La única Virgen del Sagrado Corazón de Jesús sale por primera vez para celebrar el 50º aniversario de esta parroquia de Los Palacios y Villafranca.
La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, la más populosa de Los Palacios y Villafranca, incardinada en pleno corazón del pueblo –justo al lado de Los Cuatro Vientos, la glorieta coronada con el símbolo local de La Unión en forma de un palaciego y un villafranqués estrechándose las manos– está viviendo este 2018 como una larguísima fiesta plagada de excusas para recordar y dar las gracias. No todos los años se cumple medio siglo de historia viva.
La comisión que capitanea el párroco Luis Merello fue capaz ayer de inundar el barrio de las antiguas Casas Baratas de alegría primaveral sacando en procesión absolutamente extraordinaria a la única Virgen de esta parroquia, una imagen de María Auxiliadora que llegó hace 26 años, precisamente con la inauguración de este templo que fue el tercero y definitivo en el periplo evangélico de esta parroquia tan joven como dinámica. Porque fue en agosto de 1968 cuando la parroquia se erigió como tal, desmembrándose así de la única que había entonces en el pueblo, la mayor de Santa María la Blanca. Pero entonces lo hizo usando un piso sobre una caja de ahorros para organizar sus misas, hasta que en 1972 se construyó el pequeño templo que hoy sirve de casa hermandad de El Rocío. Sería en 1992 cuando la parroquia consiguiera inaugurar este magnífico templo a cuya construcción contribuyó de manera decisiva el pueblo mismo, con 80 millones de pesetas, en un caso de entrega y colaboración popular sin precedentes en este municipio.
Aquel año de la Expo del 92, el Ayuntamiento de Sevilla donó, para el nuevo templo palaciego, esta imagen de la Auxiliadora que había pertenecido al antiguo Hogar de San Fernando que habían regentado los salesianos en el barrio de la Macarena. Aunque esta Virgen es la única que está físicamente en el templo –en un lateral del altar mayor–, no tiene hermandad ni había salido jamás en procesión. Más protagonismo tienen otras vírgenes muy vinculadas a la parroquia, aunque estén en otros templos, como la de El Rocío, pues la hermandad palaciega de la Blanca Paloma tiene aquí su sede canónica, o la de Los Ángeles, que es la Virgen de La Borriquita que, aunque tiene capilla propia en el barrio de La Almazara, también tiene su sede espiritual en el Sagrado Corazón.
De modo que la procesión se vivió ayer como lo que era, una festiva excepción que no solo subrayaba la efeméride de estas bodas de oro que vino a abrir en enero el cardenal emérito Carlos Amigo Vallejo, sino que servía de prólogo primaveral, pero a la inversa –itinerario al revés– de la procesión anual con que la parroquia cerrará el curso litúrgico con su titular el próximo 15 de junio, con una velada a continuación que es la decana de todas las veladas locales. Ayer no hubo velada, claro, pero el mismo paso, la misma plaza y el ambiente multitudinario anticiparon ya el final de curso que este año no significará el fin de la efeméride, pues los actos conmemorativos continuarán hasta que en octubre los cierren el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo.
Incluso después del cierre oficial, está prevista a final de año la publicación de un libro conmemorativo de estos 50 años de vida parroquial. Este próximo martes, como un anticipo ilustrativo, se inaugurará en la casa hermandad del Rocío una exposición fotográfica que recorre en imágenes este medio siglo, desde las instantáneas del primer párroco, don José María Gómez, con su sotana negra y su moderna vespa recorriendo las empedradas calles del municipio hasta la mítica salida de los rocieros con un Pali pleno de facultades cantándole al Simpecado, pasando por aquellas primeras comuniones en las pistas de fútbol de los colegios o la obra faraónica de un templo levantado en solo dos años...
María Auxiliadora salía en procesión a las 21.30 horas, en el mismo paso que lo hace todos los años el Sagrado Corazón, con rosas y claveles blancos que realzaban la condición de auxilio que tanto se había subrayado en la misa previa, también multitudinaria. La música la ponía la banda Fernando Guerrero. Uno de los cincuenta monaguillos que acompañaban a la Virgen preguntó: «¿Ya saldremos todos los años?»