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Actualizado: 24 oct 2016 / 02:10 h.
  • Cadillac ‘Seville’, el último coche de Elvis
    Imagen del Cadillac Seville de 1976 que se encuentra expuesto en un museo australiano. / El Correo
  • Cadillac ‘Seville’, el último coche de Elvis
    Un fan de Elvis Presley se fotografía junto al coche. / El Correo
  • Cadillac ‘Seville’, el último coche de Elvis
    Detalle del último coche que condujo Elvis Presley. / El Correo

El tren había sido el medio de transporte que inspiró muchas composiciones de blues. Fue a través del ferrocarril como muchos músicos negros hicieron el viaje desde el Delta del Mississippi hasta Chicago, ciudad en la que se estableció una importante franquicia de este estilo musical. Con el paso de los años algo hizo que el coche comenzara a sustituir a la máquina de vapor en las letras de las canciones. En el apogeo de su fama, al boxeador Joe Louis se le metió entre ceja y ceja comprarse un Cadillac, pero por cuestiones raciales tuvo que recurrir a un amigo blanco para ponerse al volante de su ansiado automóvil. El entonces presidente de Cadillac, Nicholas Dreystadt, decidió que su compañía comenzaría a lanzar publicidad sólo para la población negra para tratar de aumentar las ventas de sus coches. Fue así como los músicos comenzaron a colar en sus letras esta marca.

Tal es así que en el show radiofónico Theme Time Radio Hour que presentó Bob Dylan entre 2006 y 2009 dedicó uno de sus programas al Cadillac. Esa noche sonaron temas de Buddy Johnson & his Orchestra, Paul Bascomb, Bob Wills & His Texas Playboys, Bo Diddley, Jerry McCain o Dizzy Gillespie, cuyo punto en común es que en el título aparecía la marca creada por William Murphy en 1902 en Detroit. La moda de introducir asuntos automovilísticos llegó también a los músicos blancos, y Elvis Presley fue uno de ellos. La primera canción que coló el rey del rock en las listas de éxitos de Estados Unidos fue una grabación de 1955 titulada Baby Let’s Play House, que versionaba el tema grabado un año antes por Arthur Gunter para el sello Excello Record. Elvis hace pequeñas modificaciones a la letra y en un momento de la canción cambia «you may get religión» por «you may have a Pink Cadillac». Su predilección por esta marca le hizo comprar alrededor de unos 200 cadillacs a lo largo de su vida (hasta se hizo un documental con testimonios de gente a los que regaló uno). Lo curioso es que el último que adquirió antes de morir fue un modelo llamado Seville (Sevilla).

¿Qué motivó que la compañía de Detroit bautizara a uno de sus modelos con el nombre de Sevilla? A mediados de los años 70, marcas europeas como Mercedes y BMW comienzan a introducirse en el mercado estadounidense con el objetivo de restarle ventas a Cadillac y Lincoln en las costas este y oeste. Ante esta estrategia, la empresa estadounidense promueve el lanzamiento de un vehículo más pequeño y con un equipamiento a la altura del que ofrecían las dos europeas. Se elabora un test entre el equipo directivo de la empresa que apoya en un 85 por ciento el proyecto. Decidido el producto ya sólo quedaba darle un nombre. Se manejan La Scala y Saint Moritz, pero al final prevalece la tercera opción Seville (Sevilla). No era la primera vez que Cadillac usaba el nombre de la ciudad hispalense puesto que en la década de los 50 se lanzó una versión del modelo El Dorado con techo duro que ya llevó el sobrenombre de Seville.

Lanzado a finales de 1975, con un precio base de 12.479 dólares, este modelo de Cadillac se convirtió en uno de los más atractivos de la época con un capó relativamente largo y una línea de techo imponente. Elvis Presley compró tres en 1976, el último en diciembre de ese año, apenas ocho meses antes de morir. Uno de ellos se encuentra en un museo de Virginia y otro fue sacado a subasta en noviembre de 2008 en Ebay y adquirido por un millonario australiano.

El Cadillac Seville fue el modelo que rompió la idea que hasta entonces tenía el estadounidense de que a mayor tamaño del coche más calidad tenía. Sin ser el modelo más grande fue uno de los más vendidos de su época y consiguió su objetivo de aminorar el ritmo de introducción de las marcas europeas en el mercado americano. En 2005 dejó de producirse.