«Andalucía no supo capitalizar todo el talento que había en su territorio»

Fran G. Matute repasa 35 años de cultura andaluza y modernidad en ‘Días de viejo color’

22 ene 2017 / 09:54 h - Actualizado: 23 ene 2017 / 10:27 h.
"Cultura","Luis Gordillo"
  • Fotografía de un joven Luis Gordillo, expuesta en una muestra dedicada al pintor en la Casa de la Provincia. / J. D.
    Fotografía de un joven Luis Gordillo, expuesta en una muestra dedicada al pintor en la Casa de la Provincia. / J. D.
  • «Andalucía no supo capitalizar todo el talento que había en su territorio»
  • «Andalucía no supo capitalizar todo el talento que había en su territorio»
  • Gonzalo García Pelayo. / Daniel Garrido
    Gonzalo García Pelayo. / Daniel Garrido

Días de viejo color (Centro de Estudios Andaluces) es el título del recién alumbrado ensayo en el que Fran G. Matute recorre 35 años de cultura andaluza y modernidad, o posmodernidad, desde 1956 a 1991, y desde Huelva hasta Almería: un mapa histórico del Sur que desmiente rotundamente el tópico de la región atrasada. «El libro pone de manifiesto que las grandes revoluciones culturales que ha habido en España han partido o se han visto fuertemente influenciadas por artistas andaluces. El underground barcelonés o la movida madrileña no se pueden entender sin Andalucía», afirma el autor.

La idea inicial de Matute era hacer «un libro de entrevistas, una especie de historia oral del rock en Andalucía, basándome en el modelo de Por favor, mátame de Legs McNeil. Pero con el Centro de Estudios Andaluces consensuamos ampliar el foco y hacer algo más amplio, incluyendo toda la modernidad cultural, y esa primera idea se diluyó porque tendríamos que haber sacado una enciclopedia», agrega el escritor.

No obstante, el método de las entrevistas se mantiene, con personajes que van de Guillermo Pérez Villata o José Ignacio Lapido a Carlos Pérez Siquier, Juan Bonilla o Miky Mata. «En el libro hay dos perfiles», puntualiza Matute. «Uno de artistas que hicieron su carrera fuera de Andalucía, pero que en su obra o labor está impresa la huella de lo andaluz; y otros que hicieron la guerra aquí y resultaron influyentes fuera. Casi todos los artistas o movimientos que se citan en el libro tienen un punto en común: lo que hicieron no quedó en Andalucía. Trascendió el territorio. Influyó en España y si me apuras en el extranjero», agrega.

Entre las figuras destacadas, Carlos Pérez Siquier, «pionero absoluto en la fotografía contemporánea»; Luis Gordillo, «hoy día uno de los máximos exponentes del arte pop»; Guillermo Pérez Villalta, «que de algún modo es el inventor de toda la estética de la movida»; Nazario, «padre del underground barcelonés»; y Gonzalo García Pelayo, «que fue un hombre orquesta: productor, promotor, locutor, y que puso en el mapa el rock andaluz».

Días de viejo color –título tomado de una película «lisérgica» de 1967 dirigida por Pedro Olea que transcurre en Torremolinos– gira en torno a una tesis: «El hecho de que se produjera en Andalucía esta ola de modernidad se debe a cuestiones geográficas. En el libro señalo cinco válvulas de escape –así las llamo– por las que se nos coló la modernidad a pesar de Franco: la Costa del Sol, Gibraltar, las bases de Rota y Morón y la Almería de Hollywood. Lo que quedara más lejos de esas zonas se vio un poco al margen de la ola de modernidad. Con todo, en casi todos los sitios hubo resistencia», dice.

«Sorprende mucho», prosigue Matute, «ver cómo Córdoba fue en 1956 una de las ciudades pioneras en el arte contemporáneo en España, con el Equipo Córdoba y el Equipo 57». Para el autor, el tren que Andalucía nunca cogió a tiempo fue «el saber capitalizar el talento que aquí había. Casi todos los que triunfaron lo hicieron en realidad fuera. Aquí afectó mucho el engranaje económico. Nunca hubo infraestructura y todos se terminaron yendo a Madrid, Barcelona, París, Londres, donde se supo apreciar mejor –al menos en ese momento– lo que hacían».

Los justos reconocimientos llegarían con el tiempo. «Salvo algún que otro artista que meto en el libro por el mero hecho de reivindicarlo –y aquí hablaría de Carlos Pérez Merinero y del poeta Adolfo Zorzano–, yo creo que los demás han sido o están reconocidos en sus respectivos campos. Pero claro, a Gabriel Blanco, un pionero en el cine de animación en España, solo lo conocen los expertos en cine», comenta.

Sobre el título en relación con el momento actual, Fran G. Matute explica que «Viejo color remite a un momento en el que las cosas eran de color, pero ese color no era nuevo, lo que se hizo en Andalucía en esos años no era nuevo. Era una especie de copia o reflejo de lo que se hacía en USA, París, Londres. El rock and roll no nació en Andalucía. Entonces, si ya entonces la modernidad era una especie de copia –por así llamarlo–, imagínate ahora».