Un congreso socialista al estilo Wimbledon

Díaz aspira a un cónclave regional monocolor y de guante blanco, pero el sanchismo también tratará de tener presencia

08 jul 2017 / 23:39 h - Actualizado: 08 jul 2017 / 23:46 h.
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  • Susana Díaz a su llegada al Congreso Federal del PSOE del pasado mes de junio. / Efe
    Susana Díaz a su llegada al Congreso Federal del PSOE del pasado mes de junio. / Efe

La mancha visible que el sudor deja sobre la ropa de color es el origen de la tradición que obliga a todos los jugadores que participan en el torneo de tenis de Wimbledon a vestir de blanco. Cualquier ribete mayor de un centímetro que no sea de ese tono está prohibido, ni siquiera las suelas de las zapatillas pueden escapar de esa norma. Susana Díaz aspira a que el próximo Congreso Regional del PSOE imite al Grand Slam sobre hierba y sea monocolor, de guante blanco. En los últimos años, la secretaria regional se acostumbró a estar rodeada de equipos en los que no había discrepancias en el uniforme. En el Congreso Regional Extraordinario de Granada, en noviembre de 2013, que la aupó a la cabeza de la federación, logró el apoyo de 722 de los 732 delegados socialistas que estuvieron presentes (un 98, 63% de los votos). El tinte susanista monopolizó el rumbo del PSOE-A desde esa fecha, pero el resultado de las primarias del pasado mayo, gracias en parte a la eclosión de una corriente sanchista en Andalucía, modificó el vestuario. La homogeneidad de la vestimenta de Wimbledon es difícilmente aplicable ya a los socialistas andaluces. A diferencia de otros congresos regionales, como el de 1994 o 2012, en esta ocasión la división procede de las bases y no de la cúpula.

Ahora llega el momento de que Díaz gestione ese 31 por ciento de militantes que prefieren el color de Sánchez al suyo. El punto de partida le favorece. Su plan de no inmiscuirse ni poner peros (al menos en público) a las decisiones de Pedro Sánchez para formar su Ejecutiva Federal le deja algo de margen. Lo lógico sería que sus críticos pongan coto a su desacato por pura reciprocidad a lo que fue la estrategia del susanismo andaluz en el Congreso Federal. El sanchismo tampoco puede exigir mucho después de que su líder no propiciara demasiada integración en la formación de su equipo. «Me va a parecer bien el equipo que haga Pedro», es el mensaje que la secretaria regional espera que se repita en el Congreso, pero cambiando el Pedro por Susana. Dicho lo cual hay quienes consideran que una maniobra inteligente sería hacer lo que no hizo el secretario general, es decir, esforzarse por incluir en su ejecutiva a algunos críticos como terapia con la que rehabilitar en cierta medida su imagen después del varapalo de las primarias. Hice lo que no hizo Pedro, sería un eslogan potente.

Pero antes de todo eso toca elegir, en los congresillos previos, a los delegados que asistirán al Congreso de Sevilla del último fin de semana de julio. Según algunas fuentes consultadas por este periódico, el proceso no será tan sencillo como para el cónclave nacional: «No creo que sea así. Habrá más problemas para llegar a acuerdos entre las dos opiniones. Hay quienes creen que si hay una sola candidata pues lo lógico es que en el Congreso sólo esté representada su corriente. No dar espacio a los críticos», cuentan. El riesgo de esta maniobra es que podría alentar a los sanchistas a levantar la voz más de la cuenta, aunque lo lógico sería que prevaleciera la disciplina para no desgastar a la secretaria general, y luego eso sea reprochado en caso de que vengan mal dadas en las urnas. Lo que es seguro es que los críticos a Díaz buscarán un hueco en los congresos provinciales de antes de final de año. Almería, Cádiz, Granada y Málaga son provincias en las que se augura que habrá candidatos alternativos. Hay, incluso, quien no descarta que haya también aspirante sanchista en el Parque Nacional del PSOE-A, la provincia de Sevilla.

De momento la única pista que ha dado Díaz sobre el asunto es su recordatorio de que «siempre ha integrado el talento sin mirar apellidos». Habrá cambios y los sectores más jóvenes del partido también esperan cierta renovación. «Sería bueno que cuente con savia nueva. O cambiamos nosotros, o nos cambian», dicen. Como ya es costumbre, se especula con dar más presencia a Mario Jiménez en el partido. La muletilla que manejan los periodistas políticos de «suena Mario Jiménez», cada vez que se pronostica sobre posibles cambios en el Gobierno o en el partido, es equivalente a la de «suena Míchel», que usan los cronistas deportivos cada vez que hay movimientos de entrenadores en Primera División.

Mientras todo ello se va cociendo, Susana Díaz trata de hacer bullir a su Gobierno bajo la consigna Andalucía. Algunas voces hicieron notar el hecho de que la presidenta de la Junta estuviera presente en la Cámara mientras el Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu, exponía el informe de 2016 de su institución, algo que no sucedía desde 2014. También dejaban caer que en la agenda de Maeztu se amontonan las citas con los consejeros, quienes quieren conocer de voz del Defensor cuáles son las principales demandas de la ciudadanía.

El miércoles por la noche, en el Parlamento, se produjo otra imagen significativa. La bancada socialista aplaudió a rabiar la intervención del consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, después de explicar la gestión del incendio que calcinó 8.500 hectáreas del Espacio Natural de Doñana y replicar las intervenciones de los grupos de oposición. «Fue la primera vez en meses que salimos más que airosos de una situación así. Se gestionó bien el fuego, pero se explicó igual de bien o mejor. Fiscal ha demostrado que es un buen gestor, pero también un magnífico parlamentario», aseguraban fuentes cercanas al grupo parlamentario del PSOE-A, que comparaban la intervención de Fiscal con otras que no salieron tan bien en asuntos sanitarios o educativos.