«Si todas las mujeres del mundo nos unimos y saltamos, se mueve el eje de la tierra»

María Noel Vaeza que dirige el programa de ONU Mujeres, ocupa uno de los cargos más importantes al frente de la lucha por los derechos de las mujeres en todo el mundo.

Pepa Violeta Pepavioleta /
28 oct 2018 / 07:46 h - Actualizado: 28 oct 2018 / 10:17 h.
  • «Si todas las mujeres del mundo nos unimos y saltamos, se mueve el eje de la tierra»

Uruguaya de nacimiento pero con raíces sevillanas, rompemos la distancia entre New York y Andalucía, para hablar de mujeres, políticas y empresa en clave feminista. Su carrera profesional la ha llevado a recorrer medio mundo trabajando por conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres. Ni siquiera la frialdad de una pantalla, es capaz de romper la magia que María transmite con su sonrisa y cercanía. Acaba de llegar a su oficina en New York, son las 9 de la mañana y con el pelo aun mojado, María nos recibe en su pequeño despacho con la cercanía propia de la gente humilde, para hablarnos de su experiencia al frente del programa ONU MUJERES

¿En qué consiste su trabajo cómo responsable de Mujeres de la ONU, en qué parcelas trabaja ahora mismo?

ONU MUJERES, fue creado como parte de la reforma de Naciones Unidas, sobre la base de lo que era UNIFEM, una organización encargada de movilizar los temas de género. Yo personalmente me ocupo de todo lo que hace ONU mujeres en el exterior. Tenemos 90 oficinas nacionales, 6 oficinas regionales, y manejo aproximadamente el 80% del presupuesto de ONU Mujeres. Nuestra Junta de Administración la componen unos 40 países aproximadamente.

Ahora mismo estamos centrando parte de nuestros esfuerzos en eliminar la legislación discriminatoria; que afecta todavía a 56 países, donde por ser mujer no puedes heredar tierras o abrir una cuenta bancaria. Estamos luchando contra eso, al mismo tiempo que se desarrollan marcos legislativos contra la Violencia de Género o el empoderamiento económico de la mujer, para generar cuotas políticas y alcanzar la paridad. Es la única forma de que puedan acceder a cargos políticos y ser parte en la toma de decisiones.

¿Cómo abarcais los temas relacioandos con la posición de la mujer ene el mundo rural?

Este mismo año ha sido uno de los temas tratados en agenda. Distintos encuentros ha puesto de manifiesto que la mujer rural existe y es capaz de hacer cosas interesantes. Es importante realzar la labor de la mujer rural como motor de cambio que pueden resolver no solamente su propia salida de la pobreza, sino también el hambre en el mundo. Uno de los proyectos mas lindo es el que tenemos en Senegal, donde se exporta arroz. Decidimos trabajar con 20.000 mujeres primero ayudándoles a asociarse, a que alcen la voz. Posteriormente, el gobierno proporcionó unas tierras para explotar en 20 años, que les permite desarrollarse en un proyecto grandioso. Se compraron drones para determinar que partes de la tierra necesitaban fertilizante y hacer más eficiente la producción. Al final el resultado son cosechas de arroz fresco de producción local en lugar de importar un arroz de mala calidad. En Costa de Marfil, por ejemplo, hemos intervenido para mejorar la producción de un potenciador del sabor del chocolate que se utiliza en alimentación, consiguiendo mejorar la calidad del producto ayudando a las mujeres a mecanizar la producción. Se han creado guarderías para sus hijos, que les permite conciliar y a nivel general, ellas han conseguido mejorar su autoestima, gracias a que son capaces de visualizase como líderes en este tipo de proyectos. Nuestros próximos destinos en los que vamos a trabajar serán: Mali, Haiti, Camerún, Malawi y en el antiguo Congo Belga.

¿Cómo deben estar presentes los hombres en el feminismo moderno?

Para mi es fundamental considerar al hombre como solución al problema de la desigualdad. Para ello creamos una campaña muy bonita que se llama He for She (El por ella) y en este momento hay unos 1000 millones de hombres que han firmado a favor de esta campaña. Sin los hombres no podemos llegar a esa igualdad. Esta campaña cuenta con la representación de diez presidentes de distintos países entre los que se encuentran los de Malawi, Uruguay, Indonesia, Suecia o Japón, que se comprometieron a cambiar alguna de sus políticas para llegar a la igualdad de género.

¿Qué estrategias se siguen en algunos paises para conseguir igualdad entre hombres y mujeres?

En Japón, por ejemplo, se ha desarrollado políticas económicas centradas en mujeres, después de observar la escasez de mujeres en las empresas, o en la política.

En Suecia se comprometieron con política de estado de carácter feminista que acabaron aplicando y que ha sido un éxito que ha permitido observar la importancia de la mujer en los procesos de paz, porque han sido muy pocas las mujeres que han participado en este tipo de procesos, hasta el momento. Y ya se están dando pasos importantes para cambiar esta dinámica.

En Malawi, el presidente se comprometió a eliminar el matrimonio infantil, con la aplicación de una ley aprobada para erradicar esta practica. Se han recuperado a todas esas niñas que fueron obligadas a casarse, que fueron violadas, que tienen hijos e hijas y que ahora han vuelto al sistema educativo, en una segunda oportunidad para retomar su formación.

