Brácula es tan eterno como Drácula

Chiquito de la Calzada logró elevar el nivel de todas las cintas en las que actuó

12 nov 2017 / 12:34 h - Actualizado: 12 nov 2017 / 12:45 h.
"Cine español"
  • Chiquito de la Calzada, caracterizado como Brácula. / El Correo
    Chiquito de la Calzada, caracterizado como Brácula. / El Correo

Humorista eterno, cantaor, palmero, sí, pero también actor. La filmografía de Chiquito de la Calzada ha sido siempre denostada por la crítica y encumbrada por la apreciación popular. Y uno de los directores con un colmillo más afilado para explotar la taquilla, el inefable Álvaro Sáenz de Heredia convirtió al malagueño en su muso. En 1996, en plena eclosión chiquitesca, lo puso al frente de Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera (581.904 espectadores; con recaudación de 1.705.030 euros). El malagueño lograba lo imposible, redimir el desaguisado, erigir un título imposible en un santo grial del humor patrio. Lo volvería a hacer siempre que lo invitaban a asomarse a la pantalla.

Un año después, Brácula: Condemor II conseguía lo que no era difícil, que la chiquitomanía contagiase a todo el país. Una película tan honesta como deficiente que lograba unir en un sincero desparrame los mejores (y los peores) ecos del cine del destape y la tradición fantaterrorífica patria. Con Papá Piquillo, Sáenz de Heredia puso a Chiquito en 1998 en un rol no ajeno a sus tics pero más dramático. Luego, el silencio (cinematográfico) hasta 2003, cuando filma Franky Banderas, de, José Luis García Sánchez, ya en un rol de secundario. La infravalorada astracanada El oro de Moscú (2003), de Jesús Bonilla, le permitió enrolarse en una comedia coral que recuperaba al mejor Chiquito. Luego, Spanish Movie (2009), La venganza de Ira Vamp (2010) y Torrente 5: Operación Eurovegas (2014), de Santiago Segura, clausurarían sus aportaciones al cine. En todas ellas, Gregorio Sánchez logró lo que parecía imposible; redimir los (casi siempre) desaguisados con su sola presencia en la pantalla.