Alcalá de Guadaíra ha sido otro de los pueblos sevillanos que decidieron acabar con su festival de verano, celebrado tradicionalmente al aire libre, para meterlo en el teatro y, como en este caso, cambiarlo de estación. Aquellas noches flamencas celebradas en el Castillo, pues, pasaron ya a la historia, sin que sepamos muy bien por qué. En el recuerdo quedan ya algunas noches de arte protagonizadas por algunos de los artistas más grandes de las últimas décadas.
Alcalá de Guadaíra es una de las localidades sevillanas con más tradición flamenca. El artista local más antiguo que se conoce, de los que cantaron en los escenarios, es José Ordóñez Juraco, de la época de Silverio, José Lorente y Paco el Gandul. En la prensa sevillana aparecen algunas noticias sobre este mítico cantaor, del que en Alcalá no saben apenas nada, quizá porque se han centrado más en la figura de Joaquín el de la Paula, que da nombre al festival.
Juraco tuvo cierto prestigio en la quinta y sexta décadas del XIX, cuando cantaba en las academias de baile junto a Lorente, Perea del Puerto, Ramón Sartorio y el Maestro Pérez. Fue de los primeros, o el primero de todos, en cantar las soleares de Alcalá en los teatros y cafés sevillanos, porque otros intérpretes alcalareños, como Joaquín el de la Paula y su hermano Agustín –padre de Juan Talega–, posteriores a Juraco, no solían cantar en los escenarios.
Silverio tuvo también mucha relación con Alcalá de Guadaíra. Sus padres se casaron en esta ciudad a principios del XIX, como ya demostramos hace años en este periódico. Nacido en Sevilla en 1831, siendo niño se afincó junto a su familia en Morón de la Frontera, pero tuvo bastante relación con Alcalá, donde vivían sus abuelos maternos, que no eran alcalareños sino sevillanos de Santa Catalina.
Otro artista importante de Alcalá fue Bernardo el de los Lobitos, aunque abandonó pronto el pueblo, de niño, para afincarse en Sevilla, donde se hizo cantaor profesional. Ha sido la gran figura de esta tierra, pero no es de los más reconocidos, porque en Alcalá decidieron que había que darle todo el protagonismo a la familia de El Gordo y La Paula, los padres de Joaquín el de la Paula y, por tanto, abuelos de Juan Talega y Manolito el de María, otros dos grandes cantaores locales, aunque Juan Talega naciera en Dos Hermanas en 1891, donde se habían afincado sus padres.
Joaquín Fernández Franco, Joaquín el de la Paula (Alcalá de Guadaíra, 1875-1933), destacó siempre como cantaor de soleares alcalareñas, teniendo su propio estilo y creando una importante escuela que siguieron su hijo Enrique, Juan Talega y Manolito el de María, entre otros artistas de aquel tiempo. Fue Antonio Mairena quien más hizo por la memoria de Joaquín, del que era discípulo, poniendo a la soleá de Alcalá donde no había estado nunca.
El festival que lleva su nombre ha tenido sus momentos de gloria y de infierno. Ahora es otra etapa, con el cambio de estación y de escenario. En la próxima edición, que se celebrará el próximo día 21 en el Auditorio Riberas del Guadaíra, el Ayuntamiento apuesta por cuatro nuevas voces: Manuel Castulo, María Terremoto, Jesús Méndez y Perico el Pañero. Por un maestro como es El Pele de Córdoba. Por un estupendo bailaor de Morón afincado en Alcalá, Pepe Torres, y por las guitarras de José de Pura y Niño Seve. Un cartel muy interesante que contará, sin duda, con el apoyo de los aficionados.