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Imagen promocional de The Tiger Lilies.
Aunque The Tiger Lillies nació en 1989 como un grupo musical, a lo largo de su trayectoria han ido impregnando su música de teatralidad. Así, sus montajes se definen como un cruce de camino entre el cabaret y el teatro musical, donde prima el humor negro y unas letras políticamente de lo más incorrectas que contrastan con el aire nostálgico de sus canciones. De todo ello dieron buena cuenta el pasado miércoles en el Teatro Central con la representación de este Palacio Encantado que se inspira en la obra de Edgar Allan Poe.
La historia nos cuenta, a través de las canciones y algún que otro monólogo, las peripecias de un escritor que en medio de una crisis creativa no duda en empeñar su cabeza, a cambio de una tinta milagrosa que le aporta una auténtica fuente de inspiración. La estética nos remite a las películas de Tim Burton, aunque el personaje principal nos recuerda al personaje del Joker. No en vano el estilo de este grupo se define como una mezcla entre cabaret y clown durk, aunque aquí la dureza está bastante mitigada ya que en todo momento la historia se muestra como una fantasía, un cuento que a pesar de estar revestido de una atmósfera un tanto oscura, está repleto de imágenes llamativas. En ese sentido cabe destacar el contraste que ejerce en el espacio escénico el montaje audiovisual con respecto a los paneles pintados con aire decimonónico que conforman la escenografía. Aunque lo que más llama la atención es la interpretación musical. Martyn Jacques hace gala de un voz increíble; Arian Stout, nos hipnotiza con su contrabajo y su sierra musical y Jonas Golland nos sorprende colma de sutileza la percusión.
Obra: El palacio encantado de Edgar Allan Poe
Lugar: Teatro Central, 15 de noviembre
Compañía: The Tiger Lillies
Dirección: Paul Golub
Director Musical: Martyn Bassindale y Lucy Kilpatrick
Concepto Visual: Mark Holthusen
Texto: Peder Bjurman
Interpretación: Martyn Jacques, Jonas Golland
Calificación: * * * *