¿En la empresa privada como gestionáis que se apliquen medidas que ayuden a integrar a las mujeres? ¿Y qué decir de la brecha salarial?

Aunque nos parezca mentira, desde ONU Mujeres se está haciendo un seguimiento al sector empresarial para evaluar si cumplen con su compromiso de crear espacios igualitarios. Sorprendentemente, muchas de esas empresas han colocado en igualdad de condiciones a hombres y mujeres y tienen en sus directivas al 50% de hombre y al 50% de mujeres y eso les ha llevado a la conclusión de que sus empresas son mejores, más productivas y generan mayores beneficios y eso hay que mostrarlo también. Cuando la mujer entra en la empresa privada, hace que la empresa gane mucho mas.

Otro tema importante es el de igualdad salarial pero aún estamos expectantes en este aspecto porque se están realizando pocos movimientos, algunos países ya han puesto en marcha políticas y leyes para subsanar lo que se considera el robo más grande de la historia del mundo y de la humanidad, ¿Por qué tenemos que cobrar un 25% menos, porque somos mujeres y parimos? Es por eso, es como un impuesto por ser mujer y si no parimos no se anula ese impuesto, es un robo a mano armada.

Hay que eliminar la brecha salarial, si en 2030 no se ha eliminado estamos locos... el único país que ha establecido legislación al respecto es Islandia que aprobó una ley que colocaba al nivel de delito administrativo el hecho de que una empresa no pague a una mujer lo mismo que a su compañero.

Madrid, es una de las ciudades, que junto a otras 27, trabaja en el programa? Ciudades Seguras’. ¿Cómo se está ejecutando esta iniciativa? ¿Se está haciendo un seguimiento?. ¿Cómo convertimos una ciudad en un espacio más seguro e inclusivo para las mujeres?

El programa Ciudades Seguras, comenzó hace cinco años y se encuentra activo en unas 20 ciudades del mundo. Hay un aspecto relacionado con la mujer y las ciudades que es el acoso callejero. Las mujeres, de cualquier parte del mundo, sufre acoso en el transporte público, en las plazas... tienen que soportar el piropo. Y eso tenemos que aguantarlo a diario, por el simple motivo de ser mujer. Tiene que haber una concienciación que favorezca el respeto. De hecho, hay mujeres que se niegan a salir de sus casas para no sufrir ese acoso. Dentro de este programa de “Ciudades Seguras” se recoge la obligatoriedad de los estados adheridos a imponer sanciones a aquellos que violan la intimidad de las mujeres. En Ecuador, por ejemplo, en los transportes públicos el conductor tiene la posibilidad de presionar un botón cuando ve que está ocurriendo algo o un número de teléfono al que la mujer puede llamar para pedir ayuda o denunciar que la están acosando en ese momento, de tal manera que se produce una respuesta efectiva y rápida para que cuando el acosador baja del transporte publico ya lo está esperando la policía. Este tipo de acciones se está viendo ya su alto grado de efectividad.

En El Cairo, donde existe un medio de transporte parecido a una motocicleta con un habitáculo detrás, había muchos acosadores hombres que conducían estos vehículos. Desde ONU MUJERES, con esta campaña, hemos conseguido garantizar un transporte seguro mediante la homologación de un sello de calidad que dice: ‘Yo soy un medio de transporte libre de Violencia’. Y esto se está haciendo también en Montevideo (Uruguay) o México, donde se realizó una campaña para poner a los hombres en el lugar de las mujeres acosadas; y se dieran cuenta de lo que ellas sentían. Funcionó verdaderamente bien.

¿Con qué exigencias o necesidades te encuentras cuando os reunis con mujeres africanas, latinas árabes o europeas?

Todas tienen un punto en común, desde Afganistan a Argentina, y es que sufrimos la discriminación en silencio, no nos sentimos dignas de hablar y ese tema tenemos que atacarlo, porque genera un enfado y una frustración que enferma.

En una ocasión, en el autobús, un señor se quiso sentar a mi lado y me dijo que corriera un asiento y yo me negué. Se sentó enojado y abrió sus piernas para hacerme estar incomoda y decir: ‘Aquí estoy yo’. Con esta anécdota quiero decir que la discriminación está ahí y muchas veces no la percibimos, pero está. Vamos sumando las conductas de los hombres y cómo estos tratan de arremeter contra nosotras, por el mero hecho de ser mujer. Lo comentas con otras mujeres y te dicen que ellas también lo sufren a diario y que no hacen nada porque lo tienen normalizado; y eso ocurre en todos los países. Si todas las mujeres del mundo nos unimos y saltamos al mismo tiempo, se mueve el eje de la tierra y ya nada volverá a ser igual. Porque vamos a causar un terremoto enorme.

Lamentablemente, lo que veo en todas partes, sin excepción, es la violencia como respuesta a nuestra lucha. A los hombres les da rabia que nos estemos levantando, para exigir igualdad y respeto de nuestros derechos como ciudadanas. Yo siempre lo digo, la igualdad es un buen negocio. La mejor garantía para conseguir una paz duradera y un mundo justo.