Más allá de los resultados, uno de los buenos efectos que provoca la publicación cada tres años del informe PISA es que durante unas cuantas semanas la educación se convierte en tema central. Andalucía no ha salido muy bien parada del último estudio de la OCDE correspondiente a 2015, el primero en el que aparecen datos de todas las comunidades autónomas. La comparación con el resto de regiones no deja bien parado al sistema educativo andaluz que sigue a la cola de los territorios y además ha empeorado sus resultados respecto al informe de hace tres años (en el caso de la competencia científica hasta en trece puntos).
¿A qué se deben estos resultados? Desde la consejería de Educación se ha intentado cimentar un discurso que justificara esos resultados, pero pocos argumentos hay que resistan unos datos tan demoledores. La aplicación de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), el bajo nivel socioeconómico de los centros escogidos por la OCDE para las pruebas o la herencia histórica del analfabetismo en Andalucía fueron algunos de las causas expuestas por la consejera Adelaida de la Calle, pero ninguna de sus explicaciones ha servido para detener el alud de críticas. «Culpar a la Lomce me parece una barbaridad, si aún la estamos programando. Todavía estamos aplicando los planes antiguos», asegura Eloy profesor de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en la provincia de Sevilla. «Lo que la consejera no ha entendido es que los niños de 15 años que se han sometido a los exámenes han vivido la mayoría de su trayectoria escolar con una norma que no era la Lomce», abunda Marcos, que ejerce también de maestro de la ESO en un barrio de la zona sur de Sevilla capital.
«Todos los colegios tenemos los objetivos curriculares tengan el nivel socioeconómico que tengan y el analfabetismo no se hereda», cuentan ambos profesores antes que nada para tratar de desmontar la teoría de la Junta para excusarse por los resultados del informe.
La Junta de Andalucía no ha usado un argumento que ha utilizado, por ejemplo, el lehendakari Íñigo Urkullu para justificar los malos resultados en el País Vasco. Por primera vez los alumnos que han participado en las pruebas se han sometido a las pruebas en formato en digital en su totalidad. Pese a que parezca lo contrario, parece que ese modelo empeora las calificaciones.
Ni Eloy ni Marcos se muestran sorprendidos por los resultados que ha arrojado el informe PISA 2015. «No hay que darles muchas más vueltas. Los recortes, la culpa de los resultados es de los recortes», explica Eloy, «soy profesor de Matemáticas y en los últimos años he visto como he perdido los profesores de apoyo que me permitían dedicar más tiempo a los alumnos con más necesidades no los tengo. Los equipos de orientación están saturados de trabajo. Decir en Andalucía que no ha habido recortes en educación es cínico y una barbaridad», continúa.
Marcos añade un nuevo elemento en el debate: «Creo que en los últimos años se ha hecho demasiado hincapié en la obligatoriedad más que en la vocación. No entiendo por qué la única posibilidad que tiene un chico es hacer la ESO si es algo que no lo llena. Habría que crear una oferta más variada, potenciar la Formación Profesional desde más temprano. Lo único que puede pasar cuando tienes a un niño de 14 o 15 años que no quiere estar en clase es que te la boicotee», dice Eloy. En este asunto, Marcos propugna que «no se dé la espalda» a estos chicos porque a esas edades todavía alguno es recuperable para el sistema educativo, pero «es necesario que tengan una atención adecuada y alternativas para reintegrarlos».
Ninguno de los dos profesores sevillanos esquiva la cuestión sobre el nivel del profesorado en Andalucía en esta gran reflexión. La consejería de Educación tiene previsto en su Programa de Éxito Escolar mejorar la formación de los docentes durante su etapa universitaria, aunque ni se han dado más detalles, ni es competencia directa de Educación, ni el plan cuenta con dotación presupuestaria concreta. «Los maestros también tenemos nuestra parte de responsabilidad. También se necesita mejorar el sistema de selección, más que el de la formación. Aprenderse de memoria 72 temas puede hacerlo casi cualquiera. Pero no tantos están capacitados para ponerse delante de 30 alumnos y dar una clase», cuenta Marcos.
¿Ha bajado el nivel de los alumnos respecto a los de hace tres o cuatro generaciones? ¿Las generaciones que están por incorporarse a la vida laboral lo harán con peor base que las anteriores? Marcos y Eloy lo tienen claro: «Sí». «Ahora los profesores no avanzamos en la materia hasta que estamos seguros que todos los alumnos lo han entendido. Eso provoca que el progreso sea más lento. Y cuando ralentizas las explicaciones lo más normal es que no te dé tiempo a explicar todo el temario y por tanto el nivel tiende a la baja. Los alumnos de Primaria llegan a la ESO sin el nivel y así ya continúa así hasta Bachillerato y Universidad».