La actividad parlamentaria retrata a los partidos mucho más que los programas de televisión, porque es en la Cámara legislativa donde los grupos deciden en última instancia aprobar una ley o vetarla. Y ahí se posicionan ideológicamente. Faltan 48 horas para que arranque la campaña de las elecciones generales del 26 de junio, una cita en la que, además de la eterna lucha entre PP y PSOE, trascienden nuevas rivalidades: entre PP y Ciudadanos por el voto conservador, y entre PSOE y Podemos-IU por los votantes de izquierdas. El enfrentamiento, en un caso, es por la hegemonía del espacio tradicionalmente reservado a la derecha, y en otro, por el liderazgo de la izquierda. Y esa rivalidad interna, que hace que los socialistas denuncien una pinza entre Podemos y PP, o que los podemitas igualen al PSOE con la derecha, se esfuma a la hora de votar. Sobre todo cuando se votan medidas que, como advirtió ayer el presidente popular, Juan Manuel Moreno, «distinguen a la derecha de la izquierda».
El PP andaluz llevó este miércoles al Parlamento, una vez más, la proposición de ley para la eliminación paulatina del impuesto de sucesiones y donaciones. Es la segunda vez en esta legislatura que los populares presentan esta medida (la última fue el pasado octubre). Se trata de una tasa que grava las herencias por encima de los 175.000 euros, los partidos conservadores creen que es injusto y daña a la clase media, y los partidos progresistas defienden que es una tasa minoritaria para las familias más pudientes.
La supresión de este impuesto, que según la Junta sólo pagan las herencias más altas (5.653 andaluces el año pasado, de los 253.000 afectados), se ha convertido en un símbolo de la lucha fratricida entre PP y Ciudadanos por el espacio político de la derecha. La formación naranja, que sustenta al Gobierno de Susana Díaz, se ha adueñado de la iniciativa de suprimir el impuesto de sucesiones, forzando a la Junta a revisar una rebaja de esta tasa. Pero eso, ni las duras críticas de Moreno a C’s, impidió ayer que esta formación votara a favor de la propuesta del PP, como ya lo hizo hace ocho meses. «Se merecen que votemos en contra, pero no lo haremos», dijo el portavoz de C’s, Juan Marín.
El PP ha dado tanta importancia a este asunto, que esta vez acude al Parlamento avalado por las 327.000 firmas que han recogido en las calles pidiendo la eliminación de este impuesto. De ahí que la defensa de esta iniciativa en el pleno de ayer la asumiera el propio presidente del partido. Moreno puso el ejemplo de Pedro, “un malagueño de 40 años, soltero y en paro, que ha heredado un piso de sus padres valorado en 200.000 euros, por el que ha tenido que pagar 28.250 euros, como consecuencia del citado impuesto”. “Si Pedro viviera en Madrid, solo habría tenido que pagar 282,50 euros”, dijo [la capital madrileña tiene eliminado esta tasa]. Pero el presidente popular aprovechó sobre todo para atizar a C’s, y pidió al PSOE que reconsiderase su rechazo, pero a la vez criticó que votaría junto a Podemos. En efecto, la iniciativa volvió a ser rechazada porque PSOE, Podemos e IU votaron unidos en contra (65 noes), mientras PP y C’s lo hicieron a favor (42 síes). Una cosa son las elecciones, y otra la política.