Año Murillo: el programa está, solo falta el dinero

El alcalde responde a la presión de la oposición y los medios con un proyecto heterogéneo pendiente de la implicación del sector privado

16 sep 2016 / 20:05 h - Actualizado: 16 sep 2016 / 23:43 h.
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  • El alcalde y la consejera de Cultura, ayer en la Iglesia de la Caridad junto a algunos de los artífices de la conmemoración. / Manuel Gómez
    El alcalde y la consejera de Cultura, ayer en la Iglesia de la Caridad junto a algunos de los artífices de la conmemoración. / Manuel Gómez

Menos el dinero, el Ayuntamiento lo tiene todo listo para la celebración del llamado Año Murillo (los 400 años del nacimiento del pintor, que se cumplen en 2017 y que aquí se van a conmemorar mayormente en 2018): tiene el apoyo incondicional y emocionado de la Junta de Andalucía –como confirmó ayer una vibrante e implicadísima consejera de Cultura, Rosa Aguilar, en la presentación de los fastos–; tiene un saco de promesas del Gobierno en funciones, –promesas que de momento no se pueden canjear en el Banco de España–;_y sobre todo, goza de respaldo institucional en la ciudad y luce un muestrario de exposiciones y actividades, a modo de programa provisional. Así las cosas, los más críticos podrán reprocharle al alcalde Espadas que el pistoletazo de salida escenificado ayer en la Iglesia de la Caridad no fue sino un solemne piscinazo y que el Año Murillo tiene menos papeles que una liebre; aunque también cabe mirarlo como un acto de arrojo y determinación de un equipo de gobierno municipal resuelto a poner en pie la celebración por encima de cualesquiera trabas que se pongan por delante. Esta es la jugada, y el alcalde cuenta con que le salga bien, vistos los indicios.

Por si acaso, el Ayuntamiento, según fuentes consultadas, estaría dispuesto a invertir en estos actos unos tres millones de euros, un lujo que Sevilla rentabilizaría sin muchos esfuerzos. Pero el problema, hay que decirlo ya, es ajeno al caserón de la Plaza Nueva: el Gobierno tiene pendiente aprobar la declaración de evento de excepcional interés público del Año Murillo. No es solo una cuestión de pompa: esa declaración permite suculentas desgravaciones a quienes patrocinen actividades de la efeméride, y es, por lo tanto, la puerta –hoy cerrada– por la que entrarían no ya las empresas que habitualmente colaboran en los asuntos sevillanos, sino las más potentes, las del Ibex-35, como se pretende. Como esas desgravaciones afectan a las arcas públicas, dicha aprobación hay que consignarla en la Ley de Presupuestos Generales del Estado del año que viene, y... ¿qué pasa con esa ley? Que como siga la interinidad gubernativa, no se va a aprobar: se prorrogarán los vigentes y adiós declaración, o sea, adiós patrocinios potentes y habrá que retocar el plan. Como mal menor, está la posibilidad de que se incluya en los presupuestos siguientes, los de 2018, dado que el grueso de los actos programados serán entonces. Pero en ese caso habrá que correr de lo lindo para ir cerrando citas e ir buscando apoyos casi sobre la marcha.

Proyecto abierto
No fueron casuales ni una mera formalidad retórica las palabras del alcalde, ayer, en la Caridad, cuando destacó el carácter de esta cita cultural como un «proyecto abierto a nuevas iniciativas» donde «las instituciones y empresas privadas son fundamentales para poder llegar al máximo». Todo un llamamiento. En los últimos meses, las presiones de la oposición municipal y de los medios de comunicación para que el Ayuntamiento presentase el proyecto del Año Murillo han sido tan intensas que el equipo de Juan Espadas no ha tenido más remedio que sacudirse esas presiones, derivarlas a otros y proclamar su disposición y la tarea hecha: se han planificado actividades muy diversas, hay una comisión científica asesora que ha hecho un trabajo fino y, de resultas de ello, una descripción de objetivos que contempla exposiciones, itinerarios, actividades divulgativas y de calle, artes escénicas y musicales y, por último, investigación y publicaciones: son los cinco grandes bloques de contenido que darán cuerpo a una conmemoración que pretende no quedarse en la fecha sino, como dijeron todos ayer, ir «más allá» para reforzar y restaurar de forma perenne la huella de Murillo en la ciudad.

