Bach a lo grande y a lo largo

Crítica del concierto que Benjamin Alard ha ofrecido en el 35º Festival de Música Antigua con las ‘Variaciones Goldberg’ de Bach

13 mar 2018 / 16:47 h - Actualizado: 13 mar 2018 / 16:59 h.
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  • Benjamin Alard en el FeMÀS. / Foto: FeMÀS
    Benjamin Alard en el FeMÀS. / Foto: FeMÀS

Cada cierto tiempo, el Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS) nos regala la oportunidad de volver sobre una de las obras maestras de la historia de la música occidental como son las Variaciones Goldberg, de Bach. El domingo pasado fue el clavecinista francés Benjamin Alard -que las ha grabado para el sello Alpha- quien las interpretó en el Espacio Turina. Lo hizo además estrenando un clave de nueva construcción propiedad del intérprete Alejandro Casal, miembro de la Orquesta Barroca de Sevilla. Contó el recital además con una modélica puesta en escena basada en eso tan olvidado por los músicos clásicos como es la iluminación y su inmenso valor estético. En este caso, Alard oscureció toda la sala y dejó únicamente una tenue luz sobre el clave, otorgando de esta forma a su recital un aire de extremo recogimiento y contención. Esto lo recalcó con el considerablemente largo silencio que prologó su ejecución, una quietud que, tristemente, no se mantuvo a lo largo del recital.

El músico optó por recrear la obra deteniéndose en todas las repeticiones que la misma permite, lo que llevó su interpretación hasta, prácticamente, los 90 minutos. Dicha sin partitura, su ejecución fue un tour de force en el que sin un solo desliz, Alard se desenvolvió con un indudable virtuosismo, pero también son un ejemplar academicismo que no otorgó una personalidad acuciada a su lectura. Tendió más a la agilidad, pero en algunas frases se detuvo otorgando a su fraseo un innegable preciosismo.

35º Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS). Benjamin Alard, clave. Programa: Variaciones Goldberg, de Bach. Espacio Turina. 11 de marzo