Admiración y vocación

Obra: Mozart vs Salieri. Lugar: Teatro el Duque/ La Imperdible. Compañía: Producciones Imperdibles. Texto y Dirección: José María Roca. Interpretación: Javier Castro y Alex Peña. Calificación: ***

21 feb 2016 / 13:36 h - Actualizado: 21 feb 2016 / 13:36 h.
"Cultura","Teatro"

Un limbo donde se encuentran los asesinados con sus asesinos. Es el punto de partida de esta obra, una suerte de entrevista dramatizada que nace de la admiración de su creador por la música de Morzat, así como de su vocación de ahondar en el potencial visual del teatro

La propuesta está claramente inspirada en Amadeus, un drama escrito por el dramaturgo británico Peter Shaffer que Milos Forman adaptó al cine con gran éxito en 1984. Tanto la obra teatral como la película asumían como verdadero el envenenamiento de Mozart a manos de Salieri, aunque ni que decir tiene que ese dato era un hecho inventado que, aunque inspirado en un rumor, no tenía ningún fundamento real. Con esta obra José María Roca se dirige a demostrar la falsedad del rumor, aunque parte del convencimiento de su certeza por parte del personaje de Mozart, quien convencido de haber sido asesinado se ve obligado a esperar en el limbo a su asesino. Para salir de ahí debe perdonarle y para ello precisa que confiese su crimen. De esta manera, aquí el asesinato no es más que un recurso para desentrañar la biografía y la personalidad de Mozart y Salieri. El primero se perfila como a un neurótico alocado y atormentado, aunque en cierto modo inocente, mientras que el segundo es el prototipo del creador sensato y con los pies en la tierra.

La puesta en escena sitúa a los dos personajes sentados frente a frente, a cada lado de una mesa cuya forma remite a un cuadrilátero de boxeo. Con ello Roca refrenda la contienda que conlleva el encuentro. Aunque los personajes se sitúan de perfil al espectador, podemos verlos de frente en dos pantallas que reproducen la imagen de los intérpretes, grabada en directo con una cámara situada frente a ellos. Con ello Roca se propone fundir lo teatral con lo cinematográfico para ahondar en la inquietud y la violencia contenida que preside la entrevista. En muchos momentos los personajes dirigen al espectador la mirada que, cargada de intención dramática, dirige a su púgil. Se trata, sin duda de un recurso sumamente interesante, aunque acaba perdiendo su potencial a medida que avanza la obra y delimita un ritmo un tanto denso. No obstante cabe destacar que ayuda al lucimiento actoral, ya que obliga a los actores a estar en todo momento en primer plano. Por fortuna la obra cuenta con dos intérpretes sobrados de maestría y talento. Javier Centeno borda el personaje de Salieri con una soberbia interpretación, y Alex Peña consigue transmitir la compleja personalidad de su personaje con una interpretación precisa y ajustada. Además, al igual que en la película la música se implica con la dramaturgia hasta convertirse en un personaje más que nos deleita con su genialidad.