Muy cerca de la redacción de El Correo de Andalucía, en el polígono Calonge, se encuentra el local de ensayo que Vera Fauna comparte con Autocracia. Es uno de los laboratorios de la música made in Sevilla que ya es una realidad, y además tendrá mucho que decir en los próximos años.
Vera Fauna, formada por recién licenciados en materias varias –psicología, arquitectura, publicidad– de edades comprendidas entre los 22 y los 30 años, ofrecieron su primer concierto en mayo del año pasado, y con solo un sencillo en el mercado, A | B, ya son una referencia ineludible. Según explica su guitarrista Kike, representan una ruptura «con la industria establecida. El llamado movimiento indie, que ya no es indie, ha sido sustituido por el movimiento DIY [Do it yourself, Hágalo usted mismo], con bandas que graban en casa y sacan Lps en vinilo con ese material casero».
¿Y cómo se traduce esto en sonido? «Están cobrando mucho auge el psych pop, que es lo que hacemos nosotros, también el dream pop de unos Terry vs. Tori, el garage de Leicomers, la electrónica de Industrias 94, el pop de Argot... Esos géneros son una amalgama que se mezcla con mucha facilidad. Nos define la presencia muy reconocible de guitarras supercomprometidas, vibratos, todo al servicio de crear la abstracción en el pop».
De un sesgo más rockero son La Cadena Psych Jamband –abreviado La Cadena–, uno de los numerosos grupos que ensayan en Tokatu, en Fuente del Rey. Llevan unos cuatro años tratando de abrirse camino en el mundo de la música con su sonido impregnado de psicodelia, y su vocación improvisadora no pasa desapercibida para nadie. «En este momento, en Sevilla, lo que más suena es lo que podríamos llamar el indie, aunque no sabemos si tirará más hacia el pop o el rock. Yo preferiría que fuera hacia el rock», comenta Octavio, uno de sus fundadores.
Admiradores de otras bandas hispalenses consolidadas, como The Milkyway Express, los vanguardistas metaleros Orthodox o los más jóvenes El Imperio del Perro, creen que «a nosotros lo que nos diferencia de otras propuestas es que buena parte del concierto es improvisada. no en plan jazzero, sino con un rock más duro y oscuro. Aunque eso cambia dependiendo de nuestro estado de ánimo».
Sea como fuere, La Cadena es un exponente claro de una nueva generación de músicos que se resisten a encasillarse en una sola tendencia. «Tenemos ensayos donde hacemos cosas muy distintas, del latino al death metal», afirma Octavio. Para ellos, como para la mayoría, «lo más difícil sigue siendo encontrar conciertos, más teniendo en cuenta que no tenemos mánager», añade. Sin embargo, esta circunstancia no les resta ambición: «Nuestra principal influencia tal vez sea Pink Floyd, y estamos preparando proyecciones de vídeo para añadir a nuestros conciertos», concluye el músico.
Optimismo y autocrítica
«Con suerte, van a seguir saliendo grupos cada vez más interesantes y con más calidad», asegura Manuel, uno de los miembros de Terry vs. Tori, otra de las buenas noticias que el pop-rock sureño ha dado en los últimos tiempos. «Creo que, acaso por primera vez, estamos cogiendo las vueltas de lo que se hace en Madrid y Barcelona», añade.
Su grupo es quizá el más reciente del panorama: se formó en el mes de junio pasado, prácticamente del tirón vio la luz un Ep homónimo, y ya están anunciados en el cartel del próximo Monkey Week, una oportunidad por la que suspiran otros muchos con más experiencia.
Aunque se resisten a hacer de adivinos, creen que la música sevillana tendrá un horizonte más que esperanzador, aunque advierten de que «hay que tener cuidado con algunos grupos, porque también hay mucha impostación», declaran.
Terry vs. Tori representan un dream pop que ha conseguido sacudirse los complejos que lastraban antaño a otras bandas andaluzas. «No pensamos quitarnos méritos por ser de aquí, aunque reconocemos que por arriba, en el Norte, se están haciendo cosas muy buenas que nos influyen. todo eso se traduce en una suerte de explosión musical», agrega Manuel.
Sobre las necesidades de las nuevas bandas, evitan ponerse llorones: «Claro que sería bueno tener más infraestructuras para que esto evolucione, pero también hay que hacer autocrítica. Si das en el clavo con la música, lo tienes todo hecho».
Vicky Luna, la cantante que se dio a conocer con Las Niñas y que ahora deslumbra con el dúo Chez Luna entre otras formaciones, es a la sazón profesora en sendas escuelas de la capital hispalense: Planet Music, en La Macarena, y The Music House, en Los Bermejales. Allí comparte conocimientos con alumnos de edades comprendidas entre los 9 y los 60 años.
«Cuando yo empezaba, o tenías un profesor de canto lírico o de flamenco, pero no había nada para quienes queríamos hacer música moderna», recuerda. «Nadie te explicaba cómo colocar la voz, cómo respirar. Yo empecé con clases particulares, pero hubiera agradecido que hubiera como hoy, profesores muy formados en técnica vocal».
La artista bromea con el miedo, muy extendido, de que «una formación musical te quite la personalidad, o algo así. Yo siempre recuerdo que por no tener una buena técnica sufrí nódulos. Entre la logopedia y las clases, cambió mi vida», añade.
Vicky Luna tuvo formación de conservatorio, «aunque la disciplina que se estilaba entonces no era la más atractiva para un músico de entonces», y también recibió clases de flamenco. Hoy está capacitada para impartir lecciones en todos los estilos, y su posición privilegiada le permite afirmar que hay cantera para rato en la música sevillana, si bien no es fácil adivinar qué estilos se irán imponiendo con el tiempo.
