Un hombre del aparato del PSOE con sombras

Los socialistas encargan a un miembro del núcleo duro, Juan Pablo Durán, dirigir una Cámara que exigirá mano izquierda

16 abr 2015 / 23:00 h - Actualizado: 17 abr 2015 / 10:01 h.
"Elecciones Autonómicas 22-M","Juan Pablo Durán"
  • Juan Pablo Durán promete su cargo en presencia del presidente de la Mesa de Edad, Luis Pizarro. / Raúl Caro (Efe)
    Juan Pablo Durán promete su cargo en presencia del presidente de la Mesa de Edad, Luis Pizarro. / Raúl Caro (Efe)

Tras no pocas quinielas en los últimos días, y horas –hasta el último momento hubo reuniones entre los grupos y rumores de posibles maniobras del PP con el resto de fuerzas para arrebatar el cargo al PSOE–, minutos antes de la investidura los socialistas dieron a conocer a su candidato para presidir el Parlamento de Andalucía en la X Legislatura y el nombre de Juan Pablo Durán (Córdoba, 1964) causó sorpresa y las razones son múltiples.

El hasta ahora senador y secretario general del PSOE cordobés –cargo que tras su toma de posesión dejó caer que abandonará ante la «dedicación» que exige ser la segunda autoridad de Andalucía– es uno de los 64 diputados que ayer ocuparon por primera vez en su vida un escaño en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas y no es normal que un novato en la Cámara la presida a la primera. El carácter institucional del cargo tampoco casa bien con un marcado perfil orgánico como el de Durán, líder de los socialistas cordobeses desde 2008, vocal de la Ejecutiva Federal y miembro del Comité Federal. En su haber tiene el dudoso orgullo de haber sacado los peores resultados para su partido en las elecciones municipales de 2011 en las que aspiró a la Alcaldía de Córdoba y el PSOE quedó relegado a cuarta fuerza por detrás de PP, IU y la formación Unión Cordobesa creada por el empresario condenado en el caso Malaya Rafael Gómez Sandokán. Y a cuenta de la posición del PSOE cordobés respecto a la legalización del complejo Colecor, las naves ilegales construidas por éste en la capital, maniobra que la Junta llevó a los tribunales, estuvo en el centro de una profunda crisis del partido en Córdoba.

Pero quizás lo más llamativo de su pasado es que, como vocal del consejo de administración de la extinta Cajasur –intervenida por el Banco de España en 2010– fue uno de los 38 miembros sancionados por el órgano regulador por no haber controlado el riesgo de insolvencia de la caja cordobesa dirigida por la Iglesia, lastrada por sus inversiones inmobiliarias, que llevó a su quiebra.

Pese a lo bronco de la sesión constituyente de ayer en el Parlamento, nadie hizo sangre por esta mancha en su currículum. Y es que entre esos 38 miembros hay representantes del PP (entre ellos el actual alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto) y de IU (como el exalcalde Andrés Ocaña). Y Durán se mostró molesto al ser preguntado por el tema a la salida del hemiciclo, haciendo hincapié en rechazar el término «condena» al señalar que se trata de que su sanción administrativa que como «corresponde» está en trámites de «pagar». El Banco de España le impuso una multa de 64.000 euros que recurrió, con otros 12 exconsejeros, por la vía de lo contencioso ante la Audiencia Nacional pero ésta ratificó la sanción porque no vio pruebas suficientes de que hicieran todo lo posible por evitar los desmanes de la caja.

Sus credenciales, por tanto, se alejan de la experiencia institucional y trayectoria política de prestigio que desde el propio PSOE se marcaban como condiciones de la figura que buscaban para presidir un Parlamento donde, por primera vez desde 1982, están representados cinco partidos, sin mayorías absolutas que de momento no han sido capaces ni de pactar la constitución de la Mesa. Con ese panorama, y a tenor del talante demostrado ayer –sobre todo por el PP–, a Durán no le vendrá mal echar mano de sus dotes de portero cuando jugaba en las categorías inferiores del Córdoba para intentar parar más de un gol por la escuadra.