A partir de este mismo mes empezarán a llegar algunos títulos destacados o singulares con idea de dar una cierta continuidad al SEFF fuera de las jornadas del certamen.
La Bienal de Flamenco es protagonista, incluirá como escenario la iglesia de San Luis, recuperará el pregón y prevé un espectáculo relacionado con Málaga. El SEFF, el feSt, el Monkey Week y #Alumbra completan una programación que quiere poner en valor el patrimonio histórico y los espacios públicos.
La asistencia a las salas de proyección ascendió a 65.197 personas, casi un 7% más que el año pasado, y la facturación total también aumenta hasta situarse en 94.581 euros.
Lanthimos no traiciona su estilo y espíritu en su primera película hablada en inglés y con reparto internacional. Su holgada producción le da al resultado un atractivo adicional, pero las constantes del realizador de Canino y Alps siguen intactas.
Lituania, un país bellísimo poblado por criaturas celestiales de un porte aristocrático extraordinario y una profundidad existencial sin límites. Lo único malo es que allí se producen películas como esta, un auténtico ladrillo.
El director francés Jean Paul Civeryac adapta un relato de la escritora británica Doris Lessing contenido en la misma recopilación que incluye Las abuelas, relato que inspiró a su vez la película Dos madres perfectas protagonizada por Naomi Watts y Robin Wright.
Una metáfora de la libertad (del hombre, no ciertamente del animal en cautiverio) y la superación de contratiempos, que no encuentra sin embargo justificación como para someter al espectador.
Culmina una brillante edición del SEFF que ha encumbrado el género del reportaje y donde ha prevalecido el relato de la realidad, a ser posible cruda, por encima de la fantasía.
Quedan suprimidas la gala de clausura y la entrega de premios de este sábado, así como la proyección de la película ganadora y el concierto de Sophie Auster.
Se trata de dos historias de épocas muy distantes pero en un mismo lugar. Un discurso ingenuo y muy trillado que Bellocchio además se encarga de ilustrar de forma harto pueril.
Las palabras Inquisición y Franco aparecieron ayer, a modo de comparación, en la presentación que Amos Gitai hizo en el Festival de Sevilla de su última película, sobre el asesinato del primer ministro israelí Yitzhak Rabin.
La intención de contar una historia de investigación criminal desde un punto de vista tan original como el que se plantea, naufraga por falta de puntos de interés a los que agarrarse.
Esta sin duda terrorífica película juega con códigos y símbolos, algunos muy reconocibles, para sin renunciar a un acabado formal clásico, lograr turbar y hasta molestar, en gran parte gracias al trabajo interpretativo mesurado y matizado del joven Tom Sweet.
La jornada de este jueves del Festival de Cine Europeo de Sevilla deparó una grata sorpresa con la presentación de Pozoamargo, del mexicano Enrique Rivero.
El multipremiado debut en la dirección de largometrajes de la turca Deniz Gamze Ergüven es el clásico ejemplo de producto diseñado y orientado para levantar indignación más allá de la denuncia, abrazando incluso la ambición comercial.
La cinta mantiene un tono grotesco y desafiante ante la incompetencia del gobierno luso, de los gobiernos en general, siempre con el elemento fantástico presente.
La maestría, y el magisterio, de Guerin para película a película ir conformando una de las filmografías más lúcidas, personales y comprometidas de nuestra cinematografía, queda corroborada en esta película.
La intención de contar una historia de investigación criminal desde un punto de vista tan original como el que se plantea, naufraga por falta de puntos de interés a los que agarrarse.