«Hoy hay bastante variedad», asevera. «Está muy de moda desde hace tiempo el flamenco-fusión, el mal llamado flamenquito, aunque el pop siempre está ahí. Y al mismo tiempo hay mucha gente a la que le gusta la música negra, el rock...»
Buenos tiempos
Por otro lado, sus alumnos son a veces miembros de grupos y otra gente que simplemente siente la pasión de cantar y quiere hacerlo lo mejor posible.
«Cada época tiene sus cosas», matiza sin embargo la profesora Luna. «Hoy, es cierto, resulta más fácil disponer de recursos. Recuerdo cuando para buscarte la letra de un tema había que pegar el oído al altavoz e intentar entenderla. Hoy todo eso lo tenemos al alcance de un click», dice.
Por otro lado, comenta que «si querías prepararte la base instrumental de un tema era casi imposible, mientras que hoy en Youtube está todo, e incluso tienes un programita para subir o bajar de tono. Y si no lo encuentras en Youtube, lo tienes en Spotify, en iTunes... Eso por no hablar de las facilidades que hay para promocionar un proyecto, qué te voy a contar de las posibilidades que brindan las redes para mover tu música».
Asimismo Vicky Luna explica que «acceder a la industria ya no es lo mismo que antes. Cada vez hay menos grupos que puedan estar al nivel suficiente para que alguien se gaste la pasta en ti. Pero el talento sigue abriéndose camino allí donde esté», apostilla.
Muy cerca de la redacción de El Correo de Andalucía, en el polígono Calonge, se encuentra el local de ensayo que Vera Fauna comparte con Autocracia. Es uno de los laboratorios de la música made in Sevilla que ya es una realidad, y además tendrá mucho que decir en los próximos años.
Vera Fauna, formada por recién licenciados en materias varias –psicología, arquitectura, publicidad– de edades comprendidas entre los 22 y los 30 años, ofrecieron su primer concierto en mayo del año pasado, y con solo un sencillo en el mercado, A | B, ya son una referencia ineludible. Según explica su guitarrista Kike, representan una ruptura «con la industria establecida. El llamado movimiento indie, que ya no es indie, ha sido sustituido por el movimiento DIY [Do it yourself, Hágalo usted mismo], con bandas que graban en casa y sacan Lps en vinilo con ese material casero».
¿Y cómo se traduce esto en sonido? «Están cobrando mucho auge el psych pop, que es lo que hacemos nosotros, también el dream pop de unos Terry vs. Tori, el garage de Leicomers, la electrónica de Industrias 94, el pop de Argot... Esos géneros son una amalgama que se mezcla con mucha facilidad. Nos define la presencia muy reconocible de guitarras supercomprometidas, vibratos, todo al servicio de crear la abstracción en el pop».
De un sesgo más rockero son La Cadena Psych Jamband –abreviado La Cadena–, uno de los numerosos grupos que ensayan en Tokatu, en Fuente del Rey. Llevan unos cuatro años tratando de abrirse camino en el mundo de la música con su sonido impregnado de psicodelia, y su vocación improvisadora no pasa desapercibida para nadie. «En este momento, en Sevilla, lo que más suena es lo que podríamos llamar el indie, aunque no sabemos si tirará más hacia el pop o el rock. Yo preferiría que fuera hacia el rock», comenta Octavio, uno de sus fundadores.
Admiradores de otras bandas hispalenses consolidadas, como The Milkyway Express, los vanguardistas metaleros Orthodox o los más jóvenes El Imperio del Perro, creen que «a nosotros lo que nos diferencia de otras propuestas es que buena parte del concierto es improvisada. no en plan jazzero, sino con un rock más duro y oscuro. Aunque eso cambia dependiendo de nuestro estado de ánimo».
Sea como fuere, La Cadena es un exponente claro de una nueva generación de músicos que se resisten a encasillarse en una sola tendencia. «Tenemos ensayos donde hacemos cosas muy distintas, del latino al death metal», afirma Octavio. Para ellos, como para la mayoría, «lo más difícil sigue siendo encontrar conciertos, más teniendo en cuenta que no tenemos mánager», añade. Sin embargo, esta circunstancia no les resta ambición: «Nuestra principal influencia tal vez sea Pink Floyd, y estamos preparando proyecciones de vídeo para añadir a nuestros conciertos», concluye el músico.
«Con suerte, van a seguir saliendo grupos cada vez más interesantes y con más calidad», asegura Manuel, uno de los miembros de Terry vs. Tori, otra de las buenas noticias que el pop-rock sureño ha dado en los últimos tiempos. «Creo que, acaso por primera vez, estamos cogiendo las vueltas de lo que se hace en Madrid y Barcelona», añade.
Su grupo es quizá el más reciente del panorama: se formó en el mes de junio pasado, prácticamente del tirón vio la luz un Ep homónimo, y ya están anunciados en el cartel del próximo Monkey Week, una oportunidad por la que suspiran otros muchos con más experiencia.
Aunque se resisten a hacer de adivinos, creen que la música sevillana tendrá un horizonte más que esperanzador, aunque advierten de que «hay que tener cuidado con algunos grupos, porque también hay mucha impostación», declaran.
Terry vs. Tori representan un dream pop que ha conseguido sacudirse los complejos que lastraban antaño a otras bandas andaluzas. «No pensamos quitarnos méritos por ser de aquí, aunque reconocemos que por arriba, en el Norte, se están haciendo cosas muy buenas que nos influyen. todo eso se traduce en una suerte de explosión musical», agrega Manuel.
Sobre las necesidades de las nuevas bandas, evitan ponerse llorones: «Claro que sería bueno tener más infraestructuras para que esto evolucione, pero también hay que hacer autocrítica. Si das en el clavo con la música, lo tienes todo hecho».