«Cantar bien copla es tan difícil como cantar flamenco»

El guitarrista, sobrino de Paco de Lucía, retoma el repertorio del último disco del monstruo de Algeciras, ‘Canción andaluza’, para reivindicar la dignidad y grandeza de la copla. Esta noche lo presentará en el Teatro Central junto a El Amir

09 abr 2018 / 21:18 h - Actualizado: 09 abr 2018 / 21:18 h.
"Música"
  • El guitarrista algecireño José María Bandera. / El Correo
    El guitarrista algecireño José María Bandera. / El Correo

{—¿Cómo se enfrenta uno al reto de recoger el estandarte de Paco de Lucía, tan grande y tan pesado?

—Hombre, tanto como coger el estandarte... Yo vengo de una escuela, la que nos enseñó mi abuelo, que fue mi maestro y el de Ramón, Pepe, Antonio, y Paco por supuesto. Tenemos una forma de tocar que quizá es muy peculiar, por la técnica, y tal vez sea yo uno de los últimos que quedan. Se trata de mostrar eso, y no de ocupar la silla de Paco ni nada de eso, porque fue un ser irrepetible.

—Cuando presentó su espectáculo, usted habló del propósito de que «suene en él la esencia de Paco», ¿Puede describirse esta esencia?

—En el tema de la copla, Paco llevaba tiempo dándole muchas vueltas. En mi casa éramos muy aficionados: Camarón venía a menudo, pero en mi casa lo que se escuchaba era a Terremoto, a Marifé y a Fosforito, porque Paco tocaba con él. Fue así como me hice un especialista en la copla sin darme cuenta, como lo era Paco también. Él decía que la evolución que le hubiera gustado desarrollar, si hubiera tenido la formación necesaria, era la de haber seguido con la copla. «Creo que es la evolución correcta», decía. ¡La evolución del flamenco, ojo! Cuando faltó Quiroga, todo aquel movimiento tan importante y tan bonito se paró. A él le hubiese gustado continuarlo, y su forma de reivindicarlo fue este disco, que me consta que disfrutó bastante. En él aportó una nueva forma de tocar que ha pasado desapercibida para la mayoría de los guitarristas.

—Entonces este disco no solo no es «menos Paco», como alguno ha insinuado, sino Paco en estado puro, ¿no?

—¡Para nada es menos Paco! Él sabía lo que se traía entre manos, nunca hacía un disco gratuito. Si grababa, era porque tenía algo que decir. Si no tenía nada que aportar, se quedaba quieto. Este proyecto le apetecía mucho, porque no tenía que componer, sino arreglar, y se lo pasó muy bien haciéndolo.

—¿Dónde ubicaría este disco en su discografía? ¿Es, en algún sentido, una culminación?

—Él se había liberado de su casa de discos. Desde que firmó el contrato hasta que se murió pasó solo una semana, pero una semana en que se sentía contento, libre. Y decía: «Ahora voy a a hacer EL disco». No sé si fue una culminación, no me atrevería a decir que sea el mejor disco de Paco, pero no me cabe duda de que es donde mejor toca.

—¿Por qué sigue siendo denostada la canción andaluza?

—No lo sé, yo a esas opiniones no les hago caso. Creo que hay que tener la mente más abierta, y sobre todo el oído. Siempre tuve presente lo que decía el propio Paco, que ahí está todo eso para que vengan los grandes músicos y sigan adelante. Tiene que haber un momento en que se recupere, porque es algo que nos identifica. A mí me gusta todo, el jazz, el rock, pero la música que más me gusta es esta. No hay nada más bonito que Marifé cantando con las orquestas antiguas.

—¿Los programas de la tele, ayudan a revivir el género, o se quedan en su aspecto más tópico?

—Ayudan, evidentemente, claro que sí. Al principio yo temía que no pasara de ser una moda, como cuando sonaba copla en las películas de Almodóvar, tenía mis dudas. Pero ver esas niñas que salen cantando tan bien es ilusionante. Ahora faltan los compositores y los músicos que sigan por ahí.

—¿Y los flamencos más integristas, no miran un poco de reojo a la copla?

—Claro, pero Paco decía que tan difícil era cantar una cosa como la otra, y es verdad. Alguien que canta bien una seguiriya o una soleá puede fracasar cantando una copla.

—¿Sale airoso del desafío Rafael de Utrera, su cantaor invitado?

—Claro, él canta el Romance de Juan de Osuna, Te he de querer mientras viva y Señorita, de su paisano Enrique Montoya. Es un gran cantaor, un gran artista, ya trabajamos juntos con Paco.

—¿Y la incorporación de El Amir? ¿Buscaba algunas resonancias orientales?

—En efecto, él cambia la sonoridad y lo hace muy bien, es muy buen músico, estoy muy a gusto con él y con el resto. El Amir toca la guitarra y mete el bouzuki en un par de temas.

—Diez años de gira con Paco de Lucía, ¿pueden resumirse de alguna manera?

—Fue una escuela, lo mejor que me ha pasado en la vida, con el sexteto y sobre todo con el trío que hicimos con Juan Manuel Cañizares. Paco te enseñaba todo, a estar en el escenario, a concentrarte. Era una escuela de exigencia que nunca era férrea, siempre trabajaba con las bromas. Pero con las risas era también capaz de exigir mucho. Estoy eternamente agradecido por haber podido compartir ese tiempo con él.

—¿Y no se ponía uno nervioso con esas miradas de fuego que lanzaba desde el centro del escenario?

—Bueno, ahí estaba el momento de no dejarte avasallar por esa mirada. Pero lo cierto es que Paco lo hacía todo muy llevadero. Eso sí, te pedía a tope, pero con mucha mano izquierda.

—¿Cuánta tarea ha dejado Paco para las generaciones venideras?

—Bastante. Ya dije que cuando me puse con este disco sabía que había mucha manteca, y en efecto me ha dado trabajo en cantidad. Pero en cada disco suyo hay mucho, muchísimo que aprender. ~