Un 24,3 por ciento de los andaluces considera que «existe mucho abuso» en la utilización que hacen los ciudadanos de la sanidad pública y un 41,1 por ciento señala que «con cierta frecuencia» se acude al sistema «innecesariamente». Es decir, seis de cada diez andaluces encuestados en el último Barómetro Sanitario, publicado recientemente por el ministerio, considera que la ciudadanía hace un mal uso de la red pública de asistencia sanitaria frente a un 26,5 por ciento que opina que el uso es adecuado y un 2,6 por ciento para el que incluso es insuficiente y debería utilizarse más.
El Barómetro Sanitario está elaborado a partir de 783 entrevistas en Andalucía a mayores de 18 años (7.800 en toda España) realizadas en tres oleadas entre marzo y octubre de 2015 (con un margen de error de 1,14 por ciento y un nivel de confianza del 95,5). Los andaluces entrevistados reflejan un nivel medio de satisfacción con el SAS de 6,28 puntos en una escala del 1 al 10, por debajo de la media nacional (6,38), siendo la calificación más alta la de Aragón (7,28) y las más bajas las de Canarias (5,8) y Melilla (5,4). Ninguna comunidad autónoma suspende.
Pública versus privada
Sólo el 10,6 por ciento de los andaluces encuestados tiene seguro privado, una cifra inferior al 13,7 de media nacional y muy por debajo del 23 o el 22 por ciento de Cataluña y Madrid, si bien en las dos Castillas, Extremadura, Galicia, Valencia o Murcia la tasa de ciudadanos con seguro sanitario privado es aún inferior a la de Andalucía.
En el caso de poder elegir, la tecnología y medios y la capacitación del personal inclinan la balanza hacia la pública mientras que la privada gana en rapidez de atención y en el confort de las instalaciones. Ambos sistemas empatan en el trato al paciente.
La calificación no es la misma en todos los ámbitos. La Atención Primaria es la más valorada, con un 7,05, seguida de la de los especialistas (6,57) y los hospitales en cuanto a ingresos y asistencia (6,16). No así las las urgencias hospitalarias, que reciben un 5,48. En todos los casos, la calificación está por debajo de la media nacional.
La Junta de Andalucía presume del SAS como «joya de la corona» y ha aprobado una ley de garantías de sostenibilidad del sistema ante los mensajes que desde el estallido de la crisis y ante la continua campaña electoral de los últimos dos años alertan de su riesgo por los recortes, la austeridad y el descenso de cotizantes. Pero curiosamente, en el Barómetro se pregunta a los ciudadanos por la evolución del sistema en los últimos cinco años y lo cierto es que tanto en el caso de los andaluces como a nivel estatal alrededor del 45 por ciento responde que sigue igual, más de los que dicen que ha empeorado aunque éstos superan a los que ven mejoras. Sólo en el caso de las urgencias hospitalarias se invierten las cifras y son más los que ven un empeoramiento (42,4 por ciento de andaluces) que los que creen que están igual (31,7).
En la valoración de las urgencias hospitalarias, el 60 por ciento de los encuestados que dijeron haber ido en el último año considera que fueron atendidos con mucha o bastante rapidez frente a un 37,3 por ciento para el que no fue así. Un 77,4 por ciento califica la atención recibida de buena o muy buena frente a un 14,4 por ciento que la tilda de regular y un 5,9 que la ve mala o muy mala. Por cierto, que el 75,6 por ciento de los que fueron a urgencias en el último año lo decidieron sin ser derivados por su médico de cabecera, desde las urgencias de los centros de salud o por traslados del 061 ó 112. Y aunque un 43,7 por ciento alega que estaba fuera del horario de su médico, un 42,6 admite que acudió directamente al hospital porque «tienen más medios y resuelven mejor». El colapso de urgencias con consultas que realmente no lo son es uno de los caballos de batalla de los profesionales y gestores sanitarios.
LO MEJOR Y LO PEOR
Atención primaria: Lo más valorado es la confianza y seguridad que transmite el médico de cabecera (7,5 puntos) y lo que menos el tiempo que tardan las pruebas que encarga el facultativo (5,43).
Consultas de especialistas: En las consultas de especialistas, la mejor nota es para el trato de los profesionales al paciente (7,26) mientras que los andaluces dan un suspenso al tiempo de espera para la cita de la consulta y, de nuevo, para las pruebas (4,9 y 4,78 respectivamente).
Hospitales (no urgencias): Lo más valorado es la tecnología (7,53) frente al número de pacientes que comparten habitación (5,31) –aún quedan de tres camas pese a las reiteradas promesas de eliminarlas– y, sobre todo, el tiempo de espera para ingresos no urgentes, que suspende (4,72).
QUEJA DE MAEZTU POR LA VACUNA DE LA TOSFERINA
El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha abierto una queja de oficio a Salud por la «falta de información» a los padres ante la suspensión de la dosis de recuerdo de la vacuna de la tosferina a los niños de 6 años que la Junta destina desde noviembre a las embarazadas por desabastecimiento. Maeztu dice recibir muchas quejas de padres desorientados porque en los centros de salud «nadie es capaz de explicarles cuándo podrán ser vacunados sus hijos» y se limitan a decirles que pregunten pasado un tiempo.