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La escritora Nerea Riesco, en Sevilla, la ciudad en la que vive desde hace dos décadas. / El Correo
Después de transportar a sus lectores al siglo XVI en El país de las mariposas, a la Sevilla del siglo XVIII con El elefante de marfil, y de hacerlos viajar de nuevo en el tiempo con Tempus, Nerea Riesco (Bilbao, 1976) regresa a la novela de corte histórico con Las puertas del paraíso (Random House), una historia ambientada «en ese momento entre la Edad Media y la Moderna», explica la autora, en que sucede casi de todo: se descubre América, se expulsa a los judíos de España, resiste el último reducto musulmán mientras una mujer, Isabel la Católica, se halla al frente del reino...
«Quería contar esos diez años que van de 1482 a 1492 a través de un personaje que pasa desapercibido», comenta Riesco, afincada en Sevilla desde hace dos décadas. «Este personaje es un joven cristiano ciego, una circunstancia que siempre me ha interesado. Me sorprenden los autores que se suelen ceñir a lo que vemos y oímos, prescindiendo de los demás sentidos. Por eso esta novela empieza en las cocinas de los Reales Alcázares, preguntándose cómo lo percibe todo quien no ha visto los colores», agrega.
Yago, que tal es el nombre del protagonista, descubre la música y, apoyado en su laúd, cómo es el mundo que le rodea. «Pongo en su boca los romances anónimos de la época», explica Riesco. Frente a él encontramos a Oreste Olivoni, el despótico encargado de las obras del palacio real. Mientras Yago avanza hacia la madurez, la guerra de Granada se salda con la captura del rey Boabdil, lo que supone un cambio importante en la vida del joven. Al lado del sultán, Yago descubre la existencia de otro mundo más allá de las fronteras del reino cristiano, y decide refugiarse allí. «Me gusta, como en El país de las mariposas, mostrar a gente interesada en descubrir otras culturas», dice la escritora. «En los libros de Historia nos quedamos con las generalidades, pero a Yago lo van a operar en un hospital de Granada que era lo más avanzado de su época, y que con la llegada de los reyes Católicos se convertirá en Casa de la Moneda».
En los sensuales jardines del harén, abiertos para él debido a su condición de invidente, Yago conoce a Nur, la rebelde y bella hermana de Boabdil. Entre ambos surge una atracción incontrolable, arrolladora e incomprendida por todos, pero destinada a perdurar por encima del odio que enfrenta a ambos pueblos. «Nur es un personaje-puzzle, que tiene mucho de la princesa omeya Wallada, la amante de Ibn Zaydun», apunta Riesco. «Es un error pensar que los musulmanes que se fueron eran diferentes a nosotros. También ellos eran andaluces».
Sobre su próximo proyecto, la novelista comenta que «está toda casi lista, y tendrá mucho de lirismo, de reivindicación y de pasión. Me gusta que a los personajes les ocurran cosas, y que los lectores vivan aventuras», apostilla Riesco.