¿Sabes qué es el consumo colaborativo?
¿Alguna vez has adquirido algo que luego nunca has llegado a utilizar o lo has usado menos de 3 veces? Si la respuesta es sí, necesitas conocer las principales claves del consumo colaborativo, una forma de consumir que la prestigiosa revista Time aseguró que es una de las 10 ideas que van a cambiar el mundo
El consumo colaborativo se puede definir como la manera de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar a través de la tecnología moderna y las comunidades. En el mundo actual todos estamos conectados por la tecnología y, aparte de los graves problemas sociales que pueden traer consigo estas dependencias tecnológicas, hay un sinfín de posibilidades de hacer cosas en la vía del decrecimiento económico que nos permita vivir mejor teniendo menos. El resultado es un planeta con menos basura y desechos y con personas más felices que no necesitan tantas cosas como creen.
En rasgos generales hay 3 formas de consumo colaborativo: sistemas basados en producto, mercados de redistribución y estilos de vida colaborativos.
1. Sistemas basados en producto. Se trata de pagar por el beneficio de usar un producto sin la necesidad de adquirirlo. Aquí encontraríamos la posibilidad de compartir vehículo entre amigos, reduciendo así la cantidad de vehículos en carretera y la contaminación que éstos producen.
2. Mercados de redistribución. Puedes redistribuir un objeto que ya no utilizarás más otorgándole una segunda vida en manos de otras personas que sí lo necesiten. Con esto, evitarás producir más residuos y ayudarás a reducir la contaminación del Medio Ambiente.
3. Estilo de vida colaborativos. Se basa en personas con intereses comunes que comparten e intercambian bienes menos tangibles como el tiempo, habilidades o dinero. Puedes colaborar tanto a nivel local o de barrio, compartiendo espacios para trabajar, cultivar, la wifi o prestar dinero entre particulares. A nivel global, puedes dejar dormir a viajeros en tu casa de forma gratuita, generando una red de viajeros de confianza y pudiendo obtener el mismo beneficio en un futuro.
Recuerda que el Consumo Colaborativo ayuda a mejorar el Medio Ambiente por la reducción en producción y consumo, tiene beneficios económicos por el ahorro que produce y, además, ayuda a establecer mayores relaciones sociales.
Los críticos del consumo colaborativo, (que también los hay) argumentan que el movimiento basado en compartir, dejar o alquilar no es ningún invento nuevo y que el nuevo concepto se trata simplemente en una estrategia de marketing. Las principales voces que defienden el Consumo Colaborativo no han dejado nunca de reconocer que no se trata de ninguna idea nueva pero que la tecnología actual permite hacer que el servicio sea mucho más eficiente y escalable. Además. no olvides que puedes realizar el Consumo Colaborativo por tus propios medios. No es imprescindible recurrir a empresas que se dediquen a ello.
Utilizando palabras de Rachael Botsman y Roo Rogers: “Ahora vivimos en un mundo global donde podemos imitar los intercambios que antes tenían lugar cara a cara, pero a una escala y de una manera que nunca habían sido posibles. La eficiencia de Internet, combinada con la capacidad crear confianza entre extraños ha creado un mercado de intercambios eficientes entre productor y consumidor, prestador y prestatario, y entre vecino y vecino, sin intermediarios”.
La lista de ejemplos no para de crecer.y en www.consumocolaborativo.com van recopilando bastantes de ellos en un directorio de proyectos de consumo colaborativo que se va actualizando periódicamente.