Cita con el mejor flamenco en Castilblanco

Que siga existiendo es un milagro, porque otros desaparecieron para siempre en toda Andalucía.

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
27 jul 2019 / 08:45 h - Actualizado: 27 jul 2019 / 08:49 h.
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El Festival Flamenco de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla), se creó a finales de los setenta, cuando los festivales de verano estaban en su máximo apogeo. Esta localidad de la sierra sevillana fue el pueblo elegido por El Carbonerillo de la Macarena para curarse una tuberculosis pulmonar que al final se lo llevó a la tumba con solo 31 años, en 1937.

Tuvo una novia en el pueblo a la que le cantaba por fandangos en el campo. Iba mucho también otro genio del cante, Manuel Torres (Jerez, 1880-Sevilla, 1933), pero no porque hubiera cantaores de su gusto, sino galgos o podencos, a los que el jerezano era muy aficionado. Y hay algunas anécdotas muy simpáticas de él en este pueblo tan bonito, de casas blancas y tanto verde como en Cazorla.

Hubo un cantaor aficionado muy conocido, Curro Vázquez, que ya no vive, y este hombre fue fundamental en fomentar el cante en el pueblo y en que salieran algunos intérpretes destacados como Valentín de María, Kiki de Castilblanco –el gran saetero actual– o el guitarrista Germán Bravo. Estos encontraron en la creación del festival una oportunidad inmejorable para desarrollarse como artistas y salir fuera para cantar o tocar en otros festivales. Todavía lo hacen, con más o menos suerte.

Hay que destacar la labor de un alcalde del pueblo, el comunista Manuel Ruiz Lucas, quien dijo una vez que el flamenco era para él tan importante o más que otras cosas de la localidad. Como iba mucha gente a veranear a las parcelas, personas fundamentalmente de Sevilla, apostó por el festival de flamenco como una de las actividades reclamos y acudían cada verano al campo de fútbol varios miles de personas, con entrada gratis, además, que era un atractivo añadido.

En los ochenta y los noventa, el Festival de Castilblanco era de los punteros, con carteles llenos de figuras como Fosforito, José Menese, Naranjito de Triana, Tina Pavón, El Cabrero o José Mercé, entre otros. Pero, como les ocurrió a otros festivales, empezó a decaer y fue perdiendo protagonismo. Que siga existiendo es un milagro, porque otros desaparecieron para siempre en toda Andalucía.

Hoy sábado se celebra la que hace cuarenta y una ediciones, que no es moco de pavo. No será en el campo de Fútbol, como fue durante tantos años, sino en la Plaza Luis Braille, un marco bastante más apropiado y cómodo para una buena noche de flamenco. Buena, sin duda, porque estarán Jesús Méndez, Aligia Gil, Valentín de María y la bailaora malagueña Luisa Palicio, con los guitarristas Manuel Valencia, Lito Espinosa, Rafael Rodríguez y el guitarrista local Germán Bravo.

Una buena oportunidad para pasar la noche al fresquito de la sierra y en un pueblo bonito que huele a cante.