Y si importante fue lo que dijo el alcalde, la consejera Aguilar no se quedó atrás al anunciar que su departamento ha puesto a disposición del Ayuntamiento de Sevilla la Casa Murillo, sede actual del Instituto Andaluz del Flamenco, no solo para la celebración del centenario del pintor sino para posteriores usos. Aguilar dijo también que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico –adscrito a la Consejería– va a restaurar los dos grandes lienzos de Murillo que cuelgan de las paredes del Iglesia del Hospital de la Caridad.

«La mejor forma de dar a conocer a Murillo es mostrando su obra», dijo la consejera para explicar que el Museo de Bellas Artes lleva meses trabajando en la restauración y mejora de los 24 Murillos que posee la pinacoteca. Destacó que la Consejería va a recuperar para Sevilla uno de los conjuntos más valiosos de la obra del pintor sevillano, el retablo de Capuchinos, que se mostrará completo en una exposición en el Bellas Artes y en el que estará presente El jubileo de la Porciúncula, que regresa a Sevilla tras casi 200 años –y se va a quedar aquí otros diez– gracias al préstamo del Museo de Colonia.

Esta es la apuesta. Ahora queda la financiación, de la que dependerá cuánto y cómo se hace finalmente. Pero el primer gran paso, ese esencial acto de fe, está dado.

Inauguración y clausura
Se abriría en diciembre de 2017 con un concierto de música profana en la Sevilla del XVII a cargo de la Orquesta Barroca de Sevilla y se cerraría con un auto sacramental de La Fura del Baus, en enero de 2019.

Exposiciones
Reconstrucción del Retablo de Capuchinos (Museo de Bellas Artes, del 1 de diciembre de 2017 hasta primavera de 2018); Murillo y su estela en Sevilla, sobre los discípulos del autor (Espacio Santa Clara, entre las mismas fechas); Murillo y las arquitecturas efímeras, con recreación de algunas por la ciudad incluidos los altares del Corpus de 2018; La modernidad de Murillo, sobre el carácter y la vida del artista (Espacio Turina, de abril a septiembre de 2018); y Murillo IV Centenario, primera antológica del autor que se celebra en Sevilla (Museo de Bellas Artes, de octubre de 2018 a enero de 2019).

Itinerarios
Se estructuran en dos: los itinerarios propiamente dichos, que recorrerán la Sevilla murillesca (Palacio Arzobispal, Hospital de la Caridad, Hospital de los Venerables, Santa María la Blanca, Museo de Bellas Artes, San Leandro, San Clemente...) y la Casa Murillo, que se recupera para interpretar las obras de Murillo de forma moderna y didáctica.

Actividades de calle
Más allá de lo artístico y lo científico, se quiere que haya también gastronomía histórica en los bares de Sevilla, lo que se comía (y la comida que se pintaba) en aquella época, teatralización de cuadros en calles y escaparates, juegos infantiles de la Sevilla del XVII, danzas y fiestas, recreación de un taller de pintura, la moda barroca, cómo han cambiado las cosas desde entonces (vivienda, asistencia social, indignación, globalización, seguridad laboral, etc.) y un proyecto con Google para difundir contenidos.

De los títeres al cine
La Bienal de Flamenco, el Festival de Música Antigua, Alumbra, el Fest, Circada, el Mes de la Danza, la Feria del Títere y el Festival de Cine Europeo de Sevilla, entre otras citas culturales sevillanas, se implicarán también mediante actividades relacionadas con Murillo.