La propuesta más radical hasta el momento de esta edición del festival de Sevilla es esta suerte de documental nada convencional del realizador canario Víctor Moreno, que hace cuatro años sorprendió con su viaje a través de las entrañas del Edificio España y sus obras de reforma. Más cerca de un trabajo para ser expuesto en un museo de arte contemporáneo que para ser exhibido en una sala de cine, Moreno se adentra ahora en el mundo subterráneo de Madrid, su metro, sus alcantarillas y otros vericuetos que forman parte de la ingeniería y arquitectura de la ciudad aunque no reparemos en ello. La propuesta a priori resulta por lo tanto atractiva, su tratamiento sin embargo nada estimulante. Cuando después de veinte minutos sólo hemos visto puntos de luz en el firmamento, chispas de raíl o vías de tren en espacios dominados por la oscuridad, sin voces ni intervención humana alguna más allá de una planificación de la imagen hipnótica y esmerada, comprendemos que poco más vamos a poder extraer de esta experiencia sólo apta para buscadores de experiencias visuales nuevas que puedan ser tildadas de artísticas. Efectivamente, aparte de sorprendernos descubriendo en el subsuelo paisajes que recuerdan a películas como Alien o 2001, o de seguir durante unos minutos las correrías de felinos y roedores por las tuberías bajo nuestros pies, hay poco que estimule nuestra curiosidad y ansias de aprender en este mal llamado documental. Si encima subraya aspectos como la presencia de una lechuza, símbolo de la sabiduría y la filosofía, el trabajo acaba por atragantarse por su pedantería y ridiculez.

LA CIUDAD OCULTA *

España 2018 80 min..

Dirección: Víctor Moreno. Documental. Sección oficial