Cañizares lanza al mercado su Trilogía sobre Enrique Granados

El guitarrista y compositor catalán Juan Manuel Cañizares acaba de lanzar al mercado discográfico su segunda trilogía, en esta ocasión para reinterpretar al compositor, también catalán, de Lleida, Enrique Granados, del que ya se había ocupado hace casi cinco años, en concreto de sus Goyescas.

Cañizares es uno de los grandes guitarristas flamencos de España. Nacido en Sabadell en 1966, su carrera ha estado marcada por la libertad artística, siempre abierto a aventuras musicales de todo tipo, aunque se ha movido principalmente en el flamenco y el jazz. Comenzó acompañando a los cantaores, pero sus enormes cualidades técnicas le animaron pronto a tocar en solitario.

A finales de los noventa lo reclama Paco de Lucía para formar parte de su sexteto y recorre con él durante diez años los principales países del mundo, tomando parte, además, en su versión grabada del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. En 1997, convertido ya en un guitarrista conocido internacionalmente, graba su primer disco en solitario, Noches de imán y luna, que lo consagra como concertista flamenco.

Traer aquí todas sus colaboraciones sería imposible, pero habría que destacar la que hizo con Camarón de la Isla en Autoretrato, o con Morente en Omega, además de con Remedios Amaya, Jesús Heredia, Diego Carrasco y un largo etcétera. Enamorado de toda la música española, sobre todo de los grandes clásicos, comenzó a tocar a Falla, Albéniz o Granados, entre otros. De este último ya se ocupó en 2012, transcribiendo a guitarra sus Goyescas, pero ahora ha querido realizar esta trilogía, tres cedés en un solo estuche que recoge Danzas españolas, Cantos populares españoles, Valses poéticos y una nueva versión de Goyescas, a dos guitarras. Esta impresionante obra va a ser presentada hoy mismo en Lleida, la tierra natal del compositor, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento.

Pero Cañizares se considera guitarrista flamenco y es probable que su próximo disco sirva para regresar a esta música, si es que alguna vez se fue de ella. No sabemos aún nada sobre ese nuevo disco en solitario, aunque es seguro que lo tiene en mente y que estará ya dándole vueltas a la idea, lo que sin duda sería una buena noticia para quienes adoran a este virtuoso de la guitarra española.

Cuando parecía que la guitarra no podía avanzar mucho más de lo que había avanzado técnicamente y en el campo armónico, después de Montoya, Sabicas, Niño Ricardo, Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía, apareció Noches de imán y luna, obra de referencia para muchos guitarristas actuales. Piezas como La pajarraca, una bulería revolucionaria, o la colombiana, Como dos niños, sorprendieron sobremanera. O Candencia, la soleá que dedicó a su hermano Rafael, también guitarrista flamenco, una pieza memorable.

Sin embargo, algo que le hemos achacado alguna vez los críticos a Cañizares es su exceso de técnica, que a veces se suele relacionar con la frialdad o falta de duende flamenco, como si técnica y alma no fueran compatibles. No creo que haya exceso de técnica, sino buena o mala técnica, una base imprescindible para tocar bien la guitarra, aunque en el flamenco, un bordonazo remojado en vino de solera pueda ser más valorado que una escala prodigiosa.

Dejando estas cuestiones al margen, cualquier obra de Cañizares es siempre esperada con impaciencia, por lo que pueda ofrecer.