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Alicia se vuelve apática, tediosa y aburrida

28 may 2016 / 22:37 h - Actualizado: 29 may 2016 / 09:28 h.
"Cine"
  • Un fotograma del filme protagonizado por Johnny Depp y Mia Wasikowska. / El Correo
    Un fotograma del filme protagonizado por Johnny Depp y Mia Wasikowska. / El Correo

A la productora Walt Disney Pictures no le hace falta hacer hechizos, conjuros ni sortilegios para llevar al público a las salas y llenarlas. Da igual que sus productos sean obras de ficción o animadas y que den como resultado obras entretenidas, divertidas o aburridas, pobres, reaccionarias, moralizantes o deleznables. Siempre encuentra una legión de público sea en un país de oriente o de occidente, del norte o del sur, que por ser quien es, a todo lo que cree se le da el beneplácito. La taquilla casi nunca le falla porque le respalda un público mayoritariamente infantil que se lo traga todo, y con padres y madres que consideran a Disney como una marca de prestigio. Sus méritos son discutibles porque en la mayoría de las ocasiones sus logros técnicos no han ido unidos a los rigores de la calidad ética que le han ido exigiendo los tiempos. Puro reflejo del (dudoso) valor de una fama ganada a lo largo de muchos años. A este distintivo se le ha sumado la falta de competencia. Y en el caso de existir, que ha ocurrido, nada mejor para anularla que absorberla. En la actualidad goza de una excelente salud porque desde la entrada al presente milenio sigue pariendo sola o en compañía, una decena de películas al año.

El pasado 26 de noviembre de 2015 se cumplían 150 años de la publicación de la obra Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas del escritor británico Lewis Carroll. Este hecho provocó en todos los países del mundo reediciones de la obra en innumerable variedad de formatos y calidades. El año pasado se volvió a hablar y se volvió a escribir de Alicia, de su autor y de los amplios valores que atesora. Efeméride que aprovecha la previsora y astuta Disney para producir esta nueva película con Alicia de protagonista. También se animó por los excelentes resultados en taquilla de la versión de Tim Burton del año 2010.

En Alicia a través del espejo, la joven se ha convertido en mujer y en la capitana de un gran barco. Tras regresar de una batalla decide ir a Loquilandia para ayudar a su amigo el Sombrerero y descubrir la historia mejor guardada de la Reina Blanca.

Deslumbra al principio pero pierde brío cuando la chica llega a la ciudad y se traslada a la otra dimensión. Digamos que posee un guión poco trabajado; la cronosfera y el recurso del tiempo no sirven para explicar las razones por las que desaparece la familia del Sombrerero y tampoco para dar sensatez al episodio ocurrido en la niñez que enfrenta a las reinas. Tampoco convence la lección que quiere dar sobre el pasado y lo irreversible de las consecuencias de nuestras acciones. Lo único a destacar es que apunta, pero sólo apunta y al principio, un mensaje feminista e igualitario. Cinematográficamente es deudora de la de Burton sobre todo por heredar una puesta en escena llamativa y fastuosa, pero en este caso en lugar de engrandecer el relato, lo desdibuja y emborrona. De poco o nada sirve rodearse de actores y actrices de la talla de Johnny Depp, Anne Hathaway o Helena Bonham Carter si los personajes son esquemáticos y de poca enjundia. La desconexión llega rápida y uno concluye que el director sólo es capaz de transmitir descontrol, apatía y tedio.