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La comisaria, Alicia Ventura, junto con la coleccionista Bárbara Rueda, ayer en el Casino. / José Luis Montero -
La entrada a la muestra, hasta el 22 de mayo, es libre. / J. L. M.
En los últimos años el Casino de la Exposición se está convirtiendo en el mejor escaparate para que los coleccionistas privados puedan mostrar a la ciudad de Sevilla sus respectivas propiedades artísticas. Desde ayer y hasta el 22 de mayo, se exhiben 33 obras seleccionadas de la Colección ACB, iniciada por el desaparecido Alberto Corral y continuada por Bárbara Rueda. «Lo que la distingue del resto de colecciones privadas del país es que esta se ha desarrollado siempre aferrada al presente, creciendo de manera paralela a la evolución del arte español e internacional», explica la comisaria de la muestra, Alicia Ventura.
Quiere esto señalar que tanto Corral como Rueda «siempre han tenido una extraordinaria visión». «Por ejemplo aquí tenemos una pieza de Miquel Barceló adquirida coetaneamente a ser producida, porque ellos arriesgan y compran arte sobre la marcha, sin pensar en el valor que estas obras tendrán en el futuro, sólo movidos por su sentido de la belleza. Es decir, supieron tener esta visión tan inteligente y tan buena de ver qué artistas eran importantes en aquel momento y qué piezas lo eran», explica Ventura.
La exposición propone un paseo histórico por las principales tendencias artísticas del último medio siglo con obras de Chema Cobo, Guillermo Pérez Villalta, Miquel Barceló, Luis Gordillo, Rafael Canogar, Eduardo Arroyo, Jaume Plensa o Juan Muñoz, entre otros. Al mismo tiempo, Diálogos entre una comisaria y una coleccionista, que así se llama la propuesta, «se sustenta sobre un delicado entrecruce de afectos, de sensibilidades y subjetividades, que acaban confluyendo en un discurso común, fácilmente percibible por cada visitante».
Es, además, la primera ocasión en la que estas obras salen del ámbito privado de sus propietarios. «Cuando conocí la colección lo primero que hice fue sentarme a hablar muchas horas con Bárbara Rueda. Al final, lo que he buscado es contar una historia del arte contemporáneo español a partir de las piezas que tenía a mi disposición», añade Ventura. «Esta muestra es importante para mí porque muchas obras no habían salido de mi casa y en esa privacidad que tenían se muestran aquí para disfrute de todos», señaló ayer la dueña de la colección.
Aunque no es la primera vez que prepara una escenografía para el Casino de la Exposición, la curadora reconoce que este «no es un espacio fácil, por imponente»: «Su grandeza ensalza muy bien las obras, pero hay que tener cuidado de que la arquitectura no engulla las piezas, lograr que el público mire a su nivel o al suelo y no se pierda en las alturas», detalla al respecto. No obstante, la mayor pretensión de la comisaria no ha sido la de rivalizar con el espacio, si no lograr que «ninguna pieza pase desapercibida. «No me gusta hacer montajes barrocos, con muchas obras; quiero que cada una de las que está presente tenga su protagonismo», indica.
La exposición repasa la amplia trayectoria de la Colección ACB, reivindicando algunas de sus piezas menos conocidas: parte de las tendencias pictóricas españolas de los años 60, 70 y 80, continúa por los ricos fondos escultóricos de la colección e incide, por último, en las obras más recientes, que se abren a la fotografía y a un creciente interés por las formas arquitectónicas.
Estas últimas adquisiciones, llevadas ya a cabo en solitario por Rueda, son el último fruto de una apasionante aventura en común, además del más sentido homenaje a la figura de Alberto Corral. Todo ello, bajo la visión de la comisaria, Alicia Ventura, que, con esta exposición, articula una nueva mirada a la colección proponiendo una doble puesta en valor: la del papel de coleccionista y la del rol específico jugado por el comisario en la relectura pública del patrimonio privado.