Adolfo Arrieta es uno de nuestros cineastas más inclasificables, dueño de una filmografía intermitente que se remonta a finales de los años sesenta del siglo pasado y llega hasta hoy con esta particular versión de La bella durmiente de Charles Perrault. Sus orígenes acomodados pesan en su visión de la realidad, en la que lo exquisito se codea con lo extravagante para dibujar una atmósfera de irrealidad y encantamiento en la que el generoso colorido juega un papel también fundamental. Pero todo ello al servicio de una alarmante banalidad, la de adaptar el famoso cuento sin más variantes que traerlo a nuestros días y convertir al príncipe y su búsqueda de la hermosa hechizada en protagonistas de la función. La esencia del cuento sin embargo queda intacta, con todo el componente machista que historias como ésta acarrean hoy y las hacen tan poco convenientes para una educación avanzada en valores y cuestiones de género. Hoy que muchos de estos clásicos infantiles están siendo objeto de nuevas versiones cinematográficas, aprovechando los avances tecnológicos y procurando añadir novedades que trasciendan la imaginación de sus autores originales, la película de Arrieta se nos antoja vetusta, marchita e inútil, pues ni aporta cuestiones nuevas a lo ya conocido ni muchísimo menos puede competir con las posibilidades del cine actual de fantasía, quedándose a años luz de un presupuesto holgado a pesar de una puesta en escena refinada y de evidente buen gusto que incluye un más que competente vestuario.

Belle Dormant **

Las nuevas olas. Francia-España 2016 82 min.

Dirección: Ado Arrietta Intérpretes: Niels Schneider, Agathe Bonitzer, Mathieu Amalric, Tatiana Verstraeten, Ingrid Caven