Ciambra es una comunidad romaní en Calabria, donde la delincuencia está al orden del día; algo así como El Vacie en Sevilla. Allí vive Pio, un niño que ya suscitó el interés del realizador hace tres años, cuando le dedicó un cortometraje con el mismo título. Con los catorce a punto de cumplirlos,la cámara sigue al chaval y su «encantadora» familia, donde abunda la mala educación, el crimen, la droga y las pésimas costumbres, como si de un comando actualidad se tratara, sin un tratamiento cinematográfico apenas decente, sin una estructura narrativa precisa y abandonando el ritmo dramático casi al azar. Dos horas de andanzas del adolescente, chuleando y buscando la aceptación del clan a fuerza de fechorías, no dan para suscitar un interés mínimo. Si se trata de denuncia, no parece muy bien enfocada, ni se trasluce cuál sea su intención. Si por el contrario sólo se trata de contar una historia de marginación y delincuencia, no tiene la fuerza suficiente, y tampoco se entiende por qué ha de optar por una solución estética tan cutre y anárquica. No logramos atisbar talento en Carpignano para enfrentarse a otros trabajos de mayor envergadura, mientras nos preguntamos si no hubiera sido más efectivo rodar con un mínimo de rigor cinematográfico y un mayor interés intelectual.

S. Oficial. Italia-Brasil-Alemania-Francia-USA-Suecia, 2017. 118 min.

Dirección: Jonas Carpignano

Intérpretes: Pio Amato, Koudous Seihon, Damiano Amto, Iolanda Amato