. La espectacular imagen de los equinos rodeando el santuario de la Virgen del Rocío azuzados por los vaquerizos no se repetirá este año. La Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño de Almonte decidió en la noche del jueves en una asamblea extraordinaria suspender la edición de este año. El objetivo: llamar la atención sobre el problema que se les plantea a los ganaderos marismeños con la ordenanza del Ayuntamiento de Hinojos, que les obliga a sacar 110 cabezas de ganado de la finca Marismas Gallega de Hinojos, ubicada en el interior del Espacio Nacional de Doñana y propiedad del Ayuntamiento de Hinojos, así como a pagar 89 euros por animal que paste en esta finca, en lugar de los 50 que pagaban hasta ahora.

El presidente de los ganaderos marismeños, Gregorio Maraver, trasladó ayer a la alcaldesa de Almonte, Rocío Espinosa, la decisión de interrumpir esta tradición implantada por una ordenanza del Duque de Medina Sidonia hace 512 años. Espinosa mostró el «respeto a la decisión de la asamblea, aunque nos duela», en tanto que, entiende, «la asociación es garante de la conservación no solo de una tradición con más de 500 años de historia, sino de la conservación de una raza, la raza marismeña, que está en peligro de extinción». En su opinión, «la decisión de la asamblea es una llamada a las administraciones, y en especial a la Junta de Andalucía, que es la que gestiona y custodia el Espacio Natural de Doñana», al que los ganaderos demandan una finca donde poder reubicar su cabezas de ganado. Así, Maraver explicó que «las circunstancias exigen parar, hacer un llamamiento y que la sociedad se entere de lo que está pasando con un ganado que está allí antes de que Doñana fuera Doñana». Por esto demanda una «solución» para reubicar de forma «definitiva» las 400 cabezas de ganado que tienen en Hinojos «en otra finca propiedad del Espacio Natural», para lo que requieren el apoyo de la Junta.

Por su parte, el alcalde de Hinojos, Miguel Ángel Curiel, explicaba ya en febrero de este año que la Ordenanza Reguladora del Aprovechamiento de Pastos atiende a las limitaciones que el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Doñana (PRUG) determina para el «desarrollo, control y sostenibilidad de la actividad ganadera en armonía con los objetivos del Parque Nacional», que determina que en la Marisma Gallega de Hinojos puede pastorear 850 cabezas de ganado (equino, vacuno, bovino). De modo que, ante el incremento del ganado de los hinojeros, el Ayuntamiento autorizó la entrada de 560 cabezas de ganado a los vecinos de Hinojos y redujo las 400 de los que disponían los ganaderos de asociación almonteña a 290. Por este motivo, el consistorio hinojero ha solicitado a los almonteños que saquen 110 cabezas de ganado de esta finca. Curiel recuerda que estas 110 cabezas de ganado representan sólo el 5,5 por ciento de las yeguas que se trasladan en la Saca, «una cantidad mínima que no pone en peligro ninguna tradición», insiste.

MOTIVO DE LA AGRESIÓN AL SIMPECADO DE HINOJOS

Esta disputa entre los ganaderos marismeños de Almonte y el Ayuntamiento de Hinojos podría estar detrás de la agresión que sufrió el Simpecado hinojero durante la procesión de la Virgen del Rocío el pasado Lunes de Pentecostés. Terminado el rezo de la Salve ante la Reina de las Marismas, un «grupo de tres o cuatros almonteños», según denunció la filial número 19, atacó su Simpecado, que actualmente está en restauración en los talleres de los herederos de Esperanza Elena Cano, donde fue concebido en 1969. Los borlones deshilachados, el terciopelo arrugado y la plancha metálica interior que lo sustenta doblada fueron las consecuencias de este ataque que el presidente de la hermandad Matriz de Almonte condenó.