«Nuestra misión no es dar la solución sino calmar los ánimos para encauzar el diálogo»

26 sep 2016 / 12:25 h - Actualizado: 26 sep 2016 / 13:12 h.
"Sociedad"
  • Salomé Pérez Pichardo.
    Salomé Pérez Pichardo.

Aunque el registro de mediadores, y la posibilidad de acceder a este servicio de oficio, sólo lleva tres años, Salomé Pérez Pichardo lleva 15 años trabajando en la materia, como psicóloga especializada y coordinadora en Sevilla de un programa piloto que la Consejería de Igualdad realizó durante diez años. Su experiencia es que haya o no acuerdo, «que no está garantizado», avisa, «al menos se consigue que las partes acerquen posturas, entiendan cada punto de vista». Eso, cuando las relaciones están muy enconadas, ya es todo un paso. Con todo, su experiencia es que el grado de acuerdo es del 84 por ciento en los casos de divorcio, y todo lo que conllevan, y mayor incluso del 90 por ciento en los conflictos entre padres e hijos. «Funciona bastante bien porque los padres pueden ver el punto de vista de los hijos, ponerse en sus zapatos, y alcanzar acuerdos que mejoran la convivencia sin llegar al extremo de la denuncia o la violencia. Legitima a los padres como figura de autoridad y a los hijos como personas que están en crecimiento con necesidades evolutivas concretas», relata Pérez, directora de Mediación FAyPA. Centro de Atención Integral al Conflicto. De media, son necesarias unas cinco sesiones pero dado que es un proceso voluntario, todo depende de las partes.

Reconoce que la mediación familiar está «infrautilizada» y subraya que en ésta es clave la «voluntad de los padres de buscar profesionales que es ayude a dialogar y a acercar posturas , saber por qué el otro piensa lo que piensa y a partir de ahí buscar soluciones que safisfagan las necesidades de todos». Y los mediadores tienen que estar «bien formados, con experiencia y sensibilidad especial para facilitar la comunicación y calmar las emociones, que están a flor de piel». De hecho, deja claro que el mediador «no toma partido, es neutro, imparcial, su misión no es dar la solución sino encauzar el diálogo, calmar los ánimos para facilitarlo».