«Se ha recuperado el cuerpo del compañero de la Guardia Civil desaparecido en Guillena. Descanse en paz». Casi 12 horas antes de que se confirmara el trágico fallecimiento del cabo Diego Díaz, arrastrado por la corriente de un arroyo cuando intentaba rescatar a personas atrapadas, su cadáver había aparecido en las redes sociales y no ante los ojos de los servicios de emergencia que lo buscaban.
Cuentas oficiales como Emergencias Sevilla, Policía o el propio Instituto Armado se apresuraron a desmentirlo, pero fue muy complicado parar el bulo que ya había corrido como la pólvora en Twitter, Facebook y, sobre todo, WhatsApp. «Es la principal vía de propagación de estas falsas noticias», explica el profesor Fernando Fernández Alcaide, a la sazón portavoz de la Asociación Nacional de Voluntarios Digitales en Emergencias (VOST) Andalucía, una organización que tiene entre sus objetivos dar apoyo a las cuentas de los servicios de emergencia en redes viralizando sus mensajes. Pero, especialmente, lucha por detectar y neutralizar los rumores que, a través de los móviles, se vuelven muy difíciles de controlar. Entre otras cosas, porque por muy antiguos que sean, resucitan cada cierto tiempo: «Es lo que se llama efecto Lázaro. Hay usuarios en redes sociales que no las usan con tanta continuidad y entran en sus cuentas de forma menos frecuente. Al encontrarse con uno de estos bulos, no miran la fecha en la que se difundió y directamente lo comparten. Así nunca dejan de estar en circulación».
Sucede con supuestos avisos de cambios en las alertas terroristas, recogidos en textos que se copian y pegan sin filtro en WhatsApp, apelando a que la fuente de información es «un amigo que está en los GEOS», y que recomiendan no pisar aeropuertos, estaciones de tren o centros comerciales: «No importa que en el original aparezca una ciudad en concreto. Cada mensaje se va adaptando al contexto y lo que hoy ha sucedido en Benalmádena días después puede estar circulando por Antequera o Alicante».
Los referidos a emergencias son «especialmente peligrosos» y, de hecho, hay que ser muy cuidadoso con lo que se difunde, «porque al hacerlo tenemos parte de responsabilidad». Le ocurrió a un joven que compartía de forma recurrente un bulo sobre un inminente atentado terrorista en un centro comercial de Málaga: «Acabó detenido», recuerda el portavoz de VOST Andalucía. Por eso, es necesario «dedicar unos segundos a comprobar la veracidad, introduciendo en Google palabras clave y añadiendo bulo y hoax».
Detrás de la mayoría de estos bulos, no obstante, se encuentra la «buena voluntad» de las personas. Sucede, por ejemplo, con los relacionados con los incendios forestales, donde aparece la figura del «buen samaritano» que solicita colaboración ciudadana en la zona del fuego. Uno de los más sonados de este tipo se propagó en el verano de 2012, pidiendo «voluntarios con motosierras» en el municipio valenciano de Carlet porque el incendio estaba «a cinco kilómetros de una central nuclear». Precisamente fue ese mensaje falso, con casi medio millón de difusiones en Twitter, el que convirtió en una necesidad la creación de los VOST en España para neutralizar las también conocidas como fake news.
Pero también se apela a la solidaridad de la gente cuando se produce una catástrofe como un accidente de tráfico en el que hay muchos heridos implicados. Se solicita donación de sangre de forma masiva en algún centro de salud cercano al lugar del siniestro y «se han llegado a dar casos en los que los profesionales sanitarios estaban atendiendo las urgencias habituales de una noche y, de madrugada, han aparecido decenas de personas ofreciendo su sangre. Pese a la buena intención, no hacían otra cosa que entorpecer y, encima, ellos habían salido de la cama para nada», cuenta Fernández Alcaide.
La «gamberrada» es otra de las motivaciones que tienen aquellos que difunden los bulos por internet, más aún cuando se tiene un perfecto conocimiento del canal por el que se están transmitiendo. Así, los chavales son capaces de falsificar, a través de apps, tuits, pantallas de Facebook o mensajes de WhatsApp de cuentas oficiales como el 112 «cada vez que se acerca un temporal con el objetivo de hacer creer que se suspenden las clases».
Para evitar caer en las garras de los bulos, la recomendación general es seguir siempre fuentes oficiales o acudir a cuentas como la de @VOSTAndalucia, donde los rumores más recientes suelen desmentirse agrupándolos bajo los hashtags #stopBulos o #tontosdelbulo. ~