Podemos en Andalucía ha irrumpido de lleno en el debate interno dentro del partido sobre las condiciones de un pacto con el PSOE para formar gobierno y desbloquear la investidura, y lo ha hecho planteando unas prioridades por encima de los intereses nacionalistas de las marcas afines a la formación morada (en Cataluña, Valencia y Galicia). La secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, se ha posicionado esta mañana a favor de un acuerdo entre su formación y el PSOE con objeto de formar un Gobierno de progreso que impulse las medidas sociales que están en la agenda política de ambos partidos. Se trata de la derogación íntegra de la reforma laboral, de la ley educativa, de la llamada ley mordaza, el fin del copago farmacéutico, la garantía de los suministros básicos y articular una alternativa habitacional al problema de los desahucios. Éstas son algunas de las medidas enunciadas por Rodríguez como “prioritarias” para que Podemos negocie con los socialistas. “Si se pactasen todas estas medidas, a todos nos alegraría un acuerdo de esas características. Sería deseable”, ha dicho, al ser preguntada si apoya un pacto PSOE-Podemos.

Para sellar esa alianza, que convertiría a Pedro Sánchez en presidente del Gobierno, Teresa Rodríguez le ha pedido al líder de su partido, Pablo Iglesias, que anteponga la agenda social al referéndum de autodeterminación en Cataluña, principal escollo para la negociación con los socialistas. “Como diputada andaluza, mi prioridad es la agenda social de mi partido, que son temas que nos afectan más”, ha dicho, aunque no ha renunciado a la consulta de autodeterminación porque “el problema catalán debe resolverse de una vez por todas”. Hay una larga lista de coincidencias entre las propuestas sociales del PSOE, ya registradas como iniciativas legislativas en el Congreso, y los postulados del partido morado. Sin embargo, los socialistas creen que Pablo Iglesias tiene las manos atadas, porque las formaciones nacionalistas integradas en su grupo (catalana, valenciana y gallega) anteponen sus intereses regionales al programa social del partido.

Podemos en Andalucía representa un sector más crítico dentro del partido, con un perfil más asentado en las bases y a menudo discrepante con las decisiones de la dirección nacional. Sin embargo, al contrario de lo que representa la potente federación andaluza del PSOE para el conjunto del partido, el peso de Rodríguez es mucho menor que el de Susana Díaz entre los socialistas. Díaz aporta el 25% de los diputados socialistas en el Congreso y el Senado, fue la fuerza más votada en las generales en Andalucía, mientras que Podemos logró un resultado “discreto”, según la dirección nacional, con 10 diputados (menos de los que logró en las autonómicas).

Rodríguez ha acusado a Susana Díaz de ser “el sector más intransigente del PSOE en la negociación de investidura” con Podemos, y ha recordado su “frustración” al fracasar en un posible acuerdo con ella en Andalucía, donde finalmente Díaz fue investida gracias al apoyo de Ciudadanos. “Sería más difícil encontrar un acuerdo con Susana Díaz que con Pedro Sánchez”, ha advertido, señalando que su interés está más centrado en “copar más cotas de poder dentro de su partido”. Respecto al apoyo de Podemos Andalucía a un posible acuerdo de investidura con el PSOE, el portavoz parlamentario socialista, Mario Jiménez, le ha restado valor. “Rodríguez tiene un problema de entendimiento con Iglesias. O no se hablan o no la escucha”, asegura. El comité federal del PSOE, el mes pasado, ha marcado una hoja de ruta para las negociaciones postelectorales que cierran la puerta a cualquier acuerdo con el PP y condicionan la negociación con Podemos a que éste renuncie explícitamente al referéndum soberanista. Los socialistas andaluces mantienen un discurso más beligerante que la dirección federal con el partido de Pablo Iglesias, a quien acusan de buscar la “destrucción” del PSOE para arrebatarle su espacio político.

Pablo Iglesias, que define tanto a España como a su partido como una entidad “plurinacional”, reivindicó la consulta catalana como una condición irrenunciable a las dos horas de conocerse el resultado de las elecciones generales. El apoyo de los nacionalistas, con los que concurrió a los comicios, marca la diferencia entre que Podemos tenga 42 diputados y los 68 que logró sumando los escaños de sus marcas en Cataluña, Valencia y Galicia. Sin embargo, en las últimas horas, Podemos ha logrado registrar en el Congreso un único partido, de carácter “confederal”, en lugar de cuatro, como le exigían los nacionalistas. Además el PSOE de Sánchez ha apoyado al partido morado para que divida su formación en dos grupos, los nacionalistas por un lado y la marca central por otro, en el Senado, algo que ha sido visto como un gesto de buena voluntad por los podemitas, aunque el acuerdo no vaya a prosperar ya que el PP, con mayoría absoluta en la Cámara alta, lo vetará.