Cultura

A.I.M. y Kyle Abraham: la mezcla sin complejos

Kyle Abraham, presenta en Festival Internacional de Danza de Itálica cuatro piezas que suponen un atrevido ejercicio de mezcla de lenguajes dancísticos

04 jul 2019 / 08:49 h - Actualizado: 04 jul 2019 / 08:52 h.
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  • A.I.M. y Kyle Abraham: la mezcla sin complejos

Obra: Stric Love/The quiet dance/Show Pony/ y Drive.

Lugar: Teatro Romano, 2 de julio

Compañía: A.I.M. (Estados Unidos)

Director artístico: Kyle Abraham

Coreografía: Kyle Abraham y Doug Marone

Intérpretes: Kyle Abraham, Matthew Baker, Tamisha Guy, Keerati Jinakunwiphat, Claude “CJ” Johson, Catherine Ellis Kirk, Marcella Lewis y Jeremy “Jae” Neal.

Subtitulo: Kyle Abraham, presenta en Festival Internacional de Danza de Itálica cuatro piezas que suponen un atrevido ejercicio de mezcla de lenguajes dancísticos.

Calificación: ***

El coreógrafo estadounidense Kyle Abraham se distingue por un estilo que se atreve a mezclar sin complejos el hip hop con el baile clásico, el jazz y la danza contemporánea. Este espectáculo, compuesto por cuatro piezas de diversas épocas sin ningún nexo ni hilo conductor, es un claro ejemplo.

Creada en los años 90 del pasado siglo, la primera pieza, 'Stric Love', nos sorprende con una banda sonora que nos permite disfrutar, con lujo de amplificación, de las voces de figuras de la música pop tan míticas como Mikael Jackson (en su época de Los Jaksons 5) y Diana Ross. De corte coral, la coreografía recrea una suerte de movimientos robóticos que delimita una atmósfera un tanto fría, aunque sumamente inquietante, con un discurso futurista que ejerce un curioso contraste con las piedras milenarias del Teatro Romano.

La segunda pieza, 'The quiet dance' (2011) se dirige al terreno del jazz con un quinteto que comienza con la figura del propio Kyle Abraham bailando en silencio una suerte de danza contemporánea impregnada de pasos clásicos y figuras ondulantes. En un momento dado se incorporan los cuatro bailarines y entre los cincos se entregan a transmitir la paz y el ritmo cadencioso y fluido que emana de la versión de Bill Evans del famoso tema de Leonard Berstein, Some Other Time. El resultado es un discurso dancístico intimista que abusa un tanto de la reiteración de movimientos y la contención. Todo lo contrario que 'Show Pony' (2018), un solo concebido para el lucimiento de Tamisha Guy, quien desafía los límites de la flexibilidad y la precisión con una danza que mezcla con asombrosa coherencia el clásico con el hip-hop. Toda una explosión corporal enfatizada con un maillot tan ajustado que parece fundirse con su propia piel y una radical iluminación.

Un radicalismo lumínico que lleva al límite la última pieza, 'Drive', desafiando al espectador con ocho focos dirigidos directamente a las gradas para recrear un ambiente de nigh club neoyorkino que, desde luego, nada tiene que ver con el entorno clásico del escenario. Se trata de una pieza coral con la que los siete bailarines, una vez más, demuestran su elevado nivel técnico con un baile impregnado de break-dance tan potente como espectacular.